La canciller Angela Merkel exige con indignación que Rusia aclare quién llevó a cabo el envenenamiento del activista opositor Alexei Navalny. Pero la influencia de Europa sobre el Kremlin es reducida.
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Los ataques contra miembros de la oposición rusa dentro y fuera del país no son nada nuevo. La táctica rusa está bien ensayada: desde el Kremlin siempre se niega cualquier implicación y se niegan los hechos que Occidente considera probados. El caso del crítico del régimen ruso Alexei Navalny, que está siendo tratado en la Charité de Berlín, no es diferente.
La canciller alemana, Angela Merkel, habla de "intento de asesinato" de Navalny. La evidencia de que fue envenenado con la neurotoxina Novichok, de fabricación soviética, es "clara", según el gobierno alemán. La canciller, la Unión Europea y la OTAN se mostraron indignados en sus declaraciones y exigen explicaciones al gobierno ruso.
Moscú, por su parte, quiere verificar primero la información de Berlín, y se queja de las acusaciones.
¿Cuál es la reacción adecuada?
Klaus Segbers, catedrático y experto en Rusia, escribió en un artículo para el diario alemán Zeit online que no vale la pena seguir "charlando" con el Kremlin: "El diálogo solo tiene sentido si se observan estándares mínimos de comportamiento y si hay intereses al menos en parte coincidentes".
Helmut Scholz, portavoz de política exterior de La Izquierda en el Parlamento Europeo, cree, en cambio, que hay que intensificar el contacto con Moscú. "Creo que una mayor escalada y confrontación en la relación bilateral no será en absoluto útil; necesitamos cooperación". Es necesaria la cooperación entre los servicios secretos de la UE y Rusia con "prudencia y responsabilidad", agregó Scholz.
¿No hablar, sino sancionar?
Hay voces que exigen sanciones contra el actual proyecto de gasoducto "Nord Stream 2". No solo el experto en Rusia Klaus Segbers, sino también el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, Norbert Röttgen (CDU), abogan por detener la construcción de la casi terminada y controvertida conexión directa de gas entre Rusia y Alemania a través del Mar Báltico. El experto en política exterior del partido FDP, Alexander Graf Lambsdorff, dijo a DW que no considera apropiado el abandono total del proyecto, sino una "moratoria", una especie de congelación de la construcción hasta que se resuelva el caso Navalny.
La canciller alemana, sin embargo, sigue apostando por la continuación de la construcción del gasoducto. Markus Söder, el primer ministro de Baviera, apoya la postura de Merkel, afirmando que el caso Navalny no tiene nada que ver con el gasoducto.
De hecho, dejar de construir el "Nord Stream 2" no significa que Rusia sufriría un daño económico considerable, porque el gas que se suministra a través del gasoducto va dirigido a clientes de Occidente. Lo que sí afectaría en verdad a Rusia sería la reducción de las exportaciones de gas a Alemania y Europa.
Según Hans Henning Schröder, experto en Rusia de la Fundación Ciencia y Política, "probablemente lo único que se podría hacer es prescindir del gas ruso. Pero en realidad no es realista, porque sería extremadamente caro y requeriría una reorganización considerable de los flujos de suministro". Alemania, por ejemplo, obtiene la mitad de su gas natural de fuentes rusas.
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¿Cómo reacciona Occidente?
En cuanto a las relaciones generales con Rusia y su presidente Vladimir Putin, en Occidente no hay consenso. El presidente francés, Emmanuel Macron, por ejemplo, está tratando deliberadamente de mantener una "relación especial" con Moscú, como lo ha hecho por mucho tiempo. Durante su mandato, Macron se ha reunido más veces con Putin que con cualquier político líder de la UE, para hablar con él sobre temas geopolíticos, como la guerra en Siria, la situación en Libia y muchos otros conflictos en los que Rusia está involucrada.
El gobierno populista de Italia presume de las "buenas y positivas relaciones" con Rusia en su sitio web. Lo mismo ocurre con Austria. El gobierno de Viena se ve a sí mismo como un mediador entre Rusia y Occidente, incluso cuando la relación se vio recientemente un poco empañada por un escándalo de espionaje ruso.
Los Estados miembros de la UE de Europa del Este, que durante mucho tiempo pertenecieron a la esfera de influencia soviética, ven a Rusia de manera mucho más crítica. Por eso Polonia, los países bálticos y otros países han rechazado la construcción de "Nord Stream 2".
¿Y Estados Unidos?
Donald Trump ha impuesto sanciones a las empresas involucradas en la construcción del gasoducto Nord Stream 2. El presidente estadounidense es un acérrimo oponente del proyecto, porque preferiría que se vendiera gas licuado de EE. UE. a Alemania y Europa.
Diplomáticos del gobierno de Estados Unidos han expresado su indignación por el caso Navalny y exigen también explicaciones a Rusia. Trump por ahora se jacta de sus "excelentes" relaciones con Putin. Hasta ahora su gobierno no ha decidido si aplicará sanciones a Rusia.
(rmr/ers)
Alexei Navalny, el rostro de la oposición rusa
Alexei Navalny estuvo hospitalizado con síntomas de envenenamiento y es una de las principales figuras de la oposición rusa. Ha encabezado masivas protestas contra el gobierno de Putin y ha sido detenido varias veces.
