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Caso Cumhuriyet: cargos nebulosos

23 de julio de 2017

El juicio contra los 17 empleados del diario turco está basado en acusaciones como el presunto apoyo de "organizaciones terroristas". Se lo considera como una prueba sobre el estado del poder judicial turco.

Cumhuriyet 2016 Proteste
Imagen: Cumhuriyet

Las condenas podrían ser drásticas. Desde siete años y medio de cárcel hasta 43 años de prisión. El personal del periódico Cumhuriyet tendrá que responder el lunes ante el tribunal. De qué no se conoce del todo. La acusación bajo la que se detuvo en abril a los 17 acusados es, según la agencia estatal de noticias Anadolu, apoyar a "organizaciones terroristas". Presumiblemente dos: el movimiento del predicador Fethullah Gülen y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Cargos más específicos, como por ejemplo cómo se ha materializado ese apoyo, no los detalla Anadolu.

 

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Sobre en qué basa la fiscalía sus acusaciones da una idea el caso de Ahmet Sik. El periodista de investigación fue detenido a finales de 2016 por, entre otras cosas, los mensajes publicados en Twitter. Intentaban dañar, según Anadolu, "la reputación de Turquía, sus instituciones legales y su organización militar y de seguridad".

El ejemplo de Ahmet Sik

Ahmed Sik hacía preguntas y señalaba contradicciones en la propaganda gubernamental. Por ejemplo sobre el caso del asesinato del embajador ruso en Turquía, Andrej Karlow, muerto a tiros ante las cámaras el 19 de diciembre por policía con motivaciones yihadistas. El gobierno lo presentó como un seguidor del movimiento de Gülen. Sik se preguntaba en Twitter cómo explicar entonces que el asesino fuera un policía.

O sobre la detención del actor, director y político Sirri Süreyya Önder, diputado opositor en el parlamento del partido pro-kurdo HDP que junto con el ex vice primer ministro, Yalcin Akdogan, publicó una declaración sobre una posible solución al conflicto kurdo. Tras eso fue detenido por apoyar a una organización terrorista. La conclusión de Sik: "Si lo que Süreyyas ha hecho es un crimen, ¿no debe haber más de un sospechoso, empezando por los que están en el palacio presidencial entonces?".

Entre 2011 y 2012 Sik había pasado un año en la cárcel. Su delito en aquel momento: haber criticado la influencia del movimiento Gülen en el aparato estatal, como hace hoy Erdogan. Sólo que, entonces, Erdogan y Gülen eran todavía amigos.

Probar las mentiras del gobierno

Entre los acusados en el proceso actual está el jefe de redacción de Cumhuriyet, Murat Sabuncu, así como su predecesor Can Dündar, actualmente exiliado en Alemania. La acusación afirma que la línea de Cumhuriyet había "cambiado radicalmente" desde que Dündar se hizo cargo de la dirección editorial, apoyando los objetivos de "organizaciones terroristas".

Dündar había sido condenado a cinco años y diez meses de prisión en un proceso anterior. La sentencia no es aún definitiva. Dündar y el corresponsal del periódico en la capital, Erdem Gül, fueron acusados ​​de revelación de secretos de Estado. Cumhuriyet publicó en mayo de 2015 imágenes que muestran a varios camiones que se dirigían de Turquía a Siria. Tras la carga de ayuda humanitaria se escondía material de guerra que iba a ser supuestamente entregado a la oposición siria. El gobierno había negado previamente que el convoy llevara armas. Las fotos demuestran lo contrario. "Estas son las armas que Erdogan decía que no existían", rezaban los pies de foto con que Cumhuriyet las publicó.

"Periodismo intrépido"

El juicio de Dündar y Gul fue fuertemente criticado internacionalmente. "Incluso el mayor cínico le resultaría difícil no están del lado de Dündar en este proceso", afirmó Daniel Heinrich a DW. Debido a que "Can Dündar y Erdem Gül hicieron lo que tienen que hacer los periodistas críticos: arrojaron luz sobre el cuestionable papel del gobierno turco en el conflicto de Siria".

El proceso que se inicia el lunes ya ha disparado las alarmas antes de comenzar. "El periódico Cumhuriyet es un símbolo para la valiente tarea de los pocos medios independientes que quedan en Turquía. Una condena sería una señal devastadora y una vergüenza para el poder judicial de Turquía", sentencia Christian Mihr, director general de la sección alemana de Reporteros Sin Fronteras (RSF). En la clasificación anual de la libertad de prensa de esta organización, Turquía actualmente está en el puesto 151 de 180.

Autor: Kersten Knipp (LGC/DZC)

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