Pentagono: En Kabul hay miles de estadounidenses atrapados
17 de agosto de 2021
El Gobierno de Estados Unidos dijo este 17 de agosto que "cerca de Kabul" todavía hay entre 5.000 y 10.000 estadounidenses pese a los esfuerzos para evacuar a sus nacionales de Afganistán.
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En una entrevista con la cadena CNN, el portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby, subrayó que aún hay miles de ciudadanos de EE.UU. en Afganistán, después de que los talibanes se hicieran con buena parte de su territorio y tomaran el domingo el control de Kabul.
"No tenemos los números exactos", dijo Kirby, cuando fue preguntado sobre la cifra de estadounidenses que todavía quedan en el país asiático. Acto seguido el portavoz agregó que, según sus estimaciones, debe haber "entre 5.000 y 10.000 cerca de Kabul".
Más tarde, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, subrayó que actualmente hay 11.000 personas en el país que se identifican como "ciudadanos estadounidenses", al ser preguntada al respecto en su rueda de prensa diaria.
Estadounidenses "ya saben cómo llegar al aeropuerto"
Por otro lado, Kirby indicó que ya no es necesario que los estadounidenses que están en la capital se resguarden, después de que el Departamento de Estado emitiera una notificación aconsejando a los ciudadanos del país cómo llegar al aeropuerto para abandonar el país.
"Pueden comenzar a trasladarse al aeropuerto para subir a los vuelos", dijo.El Pentágono calcula que si todo va bien cada hora saldrá un avión militar de EE.UU. del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul y estima que podría sacar entre 5.000 y 9.000 evacuados diarios, entre estadounidenses y personal de su embajada, así como sus colaboradores afganos.
Desde el pasado 14 de agosto, EE.UU. ha evacuado a entre 1.400 y 1.500 personas de Afganistán y planea completar este proceso de aquí al 31 de agosto.
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Talibanes dicen "garantizar salida" de estadounidenses
Estados Unidos aseguró este martes que recibió garantías de los talibanes de que permitirán el paso seguro al aeropuerto de Kabul de los civiles que quieran abandonar Afganistán, tras la toma de la capital por parte de los insurgentes. Así lo indicó Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una rueda de prensa, en la que también reconoció que muchas de las armas y equipos de defensa estadounidenses en Afganistán han caído en manos de los talibanes.
"Los talibanes nos han informado de que están preparados para proporcionar un paso seguro de los civiles al aeropuerto, y nuestra intención es asegurarnos de que cumplen ese compromiso", afirmó Sullivan.
La Casa Blanca cree que esa garantía podrá mantenerse al menos "hasta el 31 de agosto", cuando Washington planeaba culminar el proceso de retirada de sus tropas, pero todavía negocia con los talibanes sobre el "calendario exacto" para "sacar al mayor número de gente" del país "de la forma más eficiente", añadió Sullivan.
Si los talibanes no cumplen con ese compromiso, Estados Unidos se reserva el derecho de responder con "el peso completo de la fuerza militar estadounidense", advirtió después la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en declaraciones a la prensa.
jov (efe, afp, cnn)
Las numerosas prohibiciones que los talibanes imponen a las mujeres
Durante el primer gobierno talibán, mostrar los tobillos, reírse o salir solas de casa eran motivo suficiente para que las mujeres fueran castigadas. Los matrimonios forzados son un peligro latente para las niñas.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
Combatientes talibanes en Afganistán
RAWA (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan) es una organización fundada en 1977 para promover los derechos de las mujeres en Afganistán. Su papel cobra especial importancia ahora que los talibanes volvieron al poder. Estos reducen el rol de las mujeres hasta casi convertirlas en meros objetos. RAWA recopiló algunas de las prohibiciones impuestas por los radicales.
Imagen: Mohammad Asif Khan/dpa/AP/picture alliance
Borradas de la esfera pública
Esta fotografía se ha convertido en un símbolo del cambio de gobierno. Para los talibanes, las mujeres no juegan ningún rol en la esfera pública. Si bien hoy se presentan como moderados ante los ojos del mundo, la represión contra estudiantes y trabajadoras ha comenzado en algunas provincias. Una de las prohibiciones impuestas es que no puede haber imágenes de mujeres ni en revistas ni en tiendas.