Imagen: Imago Images/Itar-Tass/S. Fadeichev
La voz que denuncia
El abogado Alexei Navalny se cuenta entre las principales figuras de la oposición al presidente ruso, Vladimir Putin. Navalny adquirió relevancia pública en 2008, al denunciar en su blog malas prácticas en la esfera política rusa y en algunas de las principales empresas estatales. Sus revelaciones condujeron incluso a renuncias de funcionarios, algo inusual en Rusia.
Imagen: picture-alliance/dpa/TASS/V. Sharifulin
Controvertidas elecciones parlamentarias
En 2011, Navalny fue detenido por primera vez. Pasó 15 días en prisión, por haber liderado una manifestación frente a la Duma en Moscú, en protesta contra las irregularidades denunciadas en los comicios parlamentarios del 4 de diciembre. A su salida de la cárcel, se mostró decidido a continuar con las protestas.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Stenin
Segunda detención
En 2012, Putin ordenó una investigación policial sobre el pasado de Navalny. Al año siguiente, fue juzgado por malversación de fondos en la ciudad de Kirov y condenado a cinco años de cárcel. Sin embargo, fue liberado al día siguiente, a la espera del resultado de una apelación a un tribunal superior. Posteriormente la sentencia fue suspendida.
Imagen: Reuters
Crece la plataforma de oposición
Pese a verse envuelto en problemas judiciales, Navalny pudo presentar su candidatura a la alcaldía de Moscú en 2013. Obtuvo el segundo lugar en las elecciones, tras Serguei Sobianin, un aliado de Putin. El resultado fue interpretado como un gran éxito por la oposición, que se sintió fortalecida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Navalny se abre paso en las redes sociales
Su retórica contraria al Kremlin le cerró el acceso a la televisión estatal rusa. Eso llevó a Navalny a difundir su mensaje político a través de las redes sociales y de su blog. Con su talento oratorio, su lenguaje agudo y su humor irónico, logró movilizar a una legión de seguidores jóvenes.
Imagen: Alexei Navalny/Youtube
Ambiciones presidenciales
En diciembre de 2016, el líder opositor anunció el inicio formal de su campaña para postularse como candidato a la presidencia rusa en las elecciones de 2018. Sin embargo, repetidas acusaciones de corrupción que sus opositores atribuyen a motivaciones políticas, bloquearon su carrera electoral.
Imagen: Getty Images/AFP/K. Kudryavtsev
Sentencia por corrupción
En 2016, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que Rusia había violado el derecho de Navalny a un juicio imparcial en el caso Kirov. Si bien la Corte Suprema Rusa suspendió la sentencia de cinco años de cárcel, el caso retornó a la corte de Kirov. En 2017, esta volvió a condenarlo a cinco años de prisión en suspenso.
Imagen: picture-alliance/Sputnik/A. Kudenko
Multitudinaria protesta en Moscú
En febrero de 2017 se llevaron a cabo manifestaciones contra la corrupción en decenas de ciudades rusas. Más de 1.000 manifestantes fueron detenidos, entre ello, Navalny. En Moscú, se estima que tuvo lugar la mayor protesta registrada desde 2012. Navalny fue liberado 15 días después.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Evgeny Feldman for Alexey Navalny's campaign
Agresión física
Navalny fue objeto de una agresión con una sustancia química y tuvo que ser hospitalizado en abril de 2017. Su córnea derecha sufrió un daño permanente. Navalny acusó a las autoridades rusas de impedirle buscar tratamiento médico en el exterior, debido a la sentencia en suspenso en su contra. Luego se le permitió viajar a España para someterse a una cirugía.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. Feldman
Reiterados arrestos
En 2018, Navalny fue arrestado por 30 días. Tras haber sido puesto en libertad en septiembre, fue detenido nuevamente por 20 días. En abril de 2019, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó que Rusia había violado los derechos de Navalny al mantenerlo bajo arresto domiciliario en 2014, durante el proceso por malversación de fondos en Kirov.
Imagen: Reuters/M. Shemetov
Denuncia de envenenamiento
En julio de 2019, pocas semanas después de haber sido liberado de una cárcel donde pasó diez días, Navalny fue encarcelado nuevamente por 30 días, por violar las estrictas leyes rusas relativas a las manifestaciones. El líder opositor acusó a las autoridades de haberle suministrado mientras estaba en prisión una sustancia tóxica. Sus síntomas recibieron el diagnóstico oficial de "alergia".
Imagen: picture-alliance/AP Photo/navalny.com
Allanamiento y cuentas congeladas
A través de YouTube y otras redes sociales, Navalny había conseguido millones de seguidores a fines de 2019. La policía allanó la central de su Fundación contra la Corrupción (foto) y lo detuvo. Su equipo señaló que los uniformados querían confiscar sus equipos técnicos. Pocos meses después, en marzo, Navalny reportó que sus cuentas bancarias y las de miembros de su familia habían sido congeladas.
Imagen: Reuters/FBK Handout
En estado de coma
El 20 de agosto de 2020, el portavoz de Navalny informó que, tras haber tomado un té en el aeropuerto, el líder opositor se sintió abruptamente mal durante el vuelo. Su estado se deterioró tanto que el avión tuvo que aterrizar de emergencia. Navalny fue llevado a un hospital (foto), donde fue internado en estado de coma, y conectado a un respirador. Sus cercanos sospechan que fue envenenado.