En el tan reñido mercado mundial de la cerveza desde comienzos de marzo existe un nuevo número uno: la belga Interbrew. Fusionándose con la brasileña AmBev, en una maratón adquisitiva se ha metido al mercado alemán en el bolsillo. Con ello sacó a su rival, la norteamericana Anheuser Busch, de la cúspide mundial. Si hasta hace cinco años el mercado alemán se hallaba en manos germanas, ahora consorcios internacionales como Interbrew, Heineken y Carlsberg han comprado numerosas cervecerías de rancia tradición.

Desde 2001, Interbrew ha desembolsado 3500 millones de euros en el mercado alemán. Hoy Becks, Diebeld, Gilde/Hasseröder y Münchner Spaten le pertenecen. Su volumen de producción de 16 millones de hectolitros la había colocado hace ya algún tiempo en el puesto número uno. La holandesa Brau-Multi Heineken produce 9 millones, y la danesa Carlsberg, 8 millones de hectolitros. Los consorcios internacionales han absorbido en sólo tres años casi un tercio del mercado alemán de la cerveza.

Mucha cerveza para poca sed

Alemania es, después de China y Estados Unidos, el tercer país en volumen de consumo de jugo de lúpulo y cebada. Y eso a pesar de que el tan preciado líquido ya no fluye por las gargantas teutonas con la misma afluencia de antes. La venta bajó en 2003 en un 2% en relación al año anterior. La explicación es que las cervecerías llegaron a producir 170 millones de hectolitros, un volumen que suplía las necesidades del país más las de Francia, Italia y España. La competencia fue dura, más de 100 cervecerías cerraron sus puertas.

Ya no es lo que era

Entretanto, más del 70% del mercado se encuentra en las manos de 10 empresas. A las que mejor les va es las cervezas premium, cuya exportación a los países europeos ha crecido en un 11%, alcanzando un volumen de 9 millones de hectolitros. Tampoco a las medianas empresas que se han especializado les ha ido mal. Teniendo en cuenta que en los últimos 15 años, el consumo per cápita ha bajado en diez litros, cabe esperar que la tendencia continúe a la baja.

La última esperanza

Así, las cervecerías medianas tradicionales que se han dado cuenta que no pueden competir con la cantidad, se han concentrado en producir lo que su clientela regional prefiere. Su posibilidad de supervivencia está en concentrarse en hacer lo que saben, sin dejar de lado que el consumo ha variado y que la clientela exige nuevas especialidades. Y es que a la gigante InterBrew no le es desconocido que no existe "la" cerveza alemana, sino cervezas alemanas con variación regional. Lo que no quita que la cerveza con sabor local también esté en la mira de las gigantes del mercado