La decisión se tomó en base al éxito de la primera parte de la maniobra, que consistió en inyectar lodo pesado en la tubería de salida del crudo. El objetivo es frenar la fuga mediante lo inyectado, que neutraliza el petróleo que fluye hacia la superficie.

Esta parte de la operación se había llevado a cabo en horas previas del miércoles, tras lo que se mantuvo la fuente bajo observación para comprobar su estabilidad tras el procedimiento.

A pesar del éxito logrado y de la aprobación para continuar adelante con los trabajos, Allen subrayó que la británica BP aún debe llevar adelante la operación por la que se prevé bombear lodo pesado y cemento a través de un acceso lateral.

"Dejé en claro que la implementación de este procedimiento no debería demorar de ninguna manera la finalización del conducto secundario", destacó.

Ya en horas previas el gobierno había advertido que no hablaría de "victoria" hasta que el pozo de perforación no estuviera sellado, además, por abajo, lo que se realizará en el marco de un segundo operativo y a través del mencionado acceso secundario.

Tras el hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon", el 22 de abril, se vertió a las aguas del golfo de México el equivalente a 4,9 millones de barriles de crudo, unas 666.400 toneladas, según los investigadores, lo que hizo que el episodio se convirtiera en la peor marea negra de la historia.

¿Situación menos trágica de lo que se temía?

La victoria definitiva sobre el pozo de perforación en el golfo de México parece ahora al alcance de la mano tras un drama de más de 100 días.

Pero los sentimientos de alegría y de esperanza se mezclan también con un gran escepticismo entre quienes se ganan la vida con el mar. Ello a pesar de que un nuevo informe gubernamental apunta a que la situación tal vez sea menos trágica de lo que se temía.

De acuerdo con el informe, tres cuartas partes del petróleo vertido al mar desde finales de abril a través de una fuga en el pozo de perforación de BP se evaporó, fue extraído o quedó neutralizado de otra forma.

Solo un 26 por ciento continúa en el mar o en las orillas. Los investigadores creen que ese resto ya no causará daños demasiado graves.

"The New York Times" indica, sin embargo, que es precisamente la agencia meteorológica y climática estadounidense, NOAA, autora del informe, la que también había subestimado la cantidad de petróleo vertido al mar al comienzo de la catástrofe.

Efectos desconocidos: no bajar la guardia

Carol Browner, máxima asesora del presidente Barack Obama en Energía y Clima, también se mostró optimista. "Nuestros científicos e investigadores externos consideran que la mayor parte del crudo está ahora bajo control. Fue extraído. La madre naturaleza ha hecho su parte. Se ha evaporado. Creo que hemos alcanzado un punto de inflexión", señaló hoy a la emisora CNN.

Aun así ni Warner, ni la directora de la NOAA, Jane Lubchenco, quieren bajar la guardia. "Creo que aún no conocemos todos los efectos de la marea negra para el ecosistema y las personas en el golfo", reconoció Lubchenco.

Una de las principales cuestiones es qué consecuencias tendrá el petróleo para huevos y larvas de peces, cangrejos de río y de mar. Probablemente sean las siguientes generaciones las que conozcan la respuesta. No obstante, "estamos en la feliz situación de que la tasa de desintegración del ecosistema en el golfo es bastante elevada".

Para la consejera Browner, la lucha contra el pozo de perforación dista aún mucho de haber finalizado. Para ello el pozo tendrá que ser sellado desde abajo en un segundo paso. "La (operación) 'Static Kill' avanza favorablemente, pero al final será la perforación de alivio de la presión la que marcará el final de la 'Kill-Kill'".

Editor: Pablo Kummetz (dpa)