Volkswagen, ya magullado por el “Dieselgate” se ve confrontado ahora con un escándalo de escuchas, e incluso con un muerto. También la mala relación con su proveedor Prevent juega un papel importante.
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El escándalo de escuchas destapado en Volkswagen, el mayor fabricante europeo de automóviles, tiene los elementos de una novela policial: en los restos del auto calcinado fue encontrado un cadáver. Este fin de semana se confirmó que se trata de un ex ejecutivo de la empresa automotriz, investigado por la Fiscalía de Braunschweig, a quien VW acusaba de haber entregado a terceros candentes informaciones internas de la firma. Según la Fiscalía, hay indicios de suicidio, pero aún no se tiene certeza absoluta.
Hace tres meses se produjo un ataque incendiario contra la vivienda del sospechoso, que había sido suspendido de sus labores porque, presuntamente, había grabado conversaciones de un grupo de trabajo de VW en 2017 y 2018. El tema tratado era cómo actuar con Prevent, un proveedor molesto.
Empresas con mala imagen
Volkswagen y Prevent, empresa controlada por la familia bosnia Hastor, sostienen una enconada pugna desde hace años.
La imagen de VW se ha visto enlodada a más tardar desde que estalló el escándalo conocido como "Dieselgate”. También Prevent tiene una imagen más bien negativa en su país de origen. En Bosnia, es considerado el prototipo de representante de la fase agresiva del capitalismo que siguió a la Guerra de las Balcanes (1992-1996).
La empresa, fundada por Nijaz Hastor, tiene fama de ser un empleador con poca conciencia social y con una gerencia incompetente, lo que ha conducido a diversas huelgas y demandas. Hastor fue antiguamente ejecutivo de la planta automotriz TAS, en Sarajevo, donde en el período comunista se fabricaron durante 20 años modelos de Volkswagen.
La familia Hastor ha conseguido en amplia medida mantenerse al margen de la discusión pública, entre otras cosas, porque ninguno de sus miembros vive en Bosnia. Nijaz Hastor y sus hijos, Damir y Kenan, aparecen de tanto en tanto fugazmente para dirigir reuniones del consejo de supervisión, pero casi nunca se muestran en público.
Pero nadie tiene dudas acerca del éxito económico de la empresa. Prevent declara en su página web tener "mas de 10.000” empleados a nivel mundial. Tan solo en Bosnia da trabajo a unas 7.500 personas.
El conflicto con VW
Las filiales alemanas de Prevent, ES Automobilguss y Car Timm, suspendieron en 2016 transitoriamente el suministro de cajas de cambio y forros de asientos, lo que forzó una costosa paralización de actividades, de varios días, en la central de VW, en Wolfsburgo, y otras fábricas.
Las citadas empresas proveedoras acusaron a VW de abuso de poder y de haber cancelado pedidos sin justificación. Argumentaron que había cesado los suministros para protegerse y hablaron de una lucha por el futuro de sus propios empleados.
Hasta ahora no está claro si en el trasfondo hubo una batalla por los precios. Pero el hecho es que VW utilizó todos los recursos legales a su alcance para que se reanudara el suministro.
Divorcio hostil
Tras arduas negociaciones, se llegó a un acuerdo con sorprendente rapidez. Los detalles no se dieron a conocer.
Pero, en marzo de 2018, Volkswagen rescindió todos los contratos con Prevent. Desde entonces, ambas partes libran batallas judiciales por indemnizaciones y no escatiman en reproches mutuos. Previamente, en VW hubo al parecer largas deliberaciones acerca de cómo zafarse de Prevent. Precisamente partes de esas conversaciones fueron grabadas ilegalmente y se hicieron llegar al portal de noticias "Bussines Insider”. Se presume que el principal sospechoso de ese escándalo podría estar muerto. Pero los entretelones del caso siguen sin aclararse.
Cuando se informó de la existencia de esas grabaciones a fines de julio, Prevent aseguró no tener nada que ver con el asunto.
