The Independent, de Londres: "El impacto social de la medida del presidente Chávez es grande. RCTV era el canal más visto en Venezuela. Incluso era la estación privada más antigua del país. La repercusión política es aún más significativa. RCTV era la única estación de tendencia opositora con un alcance nacional. Ahora ya no existe. Cada gobierno necesita la oposición de los medios, que lo mantiene recto. Pero parece que eso no preocupa especialmente al presidente Chávez".

"Golpe de estado permanente"

El periódico de Catalunya, de Barcelona: "El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su abstrusa revolución bolivariana han emprendido el camino hacia la dictadura de ribetes militaristas. La clausura de Radio Caracas Televisión (RCTV) es el último episodio de una estrategia que persigue consagrar el pensamiento único, silenciar a los adversarios políticos y barnizarlo todo con una pátina de legitimidad mediante el recurso a un Parlamento monocolor y domesticado, y una judicatura sujeta a las necesidades del poder. Chávez ha perseguido a RCTV hasta acabar con ella con la saña innoble característica de los líderes totalitarios y los caudillos populistas, lo que, unido a la proliferación de medios afectos a su causa, equivale a dejar sin voz a la oposición y hurtar a una parte importante de venezolanos su medio de información y entretenimiento preferido. (...) A juzgar por el nulo efecto que han tenido en el ánimo de Chávez las condenas de varios países latinoamericanos y de la Unión Europea, no cabe albergar ninguna esperanza de que regrese a la moderación. La demagogia y las baladronadas contra el presidente Bush le han procurado una masa de seguidores incondicionales, hijos de un país construido sobre injusticias lacerantes. Todo lo cual ha permitido al presidente llevar a la práctica el golpe de Estado permanente contra el Estado de derecho".

Ecología y pacifismo

En Alemania, uno de los principales temas de comentario es la pugna en torno a la defensa del clima global, en el marco de la próxima cumbre del G-8. El Tagesspiegel, de Berlín, opina: Si no ocurre un milagro -lo cual es posible en el reino de la diplomacia de las cumbres- el gobierno alemán va deslizándose hacia una crisis transatlántica que recuerda la época previa a la guerra de Irak. Para Angela Merkel, el clima es lo que para Gerhard Schröder era la paz: un bien supremo que se debe proteger. Incondicionalmente, según parece, y de ser necesario incluso poniéndose en contra de la administración de la última superpotencia que va quedando. Dado que el clima y la paz son bienes supremos, escapan en parte a las reglas de las negociaciones. Disenso, pugna, fracaso: todo ello se incluye en los cálculos, con el dolor del corazón. Se prefiere honrosamente no lograr un resultado, y mantener así la credibilidad, a pactar un acuerdo tibio que haría ruborizarse".

Mikado diplomático

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Mitteldeutsche Zeitung, de Halle: "La defensa internacional del clima se convierte por estos días en un juego de mikado: el que primero se mueve, pierde. Es la única forma de interpretar las rudas expresiones de Washington y las palabras que pronunció el ministro de Relaciones Exteriores chino en Hamburgo. Sin concesiones de la otra parte, ni Estados Unidos, ni China, ni India están dispuestos a acceder a pactar objetivos vinculantes. Angela Merkel, anfitriona de la cumbre del G-8, tendría motivos para desesperarse. No da la impresión de que pueda lanzarse una señal potente para la Conferencia Mundial sobre el Clima, a realizarse en otoño en Bali. Por consiguiente se diluyen las perspectivas de éxito en el G-8".