India se convirtió el miércoles en la primera nación en aterrizar con éxito una nave en el polo sur de la Luna, el último hito en un impulso renovado para la exploración lunar que ha atraído tanto a las principales potencias espaciales del mundo como a nuevos actores.

El intento de Nueva Delhi se produjo días después del aterrizaje forzoso en la Luna de la sonda rusa Luna-25.

Esto es lo más reciente a la fecha (23.09.2023) sobre varias misiones al cuerpo celeste:

Chandrayaan y el triunfo de India

Chandrayaan-3, que significa "Mooncraft" en sánscrito, sigue al exitoso lanzamiento por parte de la India de una sonda a la órbita lunar en 2008 y a un aterrizaje lunar fallido en 2019.

La misión se lanzó a mediados de julio y orbitó la Tierra varias veces para ganar la velocidad necesaria para su viaje.

Tras el exitoso aterrizaje del miércoles, un rover propulsado por energía solar explorará la superficie del polo sur lunar, relativamente no cartografiado, y transmitirá datos a la Tierra durante su vida útil de dos semanas.

La misión es el último hito de un programa espacial ambicioso pero relativamente barato que convirtió a la India en la primera nación asiática en poner una nave en órbita alrededor de Marte en 2014.

La Organización de Investigación Espacial de la India también tiene previsto lanzar una misión tripulada de tres días de duración a la órbita de la Tierra el próximo año.

Luna-25 se estrella en la Luna

El lanzamiento de Luna-25 el 11 de agosto fue la primera misión rusa de este tipo en casi 50 años y marcó el comienzo del nuevo proyecto lunar de Moscú.

El 16 de agosto, el módulo de aterrizaje fue colocado con éxito en la órbita de la Luna, pero tres días después, "dejó de existir tras una colisión con la superficie de la Luna", informó la agencia espacial Roscomos.

Estaba programado para aterrizar en la superficie de la Luna y permanecer allí durante un año para recolectar muestras y analizar el suelo.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha estado trabajando para fortalecer la cooperación espacial con China después de que los lazos con Occidente se rompieran tras el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Moscú en 2022.

Moscú esperaba aprovechar el legado del programa Luna de la era soviética, marcando un regreso a la exploración lunar independiente frente a problemas financieros y escándalos de corrupción en su programa espacial.

China y sus ambiciones lunares

China tiene planes para enviar una misión tripulada a la Luna para 2030 y construir una base allí.

La segunda economía más grande del mundo ha invertido miles de millones de dólares en su programa espacial militar en un esfuerzo por alcanzar a Estados Unidos y Rusia.

China fue el tercer país en poner seres humanos en órbita en 2003 y su cohete Tiangong es la joya de la corona de su programa espacial, que también ha llevado vehículos espaciales a Marte y la Luna.

El cohete no tripulado Chang'e-4 aterrizó en la cara oculta de la Luna en 2019. Otra misión robótica a la cara visible izó allí la bandera china en 2020.

Ese alunizaje trajo muestras de rocas y suelo a la Tierra, la primera vez que se hace en más de cuatro décadas.

La NASA y las misiones privadas

La misión Artemis 3 de la NASA llevará a los humanos a la Luna en 2025.

En el marco del programa Artemis, la NASA está planeando una serie de misiones de creciente complejidad para regresar a la Luna y construir una presencia sostenida para poder desarrollar y probar tecnologías para un eventual viaje a Marte.

Artemis 1 voló una nave espacial no tripulada alrededor de la Luna en 2022.

Artemis 2, previsto para noviembre de 2024, hará lo mismo con tripulación a bordo.

La NASA ve la Luna como una parada para las misiones a Marte y ha llegado a un acuerdo con la empresa finlandesa de telefonía móvil Nokia para establecer una red 4G allí.

Sin embargo, ha dicho que es posible que la misión Artemis 3 no lleve humanos a la Luna. Eso dependerá de si ciertos elementos clave se terminan a tiempo.

La empresa SpaceX de Elon Musk ganó el contrato para un sistema de aterrizaje basado en una versión de su prototipo de cohete Starship, que aún está lejos de estar listo.

Un vuelo de prueba orbital del Starship no tripulado terminó con una dramática explosión en abril.

Japón se queda en la órbita

Los avances tecnológicos recientes han reducido el costo de las misiones espaciales y han abierto el camino para la participación de nuevos actores de los sectores público y privado.

Pero llegar a la Luna no es tarea fácil. La organización israelí sin fines de lucro SpaceIL lanzó su módulo de aterrizaje lunar Beresheet en 2019, pero se estrelló.

Y en abril de este año, la japonesa ispace fue la última empresa en intentar, y fracasar, el intento histórico de colocar un módulo de aterrizaje lunar privado en la Luna.

Dos empresas estadounidenses, Astrobotic e Intuitive Machines, lo intentarán más adelante este año.