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Navalny: limitadas opciones de Occidente frente a Rusia

3 de septiembre de 2020

La canciller Angela Merkel exige con indignación que Rusia aclare quién llevó a cabo el envenenamiento del activista opositor Alexei Navalny. Pero la influencia de Europa sobre el Kremlin es reducida.

Russland Moskau | Alexej Nawalny, Oppositionspolitiker
Imagen: Getty Images/AFP/K. Kudryavtsev

Los ataques contra miembros de la oposición rusa dentro y fuera del país no son nada nuevo. La táctica rusa está bien ensayada: desde el Kremlin siempre se niega cualquier implicación y se niegan los hechos que Occidente considera probados. El caso del crítico del régimen ruso Alexei Navalny, que está siendo tratado en la Charité de Berlín, no es diferente.

La canciller alemana, Angela Merkel, habla de "intento de asesinato" de Navalny. La evidencia de que fue envenenado con la neurotoxina Novichok, de fabricación soviética, es "clara", según el gobierno alemán. La canciller, la Unión Europea y la OTAN se mostraron indignados en sus declaraciones y exigen explicaciones al gobierno ruso.

Moscú, por su parte, quiere verificar primero la información de Berlín, y se queja de las acusaciones.

¿Cuál es la reacción adecuada?

Klaus Segbers, catedrático y experto en Rusia, escribió en un artículo para el diario alemán Zeit online que no vale la pena seguir "charlando" con el Kremlin: "El diálogo solo tiene sentido si se observan estándares mínimos de comportamiento y si hay intereses al menos en parte coincidentes".

Helmut Scholz, portavoz de política exterior de La Izquierda en el Parlamento Europeo, cree, en cambio, que hay que intensificar el contacto con Moscú. "Creo que una mayor escalada y confrontación en la relación bilateral no será en absoluto útil; necesitamos cooperación". Es necesaria la cooperación entre los servicios secretos de la UE y Rusia con "prudencia y responsabilidad", agregó Scholz.

Angela Merkel, en contra de congelar el proyecto del gasoducto "Nord Stream 2" como medida punitiva contra Rusia.Imagen: Getty Images/AFP/M. Schreiber

¿No hablar, sino sancionar?

Hay voces que exigen sanciones contra el actual proyecto de gasoducto "Nord Stream 2". No solo el experto en Rusia Klaus Segbers, sino también el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, Norbert Röttgen (CDU), abogan por detener la construcción de la casi terminada y controvertida conexión directa de gas entre Rusia y Alemania a través del Mar Báltico. El experto en política exterior del partido FDP, Alexander Graf Lambsdorff, dijo a DW que no considera apropiado el abandono total del proyecto, sino una "moratoria", una especie de congelación de la construcción hasta que se resuelva el caso Navalny.

La canciller alemana, sin embargo, sigue apostando por la continuación de la construcción del gasoducto. Markus Söder, el primer ministro de Baviera, apoya la postura de Merkel, afirmando que el caso Navalny no tiene nada que ver con el gasoducto.

De hecho, dejar de construir el "Nord Stream 2" no significa que Rusia sufriría un daño económico considerable, porque el gas que se suministra a través del gasoducto va dirigido a clientes de Occidente. Lo que sí afectaría en verdad a Rusia sería la reducción de las exportaciones de gas a Alemania y Europa.

Según Hans Henning Schröder, experto en Rusia de la Fundación Ciencia y Política, "probablemente lo único que se podría hacer es prescindir del gas ruso. Pero en realidad no es realista, porque sería extremadamente caro y requeriría una reorganización considerable de los flujos de suministro". Alemania, por ejemplo, obtiene la mitad de su gas natural de fuentes rusas.

Transporte de Alexéi Novalny al Hospital Charité de Berlín.Imagen: Imago Images/V. Filippov

¿Cómo reacciona Occidente?

En cuanto a las relaciones generales con Rusia y su presidente Vladimir Putin, en Occidente no hay consenso. El presidente francés, Emmanuel Macron, por ejemplo, está tratando deliberadamente de mantener una "relación especial" con Moscú, como lo ha hecho por mucho tiempo. Durante su mandato, Macron se ha reunido más veces con Putin que con cualquier político líder de la UE, para hablar con él sobre temas geopolíticos, como la guerra en Siria, la situación en Libia y muchos otros conflictos en los que Rusia está involucrada.

El gobierno populista de Italia presume de las "buenas y positivas relaciones" con Rusia en su sitio web. Lo mismo ocurre con Austria. El gobierno de Viena se ve a sí mismo como un mediador entre Rusia y Occidente, incluso cuando la relación se vio recientemente un poco empañada por un escándalo de espionaje ruso.

Los Estados miembros de la UE de Europa del Este, que durante mucho tiempo pertenecieron a la esfera de influencia soviética, ven a Rusia de manera mucho más crítica. Por eso Polonia, los países bálticos y otros países han rechazado la construcción de "Nord Stream 2".

¿Y Estados Unidos?

Donald Trump ha impuesto sanciones a las empresas involucradas en la construcción del gasoducto Nord Stream 2. El presidente estadounidense es un acérrimo oponente del proyecto, porque preferiría que se vendiera gas licuado de EE. UE. a Alemania y Europa.

Diplomáticos del gobierno de Estados Unidos han expresado su indignación por el caso Navalny y exigen también explicaciones a Rusia. Trump por ahora se jacta de sus "excelentes" relaciones con Putin. Hasta ahora su gobierno no ha decidido si aplicará sanciones a Rusia.

(rmr/ers)

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