El gobierno regional catalán quiere proclamar pronto la independencia de España. Sin embargo, no podrá justificarlo con el derecho internacional ni el derecho europeo.
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El derecho a la autodeterminación de los pueblos es un principio importante en el derecho internacional, pero también la protección de la integridad territorial de un Estado. El movimiento catalán independista proclama defender el primero, mientras que el gobierno español se basa en el segundo. No existe un derecho a la secesión bajo el derecho internacional, a menos que ambas partes estén de acuerdo, algo que claramente no es el caso en Cataluña.
Fundar un nuevo Estado no siempre es un problema. Cuando los checos y los eslovacos se separaron en 1992, se hizo con el consentimiento mutuo. Cuando los pueblos de Africa declararon su independencia en los años 50 y 60 del siglo XX, en algunos casos las potencias coloniales resistieron, pero el derecho de los pueblos a la autodeterminación fue el principio fundamental de las Naciones Unidas. Sin embargo, el experto en derecho internacional Stefan Talmon argumenta que los catalanes no pueden apoyarse en dicho recurso: "El derecho a la autodeterminación de un pueblo presupone que haya un pueblo que pueda abogar por ese derecho. Una parte de una población aunque tenga una cierta identidad propia no es un pueblo en el sentido del derecho internacional", dice Talmon a DW.
Los bávaros no se pueden separar de Alemania
Tampoco los bávaros en Alemania podrían acudir al derecho a la autodeterminación, si alguna vez decidieran querer salir de la Republica Federal de Alemania. Lo mismo los albaneses de Kósovo. Ellos no son un pueblo en el sentido del derecho internacional. Kosovo se declaró independiente de Serbia en 2008, pero la situación sigue sin resolverse. Serbia sigue considerando a Kosovo como parte de su territorio. La Corte Internacional de Justicia llegó a la conclusión de que la declaración de independencia de Kosovo no violaba el derecho internacional, sin embargo no se aclaró en la cuestión del estatus y confirmó la resolución 1244 de la ONU, según la cual se garantizaba la soberanía y la integridad territorial de Serbia.
Por otra parte, más de la mitad de los casi 200 Estados miembros de las Naciones Unidad han reconocido a Kosovo como un Estado Independiente. España, sin embargo, todavía no es uno de ellos, precisamente porque Madrid teme un precedente para Cataluña.
El caso de Escocia
Otro caso es Escocia. El Gobierno británico bajo el primer ministro David Cameron no fue legalmente obligado a permitir un referéndum sobre una independencia escocesa. Sin embargo, en 2014, permitió un voto popular en Escocia para aclarar la cuestión. Resultado: una mayoría de alrededor del 55 por ciento contra un 45 por ciento votó por quedarse en el Reino Unido. Incluso la decisión sobre el Brexit, rechazado por una gran mayoría de los escoceses, no parece haber cambiado su opinión. Por el momento, la cuestión escocesa parece estar aclarada.
¿Y Cataluña? No se puede hablar seriamente de una opresión de los catalanes o de su cultura como en los tiempos del General Franco. Cataluña goza de una amplia autonomía. Stefan Talmon no ve ningún fundamento jurídico para el movimiento independista catalán: "Ni en el derecho constitucional ni en el derecho se encuentra una base para el independentismo catalán". Sabine Riedel de la Fundación Ciencia y Política en Berlín, comenta: "Los separatistas catalanes están dispuestos a crear una Cataluña independiente, a pesar de que esto va en contra del derecho internacional y a pesar de que gozan de derechos de autonomía. Si los separatistas logran la independencia, las consecuencias serian incalculables."
"Podría haber 300 o 400 Estados independientes "
No solo el derecho internacional, sino también el derecho europeo, protege a los Estados existentes. El artículo 4 del Tratado de la Unión Europea establece que "los Estados respetan sus respectivas identidades nacionales, expresadas en sus estructuras políticas y constitucionales, incluyendo la autonomía regional y local", así como su "integridad territorial". Es decir: las separaciones no son deseadas. La razón también es que en la UE los Estados son los actores clave. Stefan Talmon afirma que "el derecho internacional es un producto de los Estados existentes, y por lo tanto es muy resistente a cambios". Si se permite la fragmentación de Estados existentes "sobre la base de sentimientos subjetivos de identidad" de grupos individuales o regiones, "no tendríamos unos 200 Estados sino 300 o 400, y en muy poco tiempo", dice Talmon.
Autor: Christoph Hasselbach (GG)
Origen histórico del independentismo en Cataluña
Ante la escalada de tensión en torno al movimiento independentista de Cataluña, repasamos los momentos históricos de esta comunidad autónoma española en los que ha contado con distintos grados de autonomía.
Imagen: Reuters/A.Gea
Cataluña: concentración de población
Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada de las 17 comunidades autonónomas de España. Situada en el nordeste de la península Ibérica, tiene una población de más de 7 millones y medio de habitantes que viven en las cuatro provincias que la componen: Barcelona, Girona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona, y su área metropolitana, aglutina a dos tercios de la población catalana.
Pasado colonial diverso
Cataluña vivió la colonización de los pueblos fenicio, etrusco y griego. Los griegos se establecieron en Rosas y también en Ampurias (foto), que tuvo una gran influencia en el territorio hasta la llegada de los romanos. Estos levantaron infraestructuras y ciudades, tal como hoy las entendemos. Fue una posesión del Imperio hasta que pasó a manos de los visigodos.
