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Carnaval turco-germano en Düsseldorf

15 de febrero de 2012

El carnaval no tiene fronteras. Tampoco dentro de Alemania. En Düsseldorf se creó la primera asociación carnavalesca germano-turca, generando una resonancia que sorprende incluso a sus fundadores.

Rolf Rosenkranz y Ramazan Yagan, engalanados para el carnaval.
Rolf Rosenkranz y Ramazan Yagan, engalanados para el carnaval.Imagen: DW

Rolf Rosenkranz, un síndico de quiebras de Neuss, creó algo único hasta la fecha en Alemania: la primea asociación carnavalesca germano-turca. A él y su amigo turco Ramazan Yagan la idea les venía dando vueltas en la cabeza desde hace tiempo. Pero les costó al comienzo ponerla en práctica.

En el año 2011, la hija de Rosenkranz fue elegida Princesa del carnaval de Düsseldorf, lo que la llevó a tener muchos compromisos y presentaciones relacionadas con la fiesta renana. El tema del carnaval volvió a colocarse de pronto en un lugar destacado de su agenda, al igual que el proyecto de formar una asociación germano-turca. “En noviembre nos dijimos: tenemos la gente, hagámoslo simplemente”. Así relata Rosenkranz, de 62 años de edad, la historia del nacimiento de la Asociación de Carnaval Germano-Turca (DTC).

Los fundadores de DTC.Imagen: DW

Más que integración

Yagan reunió a sus amistades para sondear si la idea tendría aceptación. También Rosenkranz recurrió a sus antiguos contactos con carnavaleros y rápidamente lograron reunir a 11 socios fundacionales: seis turcos, una turca, tres alemanes y un macedonio. “En realidad queríamos fundar nuestra asociación el 11 del 11 del 2011, como corresponde, pero eso no resultó porque algunos estaban de vacaciones”, cuenta Rosenkranz. En consecuencia, tuvieron que esperar hasta fines de noviembre, porque en Alemania se requieren al menos siete socios para fundar una asociación.

La integración no es la primera prioridad de DTC. “Ya no puedo escuchar esa palabra”, dice Yagan, quien llegó a Alemania a la edad de seis años. “Yo estoy integrado, todos somos parte de este país y todos pagamos aquí nuestros impuestos. Vivimos aquí por dos, tres o incluso cuatro generaciones. Nos identificamos plenamente con esta ciudad y este país”, afirma. Por eso, para él no hay necesidad de integrar a nadie. También Rosenkranz confirma que no fue esa la primera intención. “Pensamos: trabajamos juntos, somos amigos personales y por ende también podemos festejar juntos”, indica, acotando que si de ello se deriva algo en favor de la integración, “bienvenido sea”.

Ramazan Yagan llegó de niño a Alemania.Imagen: DW

Barrera psicológica

Yagan y Rosenkranz comprobaron, sin embargo, que la barrera psicológica de los extranjeros para integrarse a una asociación de carnaval en Alemania es bastante alta. Con la fundación de DTC se podrían reducir esas inhibiciones, pensando que quizá la gente se entusiasme al ver que “en nuestra asociación ya hay turcos, portugueses, croatas y macedonios”, explica Rosenkranz.

Hasta ahora la asociación ha tenido bastante aceptación. Para la temporada 2012/2013 se habían propuesto llegar a contar con 100 miembros, pero tal parece que alcanzarán la meta antes de tiempo, porque ya tienen 40 socios.

Cálida acogida

Este año, no quieren precipitarse. La idea es que los socios comiencen a conocer de a poco el carnaval desde dentro. Por eso acuden a las fiestas de otras agrupaciones carnavaleras. “Festejamos con ellos, bailamos y compartimos con ellos nuestra cerveza”, cuenta Yagan, quien se muestra encantado con la hospitalidad que se les ha brindado. “Que realmente nos incluyan en su programa, que nos mencionen y nos inviten al escenario y nos condecoren es una muestra de acogida muy simpática”, destaca.

Carnaval: una fiesta de unidad.Imagen: DW

Rosenkranz y Yagan no quieren eternizarse sin embargo en el papel de precursores del carnaval germano-turco. Más bien esperan tener imitadores. “Quizá sentemos un precedente en la república y otros sigan nuestro ejemplo y se funden más asociaciones. Eso nos alegraría mucho”, dice Yagan, que trabaja como asesor de empresas.

Ejemplo positivo

Independientemente de la relevancia que se le asigne al tema de la integración, hay algo que Yagan sí quiere lograr a través de DTC. “Quizá tengamos alguna vez la posibilidad de recibir una invitación de la esfera política. Allí podríamos mostrar el aspecto positivo. Hemos crecido aquí y nos sentimos en casa. Alemania es el eje de nuestra vida”, señala. Y agrega que es una minoría la que llama la atención negativamente y sobre la que se informa cada vez más.

Por lo pronto, con la fundación de la primera asociación de carnaval germano-turca, Yagan y sus amigos ya han dado pie a un titular positivo en la prensa.

Autora: Arne Lichtenberg /Emilia Rojas

Editor: Pablo Kummetz

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