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Cataluña: latinos a favor y en contra de la independencia

Judit Alonso
28 de septiembre de 2017

Con unos 200.000 latinoamericanos en Cataluña, la comunidad sigue de cerca los intentos por hacer un referéndum el 1 de octubre, aunque la mayoría de ellos no podrá votar, por no tener la ciudadanía española.

Spanien Demonstration für Unabhängigkeit Katalonien in Barcelona
Imagen: Reuters/S. Vera

Cataluña vive en tensión a pocos días de la celebración del referéndum del domingo 1 de octubre. La votación, abierta a ciudadanos españoles en Cataluña y aquellos que así lo hayan solicitado desde el extranjero, deja fuera al más de millón de extranjeros que viven en la comunidad autónoma, entre ellos cerca de 200.000 americanos, según los datos del Observatorio Permanente de la Immigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social español.

Para Mario Lases, mexicano que lleva 11 años viviendo en Cataluña, “el derecho a la autodeterminación de los pueblos es fundamental y en eso consiste la democracia”. “El referéndum en Cataluña es la única manera democrática de aclarar la posición de la población, con una elección directa acerca del tema“, añadió Carmelo Carrillo, montador de video venezolano que vive en Cataluña desde hace 8 años.

En este mismo sentido se posicionó Ada Quentin, directora de desarrollo internacional mexicana que vive en Cataluña desde hace 6 años: “a favor de un referéndum oficial para que todas las personas que viven en Cataluña de desplacen a votar y que las condiciones para votar sean claras“.

De acuerdo con el qué pero no con el cómo

“Estoy totalmente a favor de un referéndum sobre la cuestión territorial de Catalunya por todo lo que hemos visto estos últimos años, la manifestaciones multitudinarias y el gran interés de las personas en este tema”, opinó Breno Pentagna, profesor de portugués que vive en Cataluña desde hace 11 años. No obstante, “un referéndum debería tener una cierta imparcialidad, además de contar con información más plural sobre las consecuencias de su resultado”, matizó el brasileño.

“Siempre he estado a favor del reférendum, pero no en los términos que está planteado en este momento. ¿Se puede crear una nación con un 55 o incluso un 60% de apoyo? No lo creo, solo una nación terriblemente dividida”, consideró Yvelisse, emprendedora venezolana que vive en Cataluña desde hace 16 años. “Vengo de una nación que tiene décadas de división dolorosa y sangrante, y no quiero eso para Cataluña”, aseguró.

La comunidad latina en Cataluña está conformada por alrededor de 200.000 personas.

Este es uno de los aspectos, entre otros, por los que tampoco está de acuerdo Martín da Souza, periodista y sociólogo uruguayo que vive en Cataluña desde hace una década. “La forma en la que se va a realizar fomenta el anticatalanismo y retroalimenta las crispaciones entre los pueblos españoles dividiéndolos aún más”, lamentó. Y es que “independizarse es dividir, no solo a España, sino los mismos catalanes”, añadió Pablo Guzmán, italoargentino que trabaja en el sector de la construcción y que vive desde hace una década en Cataluña. 

Tapadera de corrupciones

Margareth Goncalvez, asistente de marketing de una multinacional, está en contra del referéndum que vincula a “una historia de corrupción sistemática de más de 30 años”. “Han cambiado el nombre de un partido solo para intentar desahacerse de su historial de corrupción con la família Pujol, es una cortina de humo para desviar el foco”, criticó la brasileña, que hace 11 años que vive en Cataluña.

Esta postura se contrapone con la de su compatriota, Flávio Carvalho, que vive en Cataluña desde hace una docena de años. “El gobierno de España ha cortado de Cataluña, no solamente sus capacidades financieras, su autogobierno y ahora ataca sus valores e derechos fundamentales“, opinó. “Además, veo, con ojos brasileños, esperanza en aprovechar el momento político para cambiarlo todo desde bajo”, aseguró.

A la espera de las consecuencias

La incertidumbre de lo que sucederá a partir del 2 de octubre también afecta de pleno a la comunidad latina. “Como inmigrante no he visto ni leído nada sobre cuál va a ser la situación de este colectivo y es preocupante porque parece ser que para los políticos, tanto españoles como catalanes, somos ciudadanos de segunda”, criticó Lases, que teme perder beneficios que le proporciona una tarjeta de residencia europea como movilidad en el espacio Schengen y la cotización a la Seguridad Social española, entre otros.

“Espero poder gozar de los mismos derechos”, confió también Guzmán, “ya que en el caso contrario lo más sensato es abandonar Cataluña e ir a otra comunidad española...”, anticipó el italoargentino que ha vivido en otras lugares de España como Mallorca, Murcia, Bilbao, Madrid, Andalucía, Ibiza y las islas Canarias.

Las demostraciones para reclamar la independencia de Cataluña se han hecho habituales cada 11 de septiembre. Imagen: picture-alliance/dpa/AP/E. Morenatti

Otra consecuencia es la temida fuga de empresas. “En el caso que mi empresa se vea obligada de salir de Cataluña me tengo que ir de aquí”, lamenta Goncalvez, cuya compañía está en discusiones internas de trasladar su domicilio a Madrid o el País Vasco. Carrillo también auguró lo peor: “o me quedo sin trabajo en Barcelona o me tengo que mudar de ciudad”.

De momento, Guzmán alertó sobre la reducción de obras durante este mes en comparación con el resto del año, que no es única en el sector de la construcción. “Hay muchas empresas que conozco que también han bajado un poco, sobre todo este mes. Quizás sea la turbulencia política que hace que los clientes sean precavidos y guarden el dinero para después”, supuso.

¿Miedos contra barreras?

Mientras la expectativa crece Flavio, uno de los pocos entrevistados que podrá votar al disponer de la ciudadanía española, espera impaciente que llegue el día para “poder abrir todas las posibilidades buenas y malas, evidentemente, pues uno hay que creer en nuestras propias capacidades individuales y sobretodo colectivas“. “Esto es independencia, todo lo demás es miedo que no nos hace evolucionar como sociedad ni como personas“, subrayó. No obstante, la venezolana consideró que la votación no tendrá repercusión en su vida cotidiana. “No creo que mis problemas se vayan a solucionar con el independentismo“ abogando por “menos banderas para el mundo, menos fronteras y menos barreras“.

Autora: Judit Alonso (PK)

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