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Chile: ¿cómo enfrentar la fuga de cerebros?

Mónica Nanjari
7 de octubre de 2017

A nueve años de la creación de Becas Chile, los ahora doctores en diversas áreas de investigación regresan al país sudamericano para enfrentarse en muchos casos a la falta de empleo.

Italien Opificio Golinelli in Bologna
Imagen: picture-alliance/Photoshot/Sintesi/P. Righi

Cuando Chile entró al grupo OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), una de sus principales desventajas fue el bajo grado de escolaridad promedio de la sociedad chilena. Para revertir este desalentador indicador, el primer Gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010) implementó un programa de especialización llamado Becas Chile, administrado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt). Esta iniciativa permitió que profesionales se perfeccionaran en las mejores universidades del mundo.

 

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Han pasado ocho años desde la primera convocatoria para postular a Becas Chile, y desde entonces la cantidad de doctores chilenos titulados en las más diversas áreas del conocimiento ha aumentado notoriamente. Y aunque todavía no alcanza los niveles de la OCDE, Chile se enfrenta a un nuevo problema: la reinserción de investigadores al campo laboral. Esto, porque dentro de las cláusulas de la beca se estipula que el beneficiario debe retornar a su país para retribuir la educación financiada por el Estado. Sin embargo, en el país sudamericano no existe suficiente desarrollo científico y tecnológico que permita absorber al gran número de especialistas que retornan, obligándolos en muchos casos a cumplir con el tiempo que deben estar en su país, para luego buscar trabajo en otras latitudes, produciendo la famosa "fuga de cerebros".

Esto fue abordado en el encuentro anual de Red Inveca (Investigadores Chilenos en Alemania), donde participó el abogado y rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña. Para el académico y reconocido columnista del diario El Mercurio, la raíz de este problema se encuentra en el destino que se le da a los recursos estatales dirigidos a educación. "Si uno revisa el programa de la presidenta Bachelet, encuentra que tiene dos ejes: la supresión del lucro y el mejoramiento de la provisión pública a nivel escolar. Lo que se traduce en que otros objetivos tienden a ser tratados con menor énfasis, como es el caso de los programas de inserción de científicos o personas que han cursado doctorados en el extranjero. Lo que se hace en general es esperar que los doctores se reinserten solos con el correr del tiempo, pero en ese camino hay gran talento que se puede perder”, dice Peña en entrevista con DW.

Reunión de los miembros de Inveca en 2012.Imagen: Pablo Ocqueteau

Error de cálculo

Para hacer frente al complejo escenario, se han creado algunos programas que apuntan a la reinserción, como es el caso del Programa Atracción e Inserción de Capital Humano Avanzado (PAI), creado el año 2009 y que tiene como objetivo fortalecer las capacidades académicas, científicas y tecnológicas de instituciones nacionales que desarrollan ciencia y tecnología. Pero hasta ahora no se ha logrado cubrir toda la demanda laboral.

Por lo mismo, los reparos al sistema de becas no dejan de aparecer. Según Carlos Peña, lo que hay detrás de esta política es la preocupación de Chile por mejorar el desarrollo educacional a alto nivel, lo que se ha logrado gracias a Becas Chile. El problema está "en un desajuste en las políticas, porque se ha incrementado fuertemente la cantidad de recursos para formar doctores, pero no se ha hecho el mismo esfuerzo en reintegrarlos al país. Es la segunda fase de esta política la que está débil”, señala.

Peña también advierte que esta realidad está lejos de cambiar en el corto plazo, porque "si uno revisa las propuestas presidenciales de los candidatos que se enfrentarán en noviembre, sólo en tres casos se menciona el incremento de fondos en ciencia y tecnología, y la verdad sea dicha, cuando se empieza a gobernar, las urgencias cambian y esos objetivos se tienden a abandonar, porque el proceso político depende fuertemente de las demandas mayoritarias de la gente. Y desde ese punto de vista, la necesidad y expectativas de graduados en el extranjero son de menor peso, lo que es un error si consideramos que es un despilfarro que Chile haga tanto esfuerzo en formar a jóvenes en el extranjero y luego no sea capaz de reinsertar esa inteligencia en el país. Aquí estamos hablando de fortalecer el espacio público, porque al reintegrar a personas con alta formación lo que se está haciendo es mejorar la cultura pública en Chile”.

Ayuda a los doctores chilenos

Durante mucho tiempo los científicos chilenos han manifestado los problemas que enfrentan al no tener dónde trabajar y la necesidad de invertir más recursos en un área que para muchos es prácticamente invisible, pero que resulta vital para el desarrollo de un país. Uno de los últimos testimonios al respecto, que se hizo masivo dentro de Chile, fue el caso de  Ana Carolina Rodríguez, que es doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad de Humboldt-Berlín, en Alemania. Esta científica hizo pública una carta señalando que "a quince meses de mi regreso a Chile, ya no podemos vivir más aquí. Personalmente, no estoy retribuyendo en nada porque este país no me necesita”.

El caso de Carolina Rodríguez no es aislado, especialmente en el mundo de los científicos, que en Chile tienen básicamente dos opciones: trabajar en universidades o en empresas, pero que en casi un 80 por ciento de los casos se queda en la academia. Frente a esta realidad es que Red Inveca intenta ser una ayuda para los investigadores y estudiantes que se encuentran en Alemania. "Inveca intenta ser una plataforma de contacto entre instituciones chilenas e instituciones alemanas y entre instituciones chilenas y estudiantes chilenos en Alemania para generar lazos que puedan convertirse en una red de apoyo y posibilidad laboral”, explica Edder Cifuentes, director del organismo.

Sobre lo escaso de los puestos de trabajo para investigadores, Cifuentes destaca que existe "un área de oportunidades muy grande en Chile dentro de la industria privada que está en una etapa incipiente, y donde el  rol público y privado son fundamentales. Creemos que un escenario posible es que se abra campo para los investigadores en las áreas minería, forestal, sector agropecuario, astronomía, energías renovables. En esos sectores Chile ya tiene un espacio y consideramos que se puede crecer mucho más trabajando con estos científicos altamente calificados que retornan al país. Parte de la inversión debería concentrarse allí”, dice el abogado y doctorado de la Bucerius Hochschule.

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