Mössinger asumió la dirección de las Colecciones de Arte de Chemnitz en 1996. En el ínterin ha sido galardonada con un premio al mejor museo de Alemania y se ha transformado ella misma en una famosa personalidad.

Pero no fue un amor a primera vista. Chemnitz fue casi completamente destruida durante la II Guerra Mundial. El centro está conformado por bloques edilicios en aburrido estilo socialista y anchas calles. Pero luego Mössinger dobló en la esquina y vio su futuro lugar de trabajo."Quedé fascinada con el Museo Rey Alberto, un edificio hermosísimo, con altas paredes, ideal para organizar exposiciones de arte de todas las épocas", dice la directora estrella.

Cuando Mössinger pone en escena una exposición, todo el mundo va a verla. Cada nueva exposición es un evento social. Los políticos la alaban sin cesar, la prensa local la ha proclamado "reina del arte de Chemnitz" y el presidente de Alemania acaba de condecorarla con la Cruz al Mérito.

Chemnitz: un imán de público

"Mössinger es un tesoro que ya ha traído muchos otros tesoros a Chemnitz", dijo el ministro de Arte y Ciencia del estado de Sajonia, donde se halla Chemnitz, con ocasión de la inauguración de la exposición de obras de Henri Toulouse-Lautrec, el pasado 21 de marzo.

Chemnitz es la única ciudad de Alemania que presenta (hasta el 11 de julio) la mayor colección de grabados del artista francés con ocasión de los 140 años de su nacimiento. Con exposiciones de obras de Munch, Picasso y ahora Toulouse-Lautrec, Chemnitz ha tenido también otros enormes imanes de público. Los críticos alaban sobre todo la forma en que se presentan las obras. La exposición de Toulouse-Lautrec, por ejemplo, no es exhibida en forma cronológica, sino en grupos de obras, de tal forma que se puede ver cómo surgieron las litografías.

Gran eco en la opinión pública tuvo también una exposición de acuarelas de Bob Dylan, que el cantautor leyenda norteamericano presentó en Chemnitz.

El reconocimiento viene de todos lados. En 2001, las Colecciones de Arte de Chemnitz fueron inscritas en el Libro Azul de las más importantes instituciones culturales del este de Alemania, en 2002 Chemnitz se transforma en miembro de la Conferencia Permanente de las Instituciones Culturales de Alemania y en 2003 es galardonada con el premio al mejor concepto de museo entre 163 postulantes.

Singulares tesoros del siglo XX

Las Colecciones de Arte de Chemitz son hoy efectivamente un singular tesoro. El comienzo lo conforman grabados de comienzos del siglo XX. Le siguen numerosas obras expresionistas y del grupo Brücke, con raíces locales, desde Ernst Ludwig Kirchner, pasando por Erich Heckel hasta Karl Schmidt-Rottluff.

También incluye numerosos trabajos de Alexei von Jawlensky y Gabriele Münter, Christian Rohlfs, Paula Modersohn-Becker und Helmut Kolle. La era de la República de Weimar (1918-1933) es reflejada en obras de pintores como Karl Hubbuch, Franz Radziwill, Alexander Kanoldt, Georg Schrimpf y Gustav Wunderwald. A ellas se agrega una singular colección de 290 trabajos de Otto Dix.

Obras de antes y después de la II Guerra

Las Colecciones son redondeadas con obras abstractas y figurativas de antes y después de la II Guerra Mundial, por ejemplo de Willi Baumeister, Fritz Winter, Ernst Wilhelm Nay, Bernhard Schultze, Emil Schumacher, Karl Hofer, Johannes Grützke, Horst Antes, Klauß Fußmann, Karl Horst Hödicke y Rainer Fetting.

El más reciente golpe lo logra Mössinger cuando lleva en forma permanente a Chemnitz la famosa colección del galerista Alfred Grunzenhauser, birlándosela a las metrópolis del arte Múnich, Dresde y Leipzig, que también se habían postulado.

Las 2300 obras de la colección (Dix, Felixmüller, Hubbach, pero también Münter, Jawlensky, Kirchner, Beckmann y otros artistas), enfocadas en la "Nueva objetividad" son albergadas en un edificio propio, el Museo Ganzenhauser. Desde su inauguración, en diciembre de 2007, hasta hoy, el museo ha atraído ya a 50.000 personas. No será difícil por lo tanto lograr la meta autoimpuesta por la directora de 100.000 visitantes por año.