(ers/cp)
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Cronología del escándalo del diésel
La manipulación de los niveles de emisión de gases de escape ha sumido a Volkswagen en una gran crisis, con una enorme pérdida de prestigio, que ya costó millones al consorcio y aún está lejos de terminar.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
La carrera hacia el desastre
Aproximadamente dos semanas después de que VW confesase que había usado un software para manipular los coches diésel, la Agencia Ambiental de Estados Unidos lo publicó oficialmente el 18 de septiembre de 2015. A partir de ahí, la crisis comenzó a acelerar rápidamente y pronto se cobró sus primeras víctimas.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
El jefe tiene que irse
El presidente de la junta directiva de VW, Martin Winterkorn, tuvo que dejar su cargo a los pocos días. El 23 de septiembre de 2015 renunció a esta posición pero aún mantiene otras responsabilidades dentro del grupo. A día de hoy, dice que nunca tuvo conocimiento del fraude.
Imagen: picture-alliance/Sven Simon
El nuevo es un viejo conocido
Su sucesor fue Matthias Müller, director general de la filial de VW Porsche. El nuevo también insistió en que no sabía nada del fraude de las manipulaciones. Su nueva función fue limpiar el consorcio, un cometido en el que no siempre pudo estar a la altura.
Imagen: Getty Images/AFP/J. MacDougall
Asalto a la sede
Contra VW no solo investigó Estados Unidos. También se implicó la fiscalía de la Baja Sajonia, el estado federado donde VW tiene su sede principal. El 8 de octubre de 2015, la fiscalía de Braunschweig entró a registrar la sede del consorcio en Wolfsburgo y otras ciudades.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Steffen
Un poderoso oponente ...
… entró también en la carrera a principios de 2016. El gobierno de Estados Unidos presentó una demanda contra VW alegando fraude y violación de las leyes estadounidenses para la protección el clima.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Burgi
De repente, a toda velocidad
Aunque todavía no estaban dados de alta por la Oficina Federal de Vehículos a Motor, VW llamó a revisión a sus modelos "Amarok". Estos serían los primeros modelos en contar con herramientas de control del motor y gases de escape conforme a la legalidad. Otros modelos como el Passat o el Golf tuvieron que esperar.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
¿Retirada o víctima de la empresa?
El 9 de marzo de 2016 renunció también el jefe de VW en EE.UU., Michael Horn. Fue uno de los protagonistas que acaparó el foco de la opinión pública cuando saltó el escándalo. Entre otras cosas, pidió disculpas al público por el comportamiento de VW.
Imagen: Getty Images/C. Somodevilla
Un juez con mucha paciencia
No es frecuente que un juez de distrito de EE.UU. como Charles Breyer (San Francisco) sea tan conocido en Alemania. Como juez principal del distrito del norte de California. él es el responsable del caso contra VW. El 21 de abril de 2016 anunció un principio de acuerdo entre el fabricante y las autoridades estadounidenses. Sin embargo, muchos detalles quedaron por aclarar.
Imagen: picture-alliance/dpa/U.S. Government
Resultado provisional devastador
El 28 de junio de 2016 se dio a conocer que VW tendría que pagar probablemente hasta 14.700 millones de dólares como compensación. Los coches afectados tendrían que ser recomprados o equipados. Ese sería el precio en Estados Unidos, pero todavía no se sabe qué salida se negociará en otros países. El valor en bolsa de la compañía había caído un 20% en el ultimo año.
Imagen: Reuters/R. Orlowski
¿Quién sabe qué?
El 8 de marzo de 2017, en la comision del Paarlamento alemán dedicada a investigar el escándalo de Volkswagen, la canciller alemana Angela Merkel declaró que se había enterado del fraude a través de los medios .
Imagen: Reuters/F. Bensch
Mercedes, Audi, Porsche...
Durente los meses siguientes se inician también investigaciones contra otros fabricantes alemanes, incluidas también marcas del grupo Volkswagen como Audi y, posteriormente, Porsche. La fiscalía de Stuttgart también llegó a registrar algunas oficinas de Daimler por sospechas de manipulación del software de emisiones.
Imagen: Reuters/F. Bensch
También en el segmento de lujo
Después de haber sido investigada por la fiscalía de Stuttgart, la empresa Porsche recibió a finales de julio de 2017 un duro golpe por parte del ministro de Transportes, Alexander Dobrint, que prohibió las matriculaciones de uno de los modelos de Porsche Cayenne.