Expulsión de diplomáticos

Cuando a principios de esta semana la primera ministra británica,Theresa May, exigió a Rusia explicaciones sobre el caso del exespía ruso Serguéi Skripal envenenado el pasado 4 de marzo de 2018, la líder conservadora amenazó con una serie de "medidas drásticas” como respuesta. El Krémlin no ha respondido al ultimátum de May y ya se conoce la reacción del Reino Unido: en una declaración ante el Parlamento, la primera ministra británica acusó a Rusia de haber actuado "con un completo desprecio" ante la "gravedad" del incidente ocurrido el pasado día 4, pese a que se le ofreció la "oportunidad" de proporcionar una explicación. De esta manera, justificaba la expulsión de 23 diplomáticos rusos del país, el mayor número en los últimos 30 años.

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Tras el anuncio de la medida, la Embajada rusa en Reino Unido explicó en un breve texto que este miércoles (14.03.2018) fue convocado el embajador, Alexander Yakovenko, al Ministerio de Asuntos Exteriores británico. Allí se le informó de la expulsión de los 23 diplomáticos y que "se les declaraba persona no grata". Según el comunicado, "toda la responsabilidad por el deterioro de las relaciones entre Rusia y el Reino Unido reside en las actuales autoridades británicas” y califica la decisión como "inaceptable, injustificable y corta de miras”.

También tras el asesinato del antiguo espía ruso Alexander Litwinenko en 2006, Reino Unido expulsó del país a diplomáticos rusos y presuntos agentes secretos. En aquel entonces, la relación entre ambos países experimentó "un punto de inflexión”, dice a Deutsche Welle Wolfgang Ischinger, director de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que entre 2006 y 2008 fue embajador alemán en Reino Unido. Hasta el día de hoy ha quedado en aquel país el regusto de que el Gobierno de aquel entonces no actuó contra Rusia con la suficiente dureza. Pero Ischinger advierte de que las nuevas expulsiones puedan llevar a Moscú a tomar una medida similar con los diplomáticos británicos en Rusia.

Boicotear el Mundial de Fútbol 2018

La familia real británica no asistirá al Mundial de Fútbol de Rusia después de la crisis diplomática. Además, Theresa May, anunció que ningún funcionario de alto rango del país o miembro de la familia real viajará a Rusia para representar a Reino Unido durante el torneo, que es el evento deportivo más importante de 2018. Se disputará del 14 de junio al 15 de julio en 11 ciudades. Aún se debate en la prensa británica si la selección británica debería llegar a disputarlo. El ministro de Exteriores, Boris Johnson, ha propuesto que no participe.

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Ciberataque al Krémlin

Varios diarios británicos consideran posible este escenario. Según The Times, que cita a funcionarios anónimos, Theresa May ya ha dado "vía libre” a esta posibilidad. Un paso tal estaría incluso contemplado en la Carta de las Naciones Unidas. El artículo 51 del reglamento de este organismo concede el derecho a la defensa propia "en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas”.

Theresa May ha clasificado el caso del exespía Skripal como "ataque directo” a su país, por lo que puede remitirse de manera "unilateral” al artículo 51, según asegura Nicolai von Ondarza, de la Fundación Ciencia y Política, en entrevista con Deutsche Welle. Si el caso llegara a nivel de la ONU, una resolución conjunta al respecto tendría pocas opciones de salir adelante por el derecho a veto de Rusia. Un ciberataque estaría dirigido contra las llamadas "granjas de trolls”, es decir, contra organismos rusos desde los que se trabaja para influir en la opinión pública mundial. Un ataque de este tipo no sería anunciado de forma oficial, sino que se informaría después de haber sido llevado a cabo.

Sanciones contra medios rusos

Londres también podría actuar contra medios rusos activos en Reino Unido. En la mira estaría el canal "Russia Today” (RT). El Consejo británico de Medios ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de retirarle la licencia de emisión. Por su parte, el ministro de Exteriores anunció al mismo tiempo contramedidas al respecto: cerrar RT implicaría expulsar a todos los medios británicos de Rusia.

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RT es una emisora internacional financiada por el Gobierno ruso. Precisamente en ese canal, el antiguo jefe del FSB, el servicio secreto del Interior, Nikolai Kovaliov,  dijo sobre el caso Skripal que "Estados Unidos, Reino Unido y Ucrania utilizan este envenenamiento en contra de Rusia”, pero que la idea de que este país hubiera querido asesinar a Skripal es "absurda”. 

Sanciones financieras

Si Reino Unido llegara a imponer sanciones financieras a Rusia, atacaría un punto especialmente débil de aquel país. Londres disfruta de una posición de privilegio en el terreno internacional de las finanzas y los inversores rusos son muy activos en el Reino Unido. Pero los ingleses también necesitan socios: antes de tomar medidas unilaterales, "el Gobierno británico debería preguntarse si al final no va a salir perdiendo su propio país”, dice a DW Wolfgang Ischinger. El politólogo Nicolai von Ondarza no cree que hubiera demasiada solidaridad a nivel europeo y que otros países también pongan sanciones a Rusia "teniendo en cuenta que Reino Unido está en el proceso de salida de la UE”.

Autor: Michael Borgers (MS/ELM)

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