“¿Por qué Chemnitz?”, se preguntarán algunos; después de todo, de ella se tiene todavía una imagen triste y poco amable. Al conversar con quienes estudian en esa ciudad se despejan las incógnitas: Chemnitz es sinónimo de carreras poco comunes, asequibles costos de vida y una formación académica que va más allá de la mera teoría. Tres motivos de peso para comenzar un estudio universitario allí.

Las raíces de la Universidad Técnica (TU) de Chemnitz se remontan al año 1836, cuando se fundó la Real Escuela Industrial. Como su nombre indica, la TU pone su acento en las ciencias naturales y las carreras técnicas. Pero allí también se pueden cursar estudios en el ámbito de las ciencias sociales y económicas; de hecho, Filosofía es una carrera que le ha dado prestigio a esta institución. Con alrededor de 10.000 estudiantes matriculados en el primer semestre del período 2008/2009, puede que la TU no pertenezca a la liga de las mega-universidades, pero tampoco es un campus provincial. Siete facultades se hayan dispersas en cuatro zonas de la ciudad. El campus principal –que alberga al nuevo comedor universitario, la asociación de estudiantes y las residencias– se encuentra en la Reichenhainer Straße. La parte más antigua de esta casa de estudios se halla en el corazón de Chemnitz, frente a la estación de trenes; allí tienen su sede la biblioteca principal y una parte de la dirección de la universidad.

Una buena mezcla

Los oficios y las actividades productivas de hoy serán mañana materia de estudio, y en Chemnitz estas materias se abordan de manera interdisciplinaria. Dos ejemplos: Estudios Europeos es un curso en donde los alumnos pueden elegir profundizar en tópicos económicos, culturales o sociales. Y Microtecnología es una especialidad que puede estudiarse en combinación con Mecatrónica. Realmente singular es el máster y doctorado internacional en Matemáticas, que culmina en el lapso de cuatro semestres con una maestría reconocida a escala mundial o en otros seis semestres adicionales con un doctorado igualmente validado. La TU ha establecido vínculos con más de un centenar de escuelas universitarias en todos los continentes y a partir de 2007 ha adaptado su oferta de estudios al sistema internacional de bachelor y máster, atrayendo así a estudiantes de todas las latitudes; cada año se inscriben en Chemnitz unos 750 alumnos extranjeros. Otro motivo para matricularse en Chemnitz: allí se termina antes. La extensión de la mayoría de las especialidades se encuentra por debajo de la duración media de las carreras en Alemania. Los alumnos de la TU parecen tener mucha prisa; especialmente los de Psicología, Física, Informática e Ingeniería Mecánica.

Ideas para el mercado mundial

Chemnitz es también sinónimo de investigación. Microsensores para automóviles, taladros con menor grado de vibración, circuitos integrados a base de polímeros electrónicos, poco importa de qué invento científico se trate: entre el desarrollo de una idea y su lanzamiento al mercado internacional a menudo hay sólo un paso. Desde el principio, los estudiantes de la TU aprenden a ver el laboratorio como un taller creativo. Por otro lado, los docentes e investigadores están vinculados estrechamente con empresarios y otros actores económicos. Todo esto y el hecho de que los dos Institutos Fraunhofer hayan decidido asentarse en Chemnitz demuestran que la región es un lugar ideal para aquellos que tengan un talante investigador.

Autor: Sven Näbrich

Editor: Rosa Macías Reyes