A una semana del plebiscito en Chile, la polémica ley migratoria propuesta por el Gobierno de Piñera avanza en el Parlamento chileno. Su aprobación traería consecuencias internas y externas.
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Mientras que el tema de conversación en las calles de Chile gira por estos días en torno al “Apruebo” o “Rechazo” para una nueva Carta Magna mediante el plebiscito, una controvertida ley migratoria, criticada por la oposición y la sociedad civil, está a punto de concretarse en el Legislativo de ese país sudamericano.
El proyecto de ley propuesto por el presidente chileno, Sebastián Piñera, que fue originado durante su primer mandato (2010-2014), pretende endurecer las fronteras y mitigar la creciente ola de inmigración irregular, que se incrementó tras el cierre de fronteras, decretado en marzo por las autoridades para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
En su tercera fase constitucional, la Cámara Baja aprobó la semana pasada la mayoría de propuestas del proyecto, que contiene más de 180 artículos, pero no se logró un consenso en 10 de ellos, que ahora tendrán que ser revisados por una comisión mixta.
“Rechazamos este proyecto de ley, porque va en contra de los derechos humanos. Se hizo una campaña comunicacional de odio y rechazo hacia los inmigrantes, algo que provocó que haya poca participación de la población civil en el trámite”, explica en entrevista con Deutsche Welle Patricia Loredo, de la organización chilena Colectivo sin Fronteras. Chile requería, agrega la activista peruana, una ley de migraciones acorde con los flujos migratorios actuales, y con los compromisos internacionales de derechos humanos a los que está suscrito.
Voces de los inmigrantes en el plebiscito
Distintas organizaciones de migrantes en Chile no solo critican la nueva ley de Piñera, sino también el hecho de no poder ser parte del proceso constituyente del próximo 25 de octubre. “Pedimos igualdad de derechos, habitamos Chile y es una oportunidad para mirar un proyecto de país que sea efectivamente inclusivo, y que nadie quede afuera”, dice la representante del Colectivo sin Fronteras.
Según el Servicio Electoral (Servel), unos 350 mil inmigrantes están habilitados para votar en el próximo plebiscito. Una de las cifras más altas de los últimos años. De acuerdo con la ley vigente, un migrante puede ejercer su derecho a voto después de vivir cinco años en el país desde que obtuvo el primer permiso de residencia.
“A pesar de que ellos no harán una gran diferencia en el resultado, sí es importante que participen. La sociedad chilena tiene que aprender que somos diversos”, comenta a DW el chileno Patricio Rojas, docente de políticas migratorias de la Universidad Nacional de San Martín, en Buenos Aires.
Los “peros” de la ley
La actual ley migratoria fue diseñada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando el país apenas tenía un 0,6 por ciento de población migrante. Actualmente, en el país viven unos 1,4 millones de inmigrantes, lo que representa el 7 por ciento de la población chilena. Los venezolanos son la comunidad más grande, seguida de la peruana, haitiana y colombiana, según el Departamento de Extranjería.
“Son realidades distintas, por eso era necesaria una nueva ley, pero no esta, con la que se le quiere poner un 'pero' a todo: Podrán acceder a vivienda, pero cuando tengan cinco años en el país. Podrán acceder a salud, pero de acuerdo con lo que establezca el Ministerio de Salud. Podrán votar, pero no queda claro si desde la primera visa o desde la residencia definitiva”, aclara a Patricio Rojas.
Entre las propuestas rechazadas se encuentra el artículo sobre protección complementaria, que establece que el Estado no podría enviar de regreso a aquel extranjero que se sienta amenazado o en peligro en su país de origen. Asimismo, no se llegó a un acuerdo en el artículo corregido por el Senado acerca de un trato especial del Estado a las mujeres extranjeras embarazadas, víctimas de trata o violencia familiar.
Tampoco alcanzó los votos necesarios el artículo sobre prohibiciones facultativas, que permitiría a la Policía impedir el ingreso al país de extranjeros que porten elementos con indicios para cometer delitos, que no especificaba qué tipo de elementos. “El proyecto también es discriminatorio, porque trata de distinguir por nacionalidad a los migrantes venezolanos, haitianos o dominicanos, a quienes se les pide una visa consular que tienen que tramitar en sus países”, recuerda Rojas.
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Las consecuencias
El Gobierno saludó la aprobación casi total del proyecto, pero, al mismo tiempo, instó a que los artículos restantes sean discutidos “aceleradamente”. Según el experto Rojas, la aprobación de esta nueva ley, que parece inminente, traerá consecuencias internas y externas: “Esto sólo hará que la migración irregular y el ingreso por pasos no autorizados aumente, como ya ocurrió antes en el caso de los dominicanos”.