Imagen: Caos30
Condados catalanes, dominio independiente
Cataluña fue conquistada por los musulmanes que fueron expulsados con el apoyo de Carlomagno. Los llamados condados catalanes se convirtieron, con el tiempo, en un dominio independiente y se confederaron en 1137 con la Corona de Aragón, a raíz de una unión dinástica entre Aragón y Cataluña. En el siglo XIII y principios del XIV la Corona se expande con las conquistas de Mallorca (foto) y Valencia.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Conservando autonomía hasta la Sucesión
En el siglo XIII surgen instituciones como la Diputación del General (Generalitat de Cataluña), las Cortes Generales y administraciones locales, como el Consejo de Ciento de Barcelona. La Corona de Aragón se unió a la Corona de Castilla en 1476, pero conservó sus instituciones autónomas de gobierno hasta el final de la Guerra de Sucesión Española (1714), posterior a la de los Segadores (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Cada 'Diada' se celebra una derrota
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe rey promulgó el Decreto de Nueva Planta y se abolieron los privilegios nobiliarios, los fueros locales y las instituciones de autogobierno que eran respetadas por la Casa Austria en todos los reinos declarados austracistas. Cada 11 de septiembre (foto) se recuerda la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gene
Falta de apoyo a la figura monárquica
El Sexenio Revolucionario trajo el fin del reinado de Isabel II de España y la restauración de la dinastía borbónica en 1875. Con la redacción de la Constitución de 1869 surgió el problema de en qué figura debía recaer la monarquía española. Amadeo de Saboya fue elegido como Monarca constitucional en 1871. Lo fue hasta el 1873, al abdicar por falta de apoyo y la tercera guerra carlista (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Un federalista al frente de la Primera República Española
Tras la abdicación de Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República Española que apenas duró un año. El republicanismo estaba dividido entre aquellos que querían una República unitaria (con un único gobierno para todo el país) y una federal (en la que los estados autónomos se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior) como Francisco Pi y Margall (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Intento de creación de un Estado Catalán
La República tuvo que hacer frente a dificultades como las confrontaciones entre los republicanos unitarios y los federalistas, así como el intento de Cataluña de crear un Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restableció la Monarquía Española y la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII de España (foto).
Imagen: picture-alliance/Quagga Illustrations
El catalanismo republicano en lucha
Entre 1923 y 1930, la dictadura del General Primo de Rivera se instauró en España, con el apoyo del rey Alfonso XIII, el Ejército, de la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. No obstante, Cataluña se convirtió en uno de los focos más activos de oposición a la dictadura con el crecimiento del catalanismo republicano cuyo líder, Francesc Macià, (foto), fue el luchador más comprometido.
Guerra Civil, consecuencia de poner fin a la Segunda República
En la Segunda República, diputados catalanes elaboraron el Estatuto de Núria que fue aprobado en las Cortes Españolas en 1932. Ese año, Macià fue ratificado como presidente en las elecciones al Parlamento de Cataluña. Luego fue sucedido por Lluís Companys en el cargo hasta el final de la Guerra Civil (1936-1939) que se produjo tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Pérdida de libertades
El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos no afines al régimen, la supresión del Estatuto de Autonomía (que ya había sido suspendido por el Gobierno de España entre octubre de 1934 y febrero de 1936) y sus instituciones derivadas y la persecución de la lengua y la cultura catalanas.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Recuperando autonomía con un nuevo estatuto
Después de las primeras elecciones generales tras el término de la dictadura, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalitat con José Tarradellas al frente. Este formó un gobierno de concentración (1977-1980) con doce consejeros para redactar el estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y convocó elecciones al Parlamento de Cataluña (foto) donde fueron elegidos los primeros 135 diputados.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que define a Cataluña como nacionalidad y reconoce el catalán como lengua propia, era superior al de 1932 en aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros, como justicia, finanzas y orden público. Tras su promulgación, se celebraron las primeras elecciones catalanas en 1980. Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat hasta el 2003.
Imagen: Jose Gayarre
El auge de una reivindicación
El independentismo creció en los últimos años debido a los recortes del Tribunal Constitucional al nuevo Estatuto aprobado en 2006 y que establece una nueva
relación prácticamente federal con España, y al rechazo del gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal, la promesa electoral de Artur Mas, que pretendía acabar con el déficit fiscal que sufre Cataluña con un sistema similar al concierto vasco.
Imagen: Reuters/A.Gea
Primer intento: 9N
Las manifestaciones multitudinarias a favor de la independencia siguieron creciendo en 2013 y 2014 y forzaron a Artur Mas, que firmó un acuerdo de gobernabilidad con ERC, formación política que quedó segunda en escaños por primera vez en la historia posfranquista, a convocar una consulta sobre la independencia en el 2014. La votación se llevó a cabo finalmente el 9 de noviembre de 2014.
Imagen: Reuters/G. Nacarino
Duelo de titanes
En enero de 2016, a raíz del acuerdo entre Juntos por el Sí (formado por Convergencia Democratica de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros) y la CUP, Mas fue sustituido por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Puigdemont ha continuado el proceso independentista convocando un nuevo referéndum para el domingo 1 de octubre, rechazado por el gobierno de Rajoy.