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Carnaval irreverente

ERS4 de febrero de 2008

Merkel, Bush, Ahmadineyad... nadie está a salvo del cáustico humor que se desplegó en los desfiles de carros alegóricos, ante la presencia de millones de espectadores en diversas ciudades alemanas.

La campaña electoral estadounidense en el carnaval de Düsseldorf.Imagen: AP

¡¡Kamelle!! ¡¡ Kamelle!!, es el grito que más se escuchó gritar este lunes en las calles de Colonia, Düsseldorf, Maguncia y otros escenarios de los desfiles del lunes de carnaval. Para los que no son duchos en las costumbres renanas habrá que aclarar que “Kamelle” no significa “camellos”, como algún incauto podría pensar, sino simplemente “caramelos”. Eso es lo que piden los espectadores a voz en cuello al paso de los carros alegóricos y, por lo general, las súplicas son escuchadas: más de 150 toneladas de golosinas fueron lanzadas al público solamente en Colonia, incluyendo 700.000 barras de chocolates y 220.000 cajas de bombones. Suficiente para el millón 200 mil personas que acudieron a la cita del “Lunes de las Rosas” este año en esta ciudad.

Imagen: AP

Sin pelos en la lengua

Pero lo principal del desfile es el humor, que no perdona a los políticos nacionales ni internacionales. Un botón de muestra: Ahmadineyad y Kim Yong Il encienden fuego bajo el globo terráqueo, mientras George W. Bush no se limita a mirar sino que atiza el fuego, todo esto en lo alto de un carruaje que recorrió las calles colonesas. Podría discutirse que no es del todo “políticamente correcto” poner en el mismo carro al presidente estadounidense con dos gobernantes de dudosa probidad democrática, pero así es el carnaval: irreverente, cáustico y sin pelos en la lengua. Otro ejemplo: el presidente ruso, Vladimir Putin, aparece en un carro reclamando sus derechos sobre los tesoros del Polo Norte, o presentando a su sucesor como perrito amaestrado.

Dos caras de Putin, en el carnaval de Colonia.Imagen: AP
En vampiro se convierte este ciclista por doparse con sangre.Imagen: AP

Las elecciones estadounidenses tampoco estuvieron ausentes en el desfile carnavalero 2008 y, al igual que ha sucedido en los medios de comunicación, la película se la robaron los pre-candidatos demócratas: Hillary Clinton y Barak Obama, que en esta versión es un feroz mastín que muerde con sus afilados dientes a la ex primera dama empeñada en regresar a la Casa Blanca. Carácter global tienen otros problemas también tematizados en alegorías, como el cambio climático o el doping en el deporte.

Casi todo está permitido

No obstante, la política interna es, por razones obvias, un motivo predilecto de los “Narren” (“locos”), como se llama a los carnavaleros. Ellos pueden permitirse todo... o casi todo. Porque también el carnaval tiene sus límites y eso quedó bien claro el año pasado, cuando se advirtió que no debía haber imágenes que hirieran por ejemplo los sentimientos islámicos, para prevenir reacciones como las provocadas por la publicación de caricaturas de Mahona en Dinamarca.

Kurt Beck y Angela Merkel, condenados a mantener la coalición de gobierno por 2 años más.Imagen: AP

Volviendo al tema de la política alemana, no podían faltar alusiones a la canciller Angela Merkel, a quienes algunos pintan como una santa que urge canonizar, por ser inmune a las pérdidas de popularidad de los demás políticos, aunque sean de su propio partido. Otros, en cambio, la ven como una sufrida gobernante, obligada a mantener su alianza con los socialdemócratas. También el ministro alemán del Interior, Wolfgang Schäuble, se hizo acreedor a un muñeco con su rostro: en la alegoría dedicada a sus afanes por controlarlo todo en aras de prevenir ataques terroristas, se lo ve espiando bajo las sábanas de una pareja. Como dice el dicho: humor es reírse a pesar de todo.

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