Por su parte, la activista Loredo, que trabaja con poblaciones vulnerables, alerta que además de los ingresos irregulares, “con la nueva ley se incrementarán las redes de trata y tráfico de migrantes, que ya eran críticas”. Algo que ya había sido informado por la Brigada Investigadora de Trata de Personas de Chile (Bitrap): el tráfico ilegal de migrantes se multiplicó por 14 desde 2017, y en lo que va de 2020, más de 5.000 personas han ingresado al país de forma irregular.
Sobre las consecuencias externas, advierte el chileno Rojas, tampoco habría que sorprenderse: “Otros países podrían aplicar el principio de reciprocidad para los migrantes chilenos. Esto sería un problema, por ejemplo, en Argentina, donde viven 300 mil chilenos, o para los que van a Perú a atenderse en los hospitales”. La otra posibilidad, cree Rojas, es “el efecto dominó”, es decir, que los países vecinos empiecen también a modificar sus leyes migratorias, siguiendo el ejemplo chileno. (cp).
Sedes de Gobierno de América Latina
Las sedes o casas del Ejecutivo en América Latina han sido centros de decisiones, pero a veces también la residencia presidencial. Unas son casas y otros palacios, muestra de la arquitectura europea en suelo americano.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Gammert
Argentina: La Casa Rosada
Sede del Poder Ejecutivo de Argentina. Un edificio del romanticismo italianizante, “sitio Histórico Nacional”. Bajo la presidencia de Sarmiento, el edificio se pintó de rosa, color que conserva, con variaciones de tonalidad. Dicho color representaría la fusión de los partidos de las guerras civiles del siglo XIX, mezcla del blanco de unitarios y rojo de federales. Una leyenda no confirmada.
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Bolivia: Casa Grande del Pueblo
El "Palacio Quemado", llamado así tras un incendio en 1875, y que había sido hasta este 10 de agosto de 2018 sede de Gobierno, pasará a ser "un museo", según el presidente Evo Morales, quien inauguró un moderno edificio como nueva sede presidencial. Criticado como un "exabrupto arquitectónico y estético" en pleno casco colonial, Morales disfrutará ahora de sauna, gimnasio y helipuerto.
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Chile: Palacio de La Moneda
Conocido como La Moneda, es la sede del presidente y del Ministerio del Interior. Una construcción del neoclásico italiano, hoy “monumento histórico”. La Moneda tiene 40 habitaciones, una para el presidente, que tiene otras residencias, como el palacio de Cerro Castillo, lugar de descanso en Viña del Mar, o la mansión de la comuna de Machalí, en la región de O'Higgins, conocida como La Casa 100.
La "Casa de Nariño" es la residencia del presidente y sede de gobierno. En el casco histórico de Bogotá, esta construcción es una joya del neoclasicismo. Fue inaugurada el 20 de julio de 1908 en predios de la casa natal de Antonio Nariño. En su jardín está el primer Observatorio Astronómico de América. Nariño tradujo del francés “Los derechos del hombre” y fue presidente de Colombia (1811-1813).
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Costa Rica: Casa Presidencial de Zapote
La Casa Presidencial es residencia y oficina del Presidente, así como sede de varios ministerios. Se encuentra en el distrito de Zapote, cantón de San José. Desde 1980 la Casa Presidencial se encuentra en el edificio de Zapote, estructura diseñada por el arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez.
Imagen: picture alliance/dpa/EPA/J. Arguedas
Cuba: Capitolio Nacional de La Habana
El Capitolio Nacional es la sede institucional de la Asamblea Nacional. Desde 2018, la Asamblea Nacional sesiona aquí. Fue construido por Eugenio Rayneri Piedra en 1929 por encargo de Gerardo Machado. Inspirado en el neoclasicismo del Panteón de París, San Pedro de Roma y el Capitolio de Washington tiene una cúpula de 91,73 m de altura. Es considerado uno de los palacios más importantes del mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Reboredo
Ecuador: Palacio de Carondelet
Es la sede del Gobierno y residencia del Presidente. Ubicado en la Plaza de la Independencia o Plaza Grande. Habría sido Simón Bolívar quien le llamó Palacio de Carondelet, alabando el buen gusto de Francisco Luis Héctor Barón de Carondelet, un francés al servicio de España, quien ordenó la construcción de su fachada, cuyo principal elemento, una columnata, se mantiene hasta la actualidad.
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El Salvador: Casa Presidencial
La Casa Presidencial de El Salvador es la sede principal del Presidente de la República. Se encuentra ubicada en la ciudad capital de El Salvador en las instalaciones del antiguo Country Club, que posteriormente albergó al Ministerio de Relaciones Exteriores. No es utilizada como residencia del presidente y su familia.
