Una nueva protesta estudiantil, en la que participaron estudiantes universitarios y secundarios, terminó con incidentes en Santiago de Chile, luego de que grupos de encapuchados comenzaran a realizar destrozos en la vía pública, lo que forzó la intervención de la policía chilena (Carabineros), que con gases lacrimógenos y camiones lanzaaguas dispersaron la manifestación.

De acuerdo a los organizadores, la convocatoria reunió a 80.000 personas, aunque las fuerzas de seguridad cifraron en 25.000 el total de personas reunidas en la enésima protesta contra el sistema educacional chileno. Los jóvenes exigen educación pública, gratuita y de calidad, en un movimiento que comenzó con fuerza en 2006, vivió sus mejores momentos mediáticos en 2011 y que si bien se mantiene, ha perdido presencia y masividad.

El recorrido inicial de la marcha se realizó con normalidad, y de hecho el acto cultural que estaba organizado para el final de la caminata por el centro de la ciudad se realizaba en calma hasta que un grupo reducido de personas comenzó a destruir señaléticas. En las redes sociales se acusaba un uso excesivo de la fuerza de la policía, especialmente contra menores de edad, que formaban parte importante del total de congregados.

Partió bien, terminó mal

La policía informó que tenía cinco efectivos heridos de diversa consideración, mientras que los organizadores de la marcha aseguraron que había una persona herida por un balín. Moisés Paredes, portavoz de una de las agrupaciones convocantes, dijo que “la marcha tuvo un mal desenlace, pero un buen desarrollo y una gran convocatoria”, mientras que el dirigente universitario Andrés Fielbaum acusó a carabineros de “atacar a la masa”.

Ya la noche del miércoles la policía se había enfrentado con grupos de encapuchados en diversos sectores de la capital chilena, especialmente en los barrios periféricos de la ciudad, donde hubo cortes de tránsito y barricadas. En ellos las fuerzas policiales actuaron también desplegando sus carros lanzaaguas y lanzando gases lacrimógenos.

Las protestas se realizan en una fecha cargada de simbolismo para el país, por estar próximo a conmemorarse el 40 aniversario del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende. En otras ciudades del país, como Valparaíso, también hubo manifestaciones que mezclaban las exigencias educacionales y el repudio al golpe militar. Asimismo, Chile vive en plena efervescencia política debido al desarrollo de las campañas parlamentarias y presidenciales, de cara a las elecciones que se realizarán el 17 de noviembre.

DZC (Europa Press, La Tercera, Cooperativa)