Imagen: Kyodo/dpa/picture alliance
Las mujeres no se educan
En mayo de 2012, los talibanes tirotearon a Malala Yousafzai en Pakistán por pelear por el derecho de las niñas a recibir educación. A estos integristas les parece innecesario que las mujeres se eduquen, y a partir de los 10 años tienen prohibido ir a la escuela. No hablemos ya de la universidad. Durante el primer gobierno talibán (1996-2001), muchas escuelas se convirtieron en seminarios.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
¿Modelos? Ni soñarlo
Los pantalones acampanados o los zapatos con taco alto están vedados, porque un varón no debe oír los pasos de una mujer. Las mujeres tampoco pueden usar vestimentas coloridas, porque para los talibanes los tonos vistosos son "sexualmente atractivos". Es decir, una escena como la de la foto, de un desfile de modas en Kabul en agosto de 2017, sería imposible hoy por hoy en Afganistán.
Imagen: picture-alliance/Photoshot
Nada de uñas pintadas ni maquillaje
Según RAWA, durante el primer gobierno talibán hubo reportes de mujeres a las que les fueron amputados los dedos por haberse pintado las uñas. Ellas tampoco pueden maquillarse o usar cosméticos, y si no se atienen a las estrictas normas de vestir de los talibanes, corren el riesgo de ser azotadas en público, como ocurrió ya en el pasado y como muchas temen que vuelva a ocurrir.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Conway
Nada de TV y nada de tobillos
Todas las prohibiciones descritas fueron impuestas por los talibanes entre 1996 y 2001, y nada hace pensar que eso no volverá a suceder. Según el criterio de los radicales, las mujeres no tienen derecho a tener presencia en radio, TV ni en reuniones públicas. De hecho, no pueden siquiera escuchar música. En la foto, la presentadora Karishma Naz, que comete otro pecado: muestra los tobillos.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Maqbool
Adiós a las bicicletas
En el primer régimen talibán, las mujeres tenían prohibido montar en bicicleta o en motocicleta. Si querían viajar en bus, debía ser en buses solo para ellas, pues no tenían permitido mezclarse con varones en el transporte público. Y si por alguna razón necesitaban un taxi, debían tomarlo en compañía de su mahram, una suerte de cuidador que debe ser un familiar cercano (padre, hermano o esposo).
Imagen: DW/A. Akramy
A los talibanes no les gustan las deportistas
Por cierto, las mujeres tampoco tienen derecho a participar en actividades deportivas o pertenecer a un club. Incluso hubo épocas durante el régimen talibán en que las castigaban por asomarse a la ventana o salir al balcón. Actividades como el montañismo practicado por Fatima Sultani (en la foto) probablemente dejarán de ser posibles ahora en Afganistán.
Imagen: Mohammad Ismail/Reuters
¿Podrán seguir trabajando fuera de casa?
Salvo algunas doctoras para atender a mujeres (pues ellas no pueden ser tratadas por médicos varones), los talibanes prefieren no ver a nadie del sexo femenino trabajando. Y si bien el 17 de agosto de 2021 llamaron a las funcionarias a presentarse en sus puestos, está por verse cuántos derechos les van a reconocer en ese campo. En la foto, la periodista Anisa Shaheed.
Imagen: Mortaza Behboudi/DW
Reducidas a la invisibilidad
La lista de prohibiciones es larga y los castigos son palizas públicas. Las mujeres deben usar un velo que las cubra completamente, no pueden salir solas ni estrechar la mano a un varón. Las lapidaciones por adulterio eran pan de cada día. Las mujeres incluso tenían vedado reír fuerte o ser fotografiadas. Además, muchas veces eran forzadas a casarse, incluso siendo niñas.
Imagen: Mary Evans Arichive/imago images
Mujeres de armas tomar
A la luz de la vida miserable a la que se vieron sometidas por los talibanes, muchas mujeres tomaron las armas para enfrentarlos. En la provincia de Ghor se montó una milicia femenina para frenar a los integristas, mientras que en Charkint, la gobernadora (una de las tres de Afganistán) Salima Mazari formó milicias que contuvieron a los talibanes hasta después de la caída de Kabul.
Imagen: Presseabteilung des Gouverneurs der Provinz Ghor