Obama y Cercano Oriente
3 de septiembre de 2010Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno: “Sin que Estados Unidos influyera en los protagonistas del Cercano Oriente, el encuentro en Washington no habría tenido lugar. En esa medida, el Gobierno de Obama merece un aplauso por su trabajo, por supuesto no desinteresado. Éste tiene que continuar; el rey jordano ve en ello un condicionante del éxito: el apoyo de Obama como mediador, un socio honesto, es imprescindible. Con toda seguridad. Pero, ¿basta esto? Las países más poderosos podrían y deberían apoyar el proceso, pero los pasos decisivos tienen que darlos los israelíes y los palestinos”.
Llámese Jimmy, Bill, George o Barack
Ostsee Zeitung, de Rostock: “Llámese Jimmy Carter, Bill Clinton o George W. Bush, todos fracasaron en el intento de pacificar “el matadero de las religiones” como denominó el escritor británico Aldous Huxley al Cercano Oriente. Por decenios ambas partes se han enfrentado siguiendo el principio bíblico del “ojo por ojo, diente por diente”. La `tierra prometida´ siguió siendo para palestinos e israelíes un espejismo. Sólo si Obama, en contra de todo presagio, lograse ser el pacificador de Cercano Oriente, se habrá hecho merecedor del premio Nobel de la Paz”.
¿Y ahora qué?
Neue Osnabrücker Zeitung: “Bien, después de una interrupción de dos años, de muchos cohetes y represalias, conversan. ¿Y ahora? El premier israelí Netanyahu y el presidente palestino Abbas ejercitan, vigilados por el presidente estadounidense Obama, sus discursos de dulces juramentos de paz. El mundo ya ha visto eso varias veces antes, sólo que con otros actores”.
Independent, de Londres: “Se dice que el primer ministro israelí desea mayor presión internacional contra el programa nuclear de Teherán. Esto podría llevar a que aprobara los necesarios acuerdos para la creación de un Estado palestino. El pesimismo en cuanto a los resultados de estas conversaciones podría, finalmente, convertirse en una bendición, pues las pocas expectativas disminuyen la presión en los negociadores. En el pasado, toda conversación directa entre israelíes y palestinos iba siempre acompañada de la esperanza de un cambio. Ahora, cuando no existe ninguna expectativa de avance, hay que ver qué se puede hacer”.
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Editora: Emilia Rojas