Justo el día en que se cumplen cinco años de la muerte de Oury Jalloh, un africano solicitante de asilo que pereció mientras se encontraba detenido en una comisaría de Dessau (este de Alemania), el Tribunal Federal alemán resolvió reabrir el proceso judicial para esclarecer los hechos. De este modo, queda sin efecto el fallo anterior de una corte regional que había absuelto al jefe del grupo policial de servicio en esa fecha.

Dudas e incongruencias

Varios son los cabos sueltos en este caso. La versión de que Oury Jalloh fue víctima de un incendio que él mismo provocó al haber prendido fuego al colchón de su celda, plantea interrogantes dado que el joven de 23 años, oriundo de Sierra Leona, se encontraba atado de pies y manos. Además, tuvo que romper la cubierta antiinflamable del colchón para poder encender su interior. Por otra parte, deja dudas la tardanza con que reaccionó el funcionario policial a cargo en esa oportunidad, quien no atendió la primera alarma del detector de incendios y perdió valiosos minutos telefoneando con su superior antes de acudir a la celda.

El tribunal de apelación consideró que había vacíos en la presentación de las evidencias y suficientes dudas que ameritan un nuevo proceso. La jueza Ingeborg Tepperwien indicó que de eso no se colige necesariamente que el fuego haya sido encendido por terceros, ya que es posible que la propia víctima lo haya provocado. No obstante, la magistrada afirmó que los familiares de Jalloh tienen derecho a un proceso judicial y a que se haga todo lo posible por esclarecer la verdad de lo ocurrido, aunque también hay que aceptar que los recursos de un tribunal son limitados.

Aplausos de defensores de derechos humanos

Difícil se plantea la investigación, pero desde ya la determinación del Tribunal Federal ha sido aplaudida por organizaciones de derechos humanos, como Pro Asyl y la Liga Internacional de Derechos Humanos. “En Dessau había un muro de silencio (...) ahora existe la posibilidad de aclarar el caso”, señaló una abogada de familiares de Oury Jalloh, quien había sido detenido en estado de ebriedad por haber molestado a unas mujeres que dieron aviso a la policía.

La muerte del joven africano y el fallo previo, que eximía de culpas al encargado policial, había dado pie a protestas y sospechas de que hubiera factores de racismo en juego. Una película, titulada con el nombre de Oury Jalloh, ganó a fines de 2008 un premio de Cine de Derechos Humanos en Alemania. La cinta trata de la marginación y xenofobia con que se ven confrontados inmigrantes de Sierra Leona como el joven que perdió la vida el 7 de enero de 2005, en la comisaría de Dessau.

Autor: ERS/dpa/ap/epd/afp

Editor: Enrique López Magallón