Chile: víctimas de lesiones oculares piden justicia
3 de julio de 2021
Decenas de personas se congregaron para denunciar el "abandono" del Gobierno a las más de 400 víctimas de trauma ocular durante las protestas.
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Diversas organizaciones de derechos humanos y víctimas de violencia policial exigieron este viernes (02.07.2021) -a dos días de que se constituya la asamblea que redactará la nueva Constitución de Chile- reparación para las personas que sufrieron lesiones oculares durante la crisis social que estalló en 2019.
Al grito de "¡Justicia y reparación urgente!", decenas de personas se congregaron en la capital para denunciar el "abandono" del Gobierno a las más de 400 víctimas de trauma ocular que dejaron las manifestaciones y para pedir a 155 constituyentes que consideren sus demandas.
"Exigimos que se nos atienda dignamente, que se cumplan los compromisos y que se haga justicia y paguen quienes nos arrebataron parte de nuestras vidas", afirmó Natalia Aravena, portavoz de la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular y una de las víctimas.
Entre 2019 y 2020, Chile vivió la mayor crisis social en sus tres décadas de democracia, una ola de protestas por un modelo socioeconómico más justo que dejaron al menos una treintena de muertes y miles de personas heridas. Estas revueltas dejaron, además, una "epidemia" de traumas oculares entre quienes se manifestaron -460 víctimas de este tipo, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH)-, una situación que llevó a varios organismos internacionales a acusar a las fuerzas de seguridad de violaciones a los derechos humanos.
Las imágenes de jóvenes con los ojos ensangrentados tras recibir perdigones y bombas lacrimógenas en la cara obligaron al Gobierno a lanzar un programa de reparación de traumas oculares. Sin embargo, la coordinadora denunció que el Estado no se ha hecho cargo de este programa, que "faltan profesionales y que no están cualificados" para atender a las víctimas con secuelas psicológicas y alertan de una falta de atención generalizada.
Este mismo viernes, Fabiola Campillai, una mujer de 36 años que fue cegada por un policía y uno de los casos más emblemáticos de trauma ocular, se reunió con el jefe de Carabineros -el cuerpo policial más enjuiciado tras las protestas- para denunciar "la falta investigación y de sanciones en la institución".
"No ha habido ni un perdón de parte de nadie", lamentó la mujer. Campillai recibió el impacto de una bomba de gas lacrimógeno en el rostro cuando esperaba el autobús para dirigirse a su trabajo. En tanto, el exagente imputado por su causa, Patricio Maturana, salió de prisión preventiva y se encuentra ahora bajo arresto domiciliario y desvinculado del cuerpo policial. "El principal culpable es el presidente, que manda a la Policía para reprimirnos y a disparar como si fuésemos delincuentes. Él nos declaró una guerra que solo existe en su mente", aseguró Campillai.
ama (efe, biobio, cooperativa)
Chile: la semana en que se desató la furia (octubre de 2019)
Las protestas por el alza del pasaje del Metro se convirtió rápidamente en una expresión de descontento popular que no ha logrado ser controlada, ni siquiera por intermedio de la presencia de militares.
Imagen: picture-alliance/AP Images/E. Felix
Todo partió con la evasión
Las manifestaciones contra el alza en el precio del boleto del Metro comenzaron el 14 de octubre y fueron convocadas por secundarios, que se coordinaron a través de las redes sociales. Cuando los entrevistaban, decían hacerlo por sus padres, que ya gastan mucho dinero en transporte. El llamado era a evadir el pago saltando las barreras en las estaciones del ferrocarril urbano de Santiago.
Imagen: Reuters/C. Vera
Vandalismo y enfrentamientos
La manifestación, originalmente pacífica, fue reprimida por la policía militarizada chilena, lo que generó malestar entre los jóvenes. La consigna "basta de abusos", sin embargo, comenzó a permear otras capas sociales en un país donde la desigualdad no ha podido ser eficientemente combatida en los últimos años. Comenzaron, así, los primeros enfrentamientos con la policía.
Imagen: Reuters/I. Alvarado
El caos se extiende
Las protestas se extendieron rápidamente por todo Santiago, y al comienzo tímidamente en otras regiones del país. También empezaron los saqueos a supermercados y la destrucción de bienes públicos y privados. Al mismo tiempo, la ciudadanía siguió expresando su malestar por el alto costo de la vida, bajos salarios, pensiones miserables y otros problemas a través de ensordecedores cacerolazos.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Reyes
La destrucción del Metro
Quizás las escenas más desoladoras para los santiaguinos, siempre orgullosos de su Metro, fueron las que mostraban la destrucción de casi un centenar de estaciones del tren urbano, las que fueron incendiadas y vandalizadas por hordas. Algunos ataques parecieron coordinados. A estas alturas, las fuerzas de seguridad se vieron superadas por la acción de inadaptados.
Imagen: AFP/J. Torrest
Militares a la calle
El viernes 18 de octubre, el presidente Sebastián Piñera decretó el estado de excepción y ordenó que las Fuerzas Armadas salieran a las calles para ayudar a restaurar el orden. Pronto los militares, ya a cargo de la seguridad, decretaron toque de queda en la capital y otras ciudades, pues las protestas, pero también los saqueos, se habían extendido a todo el país.
Imagen: picture-alliance/AP Images/AP Photo/E. Felix
Toque de queda y problemas
El toque de queda, una medida constitucional que no se utilizaba desde la dictadura de Augusto Pinochet, generó una serie de dificultades. El aeropuerto de Santiago se vio totalmente colapsado debido a que se suspendieron vuelos porque las tripulaciones no pudieron llegar a trabajar y muchos turistas quedaron varados en el terminal aéreo, sin recibir información ni tener acceso a alimentación.
Imagen: Imago-Images/Aton Chile/D. Yankovic
Medida ineficaz
A pesar del toque de queda y de la cada vez más dura represión, las protestas siguieron su curso, incluso una vez que imperaba la prohibición de salir de los hogares. Las fuerzas de seguridad seguían viendo con impotencia los saqueos, incendios de centros comerciales y siendo muchas veces desbordados por las masivas manifestaciones pacíficas, en las que -de todas formas- actuaban con dureza.
Imagen: imago images/Aton Chile/J. Torres
Numerosas denuncias de abusos
Los desmanes y la represión han dejando una veintena de muertos, casi 200 heridos a bala, más de 5.000 detenidos y daños, solo en el Metro, que superan los 300 millones de dólares. El Instituto de Derechos Humanos denunció que al menos cinco de las muertes fueron obra de la acción desmedida de las fuerzas de seguridad, y en un caso un militar fue detenido por haber disparado contra un ciudadano.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Bernetti
Un paquete de medidas
El martes 22 de octubre en la noche, el presidente Piñera presentó un paquete de medidas con las que pretende calmar la furia ciudadana. Entre ellas está un aumento de la pensión básica y del salario mínimo, la reducción del sueldo de los parlamentarios y la creación de un seguro de salud para enfermedades catastróficas. El paquete surgió tras una reunión con partidos de gobierno y oposición.