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En Dignidad se torturó

15 de septiembre de 2011

Por primera vez se procesa a personas acusadas de haber abusado de detenidos en la Colonia Dignidad, Chile, durante la dictadura militar. El caso más conocido es el de la profesora Adriana Bórquez.

Acceso principal a Colonia Dignidad (DPA).
Acceso principal a Colonia Dignidad.Imagen: dpa

La profesora de francés Adriana Bórquez Adriazola estaba en la ciudad de Talca, a 255 kilómetros al sur de Santiago de Chile, cuando a las 3 de la mañana del 23 de abril de 1975 fue detenida por agentes de seguridad de la DINA, la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet. Bórquez aseguró que fue trasladada a Colonia Dignidad, un enclave alemán vinculado al régimen militar, donde habría sido torturada. Posteriormente fue enviada a otro centro de tortura en Santiago, conocido como “la venda sexy”.

Después de un mes fue dejada en libertad y ella, traumatizada con el episodio, voló a Inglaterra, donde vivió un largo exilio. Entretanto, fue testigo de Amnistía Internacional en el juicio que Colonia Dignidad presentara contra esa organización y la revista alemana Stern por haber asegurado que en Villa Baviera se torturaba a personas. En esas declaraciones, Bórquez aseguró que cuando estuvo detenida escuchaba a personas que hablaban alemán. Más tarde, en el juicio que ahora entrega sus primeros frutos, acusaría a Paul Schäfer de haber participado en las sesiones de maltrato.

El régimen de Augusto Pinochet (izquierda) tuvo estrechos lazos con Dignidad.Imagen: picture-alliance/dpa

Centro de tortura

Colonia Dignidad fue fundada por el ex enfermero del ejército nazi Paul Schäfer en 1961 y al poco tiempo contaba con más de 200 colonos, casi todos ellos alemanes. Tras el golpe de Estado de septiembre de 1973, la dictadura se vinculó estrechamente con Dignidad. Con el tiempo, a las acusaciones de Adriana Bórquez se sumaron las de otros detenidos que aseguraban haber sido vejados en los terrenos que la también llamada “Villa Baviera” posee hasta el día de hoy en las cercanías de Parral, a 342 kilómetros al sur de Santiago. Pero hasta ahora nunca la Justicia había reconocido su condición de centro de tortura.

Ahí radica la importancia de la determinación dada a conocer el 13 de septiembre, cuando la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago sometió a proceso al ex colono de Villa Baviera y ex guardaespaldas de Paul Schäfer, Gerhard Mücke, y al ex jefe de la DINA en Parral, el coronel (r) Fernando Gómez Segovia, por los delitos de privación de libertad y apremios ilegítimos. Esta decisión, además, revoca la que había tomado el juez Jorge Zepeda, quien había decidido no encausar a los acusados. Este giro abre la posibilidad de que otras personas vinculadas a la Colonia Dignidad durante la dictadura también se enfrenten a la Justicia.

Reacciones en Alemania

La noticia cayó bien en Alemania, donde Amnistía Internacional y otras organizaciones defensoras de los Derechos Humanos habían seguido de cerca el caso. La organización Forschung und Dokumentationszentrum Chile-Lateinamerika (FDCL) señaló en un comunicado que si bien los procesos de condena a los acusados de abusos en Colonia Dignidad han sido lentos, ya se están sentando los primeros precedentes. Asimismo, destaca que “ya Amnistía Internacional había llamado la atención sobre la existencia de un centro de torturas de la DINA en Colonia Dignidad”.

Paul Schäfer fue acusado por Bórquez de torturarla.Imagen: picture-alliance/AP Photo/N. Pisarenko

En ese mismo comunicado, FDCL recuerda que uno de los personeros del enclave alemán investigados por la justicia chilena huyó de Sudamérica y hoy vive en Alemania. “El doctor Hartmut Hopp, director del hospital de la `secta´ y conocido como el `canciller´ de Dignidad, desde mayo de 2011 vive en la ciudad de Krefeld. Si bien no hay cargos contra él, se espera que esa situación cambie” luego que otra organización de Derechos Humanos, el European Center for Constitutional Rights (ECCHR), presentara recientemente una acusación contra Hopp.

Larga espera

Desde 1997 Adriana Bórquez esperaba una respuesta positiva de la justicia. Fue en ese año cuando presentó una demanda contra Colonia Dignidad por tortura y trato degradante. Los tribunales cerraron en reiteradas ocasiones el caso, que fue reabierto también innumerables veces por la persistencia de Bórquez, reconocida luchadora por los Derechos Humanos en Chile. Ella misma se encargó de explicar el porqué de su constancia en una entrevista con el semanario “El Periodista”, de Chile: “Cuando llegué (a Colonia Dignidad) me ataron y me dieron golpes eléctricos en el pecho y en la vagina y en todo el cuerpo. Fui torturada por largo tiempo. Cuando gritaba me ponían un paño húmedo en la boca. La tortura me llevó a perder el control sobre los esfínteres, pero la conciencia no la perdí nunca completamente”.

Autor: Diego Zúñiga
Editor: Emilia Rojas

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