"Chalecos amarillos" piden a Macron acciones concretas
8 de diciembre de 2018
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El primer ministro francés, Édouard Philippe, recibió este viernes (07.12.2018) a una delegación de "chalecos amarillos" considerados moderados que se han desmarcado de la violencia y que reclamaron la intervención del presidente, Emmanuel Macron, con medidas concretas y rápidas, sobre todo para el poder adquisitivo.
"El presidente tiene que tener en cuenta todo lo que hemos planteado", señaló a la prensa Jacline Mouraud, una de las portavoces de los que se hacen llamar "chalecos amarillos libres" tras el encuentro esta noche con Philippe, que se prolongó durante una hora y media. Mouraud consideró que el primer ministro les había escuchado y había tomado nota de sus demandas: "ahora esperamos la palabra del presidente".
En la misma línea, Benjamin Cauchy, otro de los miembros de la delegación, insistió en que "es hora de que el presidente de la República asuma sus responsabilidades y hable rápidamente" Para Cauchy, Macron debe pronunciarse "de forma concreta y rápida" y en particular con el anuncio de "una medida fuerte para el poder adquisitivo", pero "no una prima de Navidad" sino un dispositivo que tenga carácter "inmediato y recurrente".
Los "chalecos amarillos libres" han hecho un llamado para que la gente no acuda este sábado a las protestas convocadas en París ante el riesgo de que vuelvan a degenerar en violencia, una deriva que quieren evitar y a la que se oponen. En lugar de eso, piden a los manifestantes que se queden en sus respectivas regiones y que continúen con sus movilizaciones en las carreteras, en las rotondas y en las autopistas pero de forma pacífica.
En previsión de una nueva jornada de altercados, el Gobierno ha preparado un dispositivo "excepcional" que incluye, en particular, el despliegue de 89.000 policías y gendarmes en todo el país (el sábado pasado habían sido 65.0000), de los cuales 8.000 se encargarán de la seguridad en París. (EFE)
Protestar y bloquear: desobediencia civil alemana
La desobediencia civil es parte del repertorio de la cultura de protesta de la posguerra en Alemania. Muchos alemanes buscan la confrontación con las autoridades, especialmente cuando se trata del medioambiente.
Imagen: picture alliance/dpa/C. Gateau
Desalojo de manifestantes
La desobediencia civil es parte del repertorio de la cultura de protesta de la posguerra en Alemania. Muchos alemanes buscan la confrontación con las autoridades, especialmente cuando se trata de proteger al medioambiente. En la foto, la Policía desaloja a una activista del bosque de Hambach. Este será un proceso largo, y las fuerzas de seguridad no siempre son tan cuidadosas como en esta foto.
Imagen: picture alliance/dpa/C. Gateau
La importancia del medio ambiente
Numerosos ambientalistas se han refugiado en el bosque de Hambach en casas construidas en los árboles. Allí protestan desde hace seis años contra la tala de los antiguos bosques de esa región del oeste de Alemania, que está prevista con el fin de facilitar la extracción de los yacimientos de lignito que hay en la zona.
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"¿Energía nuclear? No, gracias"
La fase más dura de la desobediencia civil comenzó en los 70 del siglo pasado. Como consecuencia de mayo del 68, el descontento con ciertas leyes se tornó cada vez más común. En febrero de 1975 hubo un punto de inflexión: en Wyhl, en el sur de Alemania, activistas ocuparon los terrenos donde se iba a construir una planta de energía nuclear. Wyhl se convirtió en un modelo de protesta.
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Encadenados a los rieles
Los movimientos antinucleares ampliaron su rango de trabajo tras el éxito de Wyhl. Una de sus acciones predilectas era la protesta contra el transporte anual de residuos nucleares en Baja Sajonia, que comenzó a realizarse en 1995. Para detener el paso de los trenes con la carga en cuestión, algunos activistas se encadenaban a las vías. El proceso de liberación tomaba largo tiempo a los policías.
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Premio Nobel contra misiles
El 1 de septiembre de 1983 un Nobel se sumó a las protestas. Con su esposa y otros artistas, el escritor Heinrich Böll apoyó el bloqueo de los depósitos nucleares de EE. UU. en Mutlangen. Fue una de las tantas acciones realizadas contra la "doble decisión" de la OTAN, que modernizó sus misiles nucleares en diciembre de 1979. Esa lucha fue una de las más importantes del movimiento pacifista alemán.
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Protesta contra la ampliación del aeropuerto
También proyectos como la pista oeste del aeropuerto de Fráncfort concitan la atención de los manifestantes. El 14 de noviembre de 1981, más de 120 mil personas expresaron su rechazo al plan de ampliar la losa. Al día siguiente, los activistas montaron barricadas e intentaron derribar el muro que rodeaba la construcción. El 12 de abril de 1984, la polémica pista igual entró en operaciones.
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El nacimiento de los "ciudadanos furiosos"
Casi tan polémica como la pista aérea ha sido la construcción de la estación de trenes subterránea de Stuttgart. Para llevar a cabo el proyecto "Stuttgart 21", varias zonas de la ciudad deberán ser reconstruidas. Primero protestaron los adultos mayores junto a sectores de izquierda, en 2009. Luego se sumaron más personas. En la prensa se hizo popular el término "Wutbürgers": "ciudadanos furiosos".