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Chile: un milagro de la naturaleza

24 de septiembre de 2013

Naturaleza fantástica, diversidad culinaria y gente hospitalaria: solo tres razones por las que se debería visitar el país natal de Isabel. Una caminata por el paisaje variado ofrece algo para todos los gustos.

El desierto de Atacama en el norte de Chile.
El desierto de Atacama en el norte de Chile.Imagen: ARGE Lateinamerika

Chile está ubicado en el extremo suroeste del continente sudamericano, cuya frontera occidental la constituye el Océano Pacífico.




Este viaje es para aquellos que tengan el deseo de caminar, de descubrir y de admirar, y para quienes ese deseo es tan grande que lo que más les gustaría es empacar las maletas y salir inmediatamente a la aventura.

Iremos a mi país natal Chile, hacia el rincón más remoto del mundo.

Cuenta una historia que Chile, con todos sus contrastes y extremos, existe solo porque, al crear la Tierra, a Dios le sobró un poco de todo. Esto lo habría arrojado a la parte austral del continente americano, y fue así como los desiertos, las selvas, los mares, los lagos, los volcanes y el resto de los lugares habrían tomado forma.

En este milagro de la naturaleza existen muchos pueblos unidos viviendo juntos pacíficamente. Personas de diferentes procedencias han llegado a través de los siglos a Chile, y han influenciado esta tierra. Incluso, hoy en día, es posible conseguir deliciosos pasteles que saben como si hubieran sido horneados por la abuela, pues se preparan a partir de las recetas de los antepasados. También se puede beber exquisito vino, producido a partir de las diferentes clases de vino de la antigua tierra natal, pues éstas crecen extraordinariamente bien en el suelo chileno. Tan solo por su variedad culinaria, es Chile ya un lugar digno de visitar.

El Océano Pacífico es un espectáculo sin igual. Las olas baten incansablemente las orillas del mar. Allí se puede caminar durante horas sin encontrar un alma y observar al mismo tiempo los animales fantásticos de la playa, es decir, pingüinos, ballenas, leones marinos, pelícanos y albatros.

Si alguien tiene ganas de "estar en la cima", solo necesita un par de horas para llegar hasta los Andes. Ahí se encuentran los paisajes más impresionantes de volcanes, paisajes lunares, selvas y glaciares que despiertan el deseo de esquiar. Algo que, por cierto, se puede hacer en centros de esquí muy modernos. También existe la posibilidad de viajar a lugares donde se puede disfrutar de las maravillas del invierno a solas y sin molestias.

Una caminata con mochila es otra alternativa para descubir Chile. Tan solo el paisaje de bosques enteros de araucaria chilena, también conocida como piñonero, con árboles de hasta 500 años de vida, son en sí una experiencia que vale la pena. Además, las frutas de estos árboles antiguos, que por cierto son muy sabrosas, se venden como una especialidad en las tiendas locales.

En este recorrido a través del campo chileno, de los arroyos y ríos, que serpentean los bosques, se puede encontrar la llamada 'rana de Darwin'. Sin embargo, se requiere mucha paciencia, tiempo y calma.

Desde luego también hay atracciones para los amantes de las aves. El pájaro más pequeño del mundo, el colibrí, y el más grande, el cóndor, viven en Chile, y seguramente no se escaparán de la vista del observador atento.

Por último, también los habitantes de Chile bien valen un viaje a este país. Son curiosos, de brazos abiertos a los extranjeros y siempre muy hospitalarios.

¡Bienvenidos a Chile!

Autora: Isabel de Chile
Editora: Celine Köhler Parra

El pájaro más pequeño del mundo, el colibrí.Imagen: DW-TV
Glaciares de los Andes.Imagen: ddp images/AP Photo/Karel Navarro