Aunque parezca difícil de creer, en la Feria del Libro de Frankfurt la mayoría de los productos en exposición son... ¡libros! No es una afirmación absurda. En un recinto con cerca de 7.000 expositores, poco a poco el mundo digital se abre paso. En el expositor de la editorial Reclam, muchos viven un momento de regocijo. Con sus libros, millones de alemanes vivieron bellos momentos estudiantiles.

Que esta feria es una enorme mezcla de tiendas queda claro cuando se recorren sus distintos salones. El mundo digital ha encontrado un nicho en Fráncfort desde hace bastante tiempo. En la actualidad, quien quiera leer no necesariamente abre un libro. Muchos toman su tablet o su lector de E-Books para sumergirse en una obra. Por eso no sorprende que los grandes del mundo digital estén en la feria.

Especialmente atractivo resulta el pabellón de los invitados de este año. En un tono de frío azul y blanco polar, los diseñadores del expositor finlandés han puesto un enorme esfuerzo para lucir su país y su literatura. "Finnland.Cool" es el lema, con el que el país escandinavo se presenta como un país cálido y amable, pero nunca frío.

Menos alegres que quienes se encargaron del pabellón finlandés estuvieron los organizadores de otro de los temas que aborda la feria: la caída del Muro. Ese acontecimiento histórico tuvo también enormes repercusiones en la cultura. Muchos autores se han ocupado del tema y lo siguen haciendo hasta hoy. Eso muestran varias editoriales en Fráncfort, algunas con reminiscencias de la RDA incluidas.

No solo los amantes de los libros llegan a Fráncfort en otoño. Teniendo a esos clientes en mente, la feria ofrece otros produictos, muchos de los cuales no son fabricados para terminar en una biblioteca. Peluches y juguetes forman parte de la oferta cada vez más amplia que ha convertido a la Feria del Libro en una especie de mercado anual de variedades, según los más ácidos.

Educación y libros son hermanos imposibles de separar. Al menos eso piensan en la feria. Por ello los jóvenes se sienten atraídos al enorme evento, especialmente en tiempos de cambio digital: computadoras en las salas de clases, aplicaciones informáticas en lugar de libros, anteojos con información en las clases. Y eso solo para comenzar.

Una y otra vez los profesores y los educadores insisten en que los medios digitales no lo son todo. La educación clásica no puede ser puesta en duda... todavía. Eso muestran también varios expositores de la feria. Los niños y los jóvenes pueden experimentar y entender que algunas cosas se aprenden mejor cuando se hacen con las propias manos y no cuando se miran en una pantalla o en un smartphone.

El libro más pesado de la Feria pertenece a la editorial Christian Döring. El título "Tausend und ein Tag – Morgenländische Erzählungen" pesa con estuche nada menos que 4,4 kilos. Eso fue motivo de celebración en la presentación de la obra, donde una actriz leyó un capítulo. Solo un par de miles de ejemplares fueron impresos, lo que asegura que se conviertan en piezas de colección.

Cada mes, la editorial "Die Andere Bibliothek" publica un libro, lo que ha formado una enorme colección llena de sorpresas, como reediciones de incunables y muchos descubrimientos históricos. El diseño de cada libro es, además, único. Por lo mismo "Die Andere Bibliothek", fundada en 1984 por Hans-Magnus Enzensberger, es una de las favoritas de los amantes de la buena literatura.