Cascos Azules de la ONU bajo presión
23 de junio de 2013 La "Fuerza de Observación de Paz de Naciones Unidas” (UNDOF) vigila el pacto de no agresión entre Israel y Siria en un corredor de unos 70 kilómetros desde 1974. Pero desde que la guerra civil siria se ha desbordado, esta frontera se ha convertido en otro grave problema.
Tanto tropas de Al-Assad como rebeldes han irrumpido en el territorio de paz de los Altos del Golán y provocado enfrentamientos armados. Peor aún, rebeldes secuestraron a soldados filipinos de la Misión de Paz y se enfrentaron en las cercanías de las instalaciones de la ONU, hiriendo a dos soldados austríacos. Tras ello, Austria ordenó el retiro de sus tropas.
Falta de consenso entre europeos
“El retiro parcial de las tropas austríacas no es lo que ha debilitado la presencia de Cascos Azules en Cercano Oriente, sino la ineptitud de la comunidad internacional para poner sobre bases estables la misión de paz en la región”, replica el profesor Heinz Gärtner, del Instituto de Política Internacional de Viena.
Según Gärtner, “el mandato de la ONU en los Altos del Golán debe darle la posibilidad a los soldados de guardar la paz allí con las armas, en caso de ser necesario”, puesto que ésta es “la única manera de mantener la zona desmilitarizada”. Los Cascos Azules son una mera tropa de observación que no tiene licencia para disparar, así ejércitos o grupos armados irrumpan en la zona.
Aunque para todos es claro que la misión de paz entre Israel y Siria es hoy más importante que nunca, falta claridad sobre el mandato que deba tener en el futuro. Una primera buena señal es que la ONU quiere elevar el número de activos de 900 a 1250. Pero, ¿es suficiente?
¿Quién reemplaza a Austria?
Ahora, el secretario general de Naciones Unidas se enfrenta al problema de reunir 380 soldados dispuestos a adherir a la misión de paz lo más rápidamente posible. Las Islas Fiji se han convertido, entre tanto, en una reserva de soldados que ya han reemplazado a unidades de Croacia, Japón y Canadá, que han abandonado la peligrosa zona. En este caso, también podrían ser soldados de Filipinas, India, Bangladesh o Pakistán los que arriesguen su pellejo por los soldados austriacos que fueron retirados por Viena tras el regreso de la violencia al corredor de paz. También países latinoamericanos como Colombia han hecho parte de las tropas de paz de la UNDOF.
Ante la posibilidad de que ningún país europeo esté presente en los Altos del Golán, Andreas Zumach, experto alemán en Naciones Unidas, critica que Europa no haya hecho esfuerzos anteriores por lograr un mandato fuerte para la importante defensa de la paz en la región. No en vano, la conducta de los europeos causa desconcierto en la ONU. “Europa no tiene una política exterior común. Y ni hablar de una política de seguridad”, es la dura crítica desde Nueva York.
Zumach habla de una “situación esquizofrénica”: Todos saben que si cae Al-Assad la situación va a cambiar dramáticamente: “Regiones de Siria pueden ser tomadas por grupos terroristas como Al Qaeda”. Todos lo saben, pero nadie lo dice en público, acota Zumach. Porque si lo dijeran, la única consecuencia lógica sería fortalecer la misión de observación en los Altos del Golán, algo que Rusia impediría en el Consejo de Seguridad, debido a que para Moscú sería reconocer públicamente que el régimen de Al-Assad puede caer en cualquier momento.
Pero la ONU no solo está hasta el cuello en los Altos del Golán, como recuerda Heinz Gärtner, y advierte que la misión UNIFIL, emplazada en el Líbano, corre el mismo peligro.
Autora: Jeanette Seiffert / José Ospina-Valencia
Editor: Diego Zúñiga