Chile: líder mapuche “está grave” tras huelga de hambre
18 de julio de 2020
Celestino Córdova inició una huelga de hambre el pasado 4 de mayo, tras ser condenado a 18 años de cárcel por homicidio.
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El machi chileno Celestino Córdova -condenado a 18 años de prisión por el homicidio de un matrimonio de agricultores- está en un estado de salud "grave” y fue trasladado la noche del 15 de julio desde la cárcel de Temuco (sur de Chile) al Hospital de Nueva Imperial (35 kilómetros al oeste de la ciudad sureña), según trascendió este viernes (17.07.2020).
La vocera del machi, Giovanna Tabilo, aseguró que Córdova "está en una fase máxima de gravedad, tiene demasiadas secuelas físicas de la huelga de hambre del año 2018 y hoy día estamos contra el tiempo".
Celestino Córdova inició una huelga de hambre el pasado 4 de mayo, cuando fue condenado a 18 años de cárcel como autor del delito consumado de incendio con resultado de muerte del matrimonio de Werner Luchsinger y Vivian Mackay, el 4 de enero de 2013. Ese mismo día, Córdova dio inicio a una huelga de hambre para exigir cumplir su condena dentro de los territorios de su comunidad, tierras ubicadas un par de kilómetros al sur de Temuco.
Su demanda se ampara en un Convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, que desde 2009 ha sido parte de la legislación chilena, que sostiene que "deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento (a los miembros de pueblos originarios)".
En el sur de Chile se arrastra desde hace décadas un conflicto entre comunidades mapuches que reclaman territorios ancestrales y las empresas agrícolas o forestales que las ocupan. En los últimos años, el conflicto ha derivado en estallidos de violencia en los que han muerto personas, mientras varias decenas de mapuches han sido procesados y condenados por diversos delitos, principalmente ataques incendiarios.
ama (efe, bio bio, radio universal, Prensa Latina, El Ciudadano, Diario Concepción)
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Rukas, historia y costumbres mapuches en la capital chilena
La obra 'Rukas mapuche en la ciudad' hace un cadastro de las rukas que, entre autopistas, viviendas sociales, parques, universidades, jardines y centros de salud, se ubican en comunas periféricas de Santiago de Chile.
Imagen: Rosario Carmona
Fenómeno urbano metropolitano
Un tercio de la población total mapuche vive en Santiago de Chile, porcentaje que comparte con la región de la Araucanía. Según la antropóloga chilena Rosario Carmona, a pesar de que "el fenómeno urbano se da en la zona metropolitana", se han contruido tres rukas nuevas y antiguas en la región de Valparaíso, donde también se concentra una importante población mapuche.
Imagen: Rosario Carmona
Objeto de orgullo
Actualmente existen más de una veintena de rukas en Santiago y “se siguen construyendo”, aseguró Carmona. Situadas en comunas vulnerables fruto de la “segregación que padece Santiago”, las rukas cargan historias de las distintas negociaciones, tensiones e, incluso, desencantos, a los que han tenido que enfrentarse sus creadores, así como de un profundo sentimiento de orgullo.
Imagen: Rosario Carmona
Con aires sureños
Fabricadas con madera y coligüe (una especie de paja), las rukas han introducido elementos más modernos como baldosas, ladrillos y otros materiales de construcción. También se caracterizan por no tener ventanas, pero sí orificios en el techo y un espacio en el centro para poner el fuego, “no solo para cocinar, pues el humo cumple funciones de desinfección”, aclaró la antropóloga chilena.
Imagen: Rosario Carmona
Construyendo una ciudad intercultural colectivamente
En la mayoría de las ocasiones, la construcción de estas rukas ha sido un evento colectivo, a cargo de uno o más rukafes, pero con la participación de toda la comunidad, la familia, vecinos y amigos que, a pesar de las discriminaciones que han soportado, han llevado a configurar una ciudad más intercultural.
Imagen: Rosario Carmona
Función social
Actualmente las rukas cumplen una función más social que doméstica, por lo que, al menos en la Región Metropolitana, no son habitadas como antaño, sino utilizadas en ocasiones especiales, con mayor o menor frecuencia, y alojan mesas, sillas, pizarras, pendones, ciertos utensilios de cocina y en algunos casos platería y objetos tradicionales mapuches en exhibición.
Imagen: Rosario Carmona
Diversidad de actividades
El rol que juegan las rukas en el pueblo mapuche se plasma con la diversidad de actividades que se llevan a cabo, algunas más cercanas a la costumbre ancestral mapuche como we tripantü, nguillatún, juego de palín, ferias culinarias, charlas con dirigentes y representantes tradicionales como werkén machi, lawentuchefe y üllkantufe.
Imagen: Rosario Carmona
Patrimonio inmaterial
Las rukas en la Región Metropolitana se han instalado como lugares que hacen confluir el patrimonio material e inmaterial del pueblo mapuche y, a la vez, como lugares de alto valor patrimonial en sí mismas, ya que todas toman como referencia la ruka de carácter ancestral construida en la zona sur del país.
Imagen: Rosario Carmona
Logros precarios
Para la autora, el colectivo debe hacer frente a discriminaciones y tener en cuenta que no existen garantías que les aseguren dichas rukas creadas y otros logros conseguidos, como programas de salud y educación. Igualmente, pueden ser objeto de reducciones de personal o de supresión de oficinas de asuntos indígenas en el caso que se reduzca el presupuesto municipal.