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Cazadores de plagios en la red

16 de mayo de 2011

Detectives voluntarios detectaron en poco tiempo pasajes “robados” en la tesis del ex ministro alemán de Defensa. ¿Qué los mueve? ¿Por qué han sido necesarias esas plataformas en la red para detectar irregularidades?

Schwarzer Doktorhut auf weißem Hintergrund. Eingestellt am 2.3.2011. Copyright: Bilderbox / Montage DW.
Los últimos escándalos estropean el nombre de los títulos alemanesImagen: bilderbox/Montage DW

Larga es la lista de las posibles presas de los “cazadores de plagios” en la red: más de 200 tesis doctorales han sido propuestas ya en la plataforma PlagiPedi para su revisión. Entre ellas, las de la actual canciller alemana, doctora Angela Merkel, del ex canciller, doctor Helmut Kohl, la del presidente del Deutsche Bank, doctor Josef Ackermann y las de varios europarlamentarios.

Una labor aónima

Estos detectives voluntarios trabajan anónimamente; su alianza en Plagipedi, GuttenPlag o VroniPlag ha sido sellada bajo seudónimo. Así, nadie sabe quién se esconde tras el “detective” Dr. Martin Klicken, quien -a la cabeza de la plataforma- se ocupa de tratar con los medios, preferiblemente de forma escrita.

El Dr. Klicken dice ser ingeniero con título doctoral, asegura provenir del norte de Alemania y que trabaja en el medio académico. “Lamentablemente, una persona que detecta irregularidades responde por las acusaciones , hasta que éstas sean probadas. Mientras esto no cambie no veo el por qué yo deba poner en juego mi trabajo. El seudónimo me ofrece cierta protección”, afirma el Dr. Klicken.

¿Cuánto cuesta un birrete?Imagen: dpa/Montage DW

Unas 1000 personas colaboraron en la revisión de la tesis del ex ministro alemán de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg. En pocos días, los investigadores recolectaron fragmentos copiados por el ministro sin haber citado la fuente.

El trabajo es voluntario y puede participar quien quiera. Los resultados de cada uno son verificados por el grupo. El instrumento de trabajo más valioso: el buscador Google. La mayoría de los voluntarios proviene del medio académico: estudiantes, doctorandos, doctores; es decir, personas a las que molesta que otros hayan hecho trampas con su disertación y a las que afecta que la fama de los títulos alemanes se vea mancillada.

Apoyo de la comunidad virtual

Profesionales en la investigación del plagio como Stefan Weber, especialista en ciencias de la comunicación, ven con buenos ojos la labor de los activistas en la red.

“Es una buena medida correctiva para los errores por omisión cometidos por la universidades”, explica Weber añadiendo que en los últimos años ha hecho falta un mayor control. “La comunidad en Internet asume ahora esta función con una meticulosidad que sería imposible si cada uno lo hiciese por su lado. Me parece muy positivo”, afirma. Su trabajo en los últimos años ha consistido precisamente en verificar, por pedido de las universidades y las empresas, la autenticidad de los trabajos universitarios. Los recientes escándalos al respecto son, en su opinión, sólo la punta del iceberg.

"La copia ilegal no es un delito menor", Angela Merkel

Con todo, el fallo no radica sólo en los que hurtan la propiedad intelectual; por parte de los catedráticos los errores no son pocos. Cansados por el tiempo de servicio o aburridos de su quehacer no leen con detenimiento los trabajos y su valoración es superficial. A esto se suma un tercer factor: “la falta de competencia técnica. Los tutores de las tesis son, en su mayoría, de una generación anterior que no sabe manejarse muy bien con el Internet, Google y Web 2.0”, informa Weber.

Entonces, para asegurar la calidad de los trabajos académicos los especialistas exigen que las universidades tomen nuevas medidas tales como exigir ediciones digitalizadas de las tesis y la instauración de consejos de control externo. En esto, Weber y la comunidad de “cazadores de plagios” coinciden: escándalos como el del ex Dr. zu Guttenberg y de la eurodiputada liberal Silvana Koch-Mehrin merman credibilidad a los títulos doctorales alemanes y, en general, estropean la imagen del mundo académico germano.

Autor: Nils Naumann/Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas

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