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Guatemala: Palacio Nacional de la Cultura
El Palacio Nacional de la Cultura, monumento histórico y artístico, también llamado "Palacio Verde" es utilizado por el Ejecutivo para actos protocolarios. Allí sesiona el Consejo de Ministros conformado por el presidente, vicepresidente y ministros de Estado. El presidente y su familia viven detrás de la edificación, en la “Casa Crema”, residencia oficial en Art Deco y kilómetro 0 de Guatemala.
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Honduras: Palacio José Cecilio del Valle
El Despacho Presidencial establece una conexión con los orígenes mayas de Honduras, de ahí su forma de letra "Q" que viene del "Altar Q" en Copán. El Palacio José Cecilio del Valle es un edificio que comenzó a construirse en 1988 y fue diseñado por Jorge Luciano Durón Bustillo, quien centró la obra en la cultura e historia de Honduras. La edificación resalta las raíces del pueblo maya.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bildfunk/R. Escobar
México: Palacio Nacional
El Palacio Nacional es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Ubicado al oriente de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Delegación Cuauhtémoc. La fachada tiene portal, arcos y balcones, y en el centro el Escudo Nacional y una réplica de la campana de Dolores. La Residencia Oficial de los Pinos es la casa temporal del Presidente.
Imagen: imago/robertharding
Nicaragua: Casa de los Pueblos o "Casa Naranja"
La Casa de los Pueblos, llamada “Casa Naranja”, también es conocida como "Casa Mamón" y fue la residencia y sede de la presidencia de Nicaragua entre 1999 y 2007. Se encuentra ubicada en el centro histórico de Managua. Desde el ascenso a la presidencia de Daniel Ortega, funciona como sede del Gobierno y es utilizada, por lo general, para ceremonias importantes o visitas de Estado.
Imagen: Getty Images/AFP/H. Retamal
Panamá: Palacio de Las Garzas
El Palacio de Las Garzas, inaugurado en 1922, es la sede del Presidente. La construcción es una muestra de la arquitectura colonial y el arte almudéjar. El palacio ha sido utilizado como residencia y oficina principal de la mayoría de los presidentes, a excepción de algunos, como Varela, Martinelli, Torrijos, Moscoso y Pérez, que optaron por mantener sus residencias y viajar diariamente a éste.
Imagen: imago/imagebroker
Paraguay: El Palacio de López
La sede del gobierno de Paraguay es uno de los edificios más emblemáticos de la capital paraguaya, Asunción. Construido en estilo neoclásico, es "Tesoro del Patrimonio Cultural Material" de Asunción. El Palacio ofrece un espectáculo lumínico durante la noche y tiene una hermosa vista desde la costanera de Asunción.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Saenz
Perú: Casa de Gobierno
Casa de Gobierno, o “Casa de Pizarro”, es la sede principal del poder ejecutivo y la residencia oficial del Presidente. Se encuentra en la Plaza Mayor del centro histórico de Lima, a orillas del río Rímac. Su fachada es de estilo neobarroco de inspiración francesa. Su primera versión la mandó a construir el fundador español de Lima, Francisco Pizarro, en 1536.
Imagen: picture-alliance/dpa/Wiegand
República Dominicana: El Palacio Nacional
Esta es la residencia del Presidente y sede del Poder Ejecutivo. Construido por el italiano Guido D' Alessandro Lombardi, esta es una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de República Dominicana, que comparte la isla con Haití. Se encuentra en Santo Domingo. La construcción es fruto de varios estilos: victoriano, neoclásico, renacentista italiano, barroco grecorromano y el galo Luis XVI.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Gammert
Uruguay: Palacio Estévez
Hoy se le llama “Edificio Independencia” y es una de las sedes del Ejecutivo. Durante el gobierno de Tabaré Vázquez su oficina se mudó a la contigua Torre Ejecutiva, en el centro de Montevideo. Tras la restauración democrática de 1985, Julio María Sanguinetti resolvió mudar la sede principal del Poder Ejecutivo al Edificio Libertad. El "Estévez" se usa para actos protocolarios.
Imagen: picture-alliance/robertharding/
Venezuela: Palacio de Miraflores
La sede del Gobierno es una construcción neoclásica que está cerca del Palacio Federal Legislativo. Su construcción se inició en 1884, bajo la dirección de Giussepe Orsi de Mombello, siendo presidente Joaquín Crespo (1884-1886). La residencia del Presidente se encuentra fuera de Miraflores, en “La Casona”, en Santa Cecilia, aunque Nicolás Maduro vive dentro del Fuerte Tiuna, "por seguridad".