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Su idea es que, al igual que pueden crearse válvulas cardíacas artificiales o piel artificial para víctimas de accidentes a partir de células madre, con la misma técnica podría reproducirse carne de vacuno o porcino. Su primer éxito lo obtuvo en 2013, cuando presentó la primera hamburguesa artificial del mundo. Su costo ascendió a 250.000 euros, pero Post está seguro de que la carne de cultivo celular desempeñará un papel importante en el futuro. Sus argumentos son convincentes: la cría de ganado vacuno es cara y contamina el medio ambiente. La carne de laboratorio podría ser la alternativa más ecológica, si no fuera porque los consumidores se muestran escépticos. El reportero de DW Andreas Neuhaus nos presenta al investigador.