A tres semanas de la visita del Papa Francisco a Chile, el país latinoamericano parece todavía más lejano de la Iglesia católica. Nuevos antecedentes relacionados con el encubrimiento de abusos, ahondan la desconfianza:
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Se sabía que la visita del Papa a Chile no sería fácil, pero ni los peores augurios predijeron el efecto que tendría el caso del obispo Juan Barros. En un continente mayoritariamente católico, en que Francisco –el primer pontífice latinoamericano, con un lenguaje y una cultura común- causa furor, la situación chilena es bastante singular.
Según la encuesta Latinobarómetro, realizada a principios de enero en 18 países de la región, Chile es el país que peor evalúa al Papa, tiene menos católicos y confía menos en la iglesia católica. Si en 1995 el 74% de los chilenos se declaraba católico, hoy es sólo el 45%. Francisco recibió una nota 5,3, en una escala de 0 a 10, y sólo un 36% tiene mucha confianza en la iglesia.
La llegada del Papa fue precedida por ataques incendiarios a iglesias y a las misas oficiadas por el Santo Padre asistieron menos fieles de lo esperado, aproximadamente la mitad, según cálculos de los organizadores. ¿Qué pasa en Chile? Uno de los factores que explican este fenómeno es la creciente secularización. "Aunque es un proceso generalizado en Latinoamérica, en la sociedad chilena es más avanzado que en otros países. La modernización, ligada al auge económico, trajo también un proceso de individualización más profundo. Esto influyó en que declinaran las redes a las cuales la Iglesia sostenía con prácticas solidarias, cooperativas y de asistencia”, explica Álvaro Ramis, doctor en Filosofía y académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
Caso Barros: la crisis se agudiza
En este escenario, los abusos sexuales minaron el prestigio de que todavía gozaba la iglesia, quien fuera un actor político y social comprometido con la defensa de los derechos humanos y la solidaridad con los más pobres, durante la dictadura de Pinochet. "Hoy la iglesia chilena está afectada por una crisis de imagen y de confianza, que ha sido mucho más severa que en otros países”, indica Ramis.
Lo que debía ser una visita pastoral, hizo más noticia por el Obispo Barros, sindicado como encubridor de Fernando Karadima, un sacerdote sancionado a una vida retirada del ejercicio pastoral, tras comprobarse numerosos casos de abuso sexual y de poder. La investidura de Barros, uno de los cercanos a Karadima, como Obispo de la sureña diócesis de Osorno hace dos años, agudizó la crisis.
En opinión de Álvaro Ramis, "el abuso pesa, pero es más fuerte por el encubrimiento, que genera mucha indignación. Cuando es el delito particular de un clérigo, es más fácil de enfrentar, en cambio la política de encubrimiento fue generalizada”.
Barros participó en misas con el Papa en su visita, lo que generó fuertes críticas. Juan Carlos Claret, vocero de un grupo de laicos que busca la salida de Barros, opina que "la iglesia, así constituida, termina permitiendo la impunidad de personas que si no fueran obispos serían simples criminales”.
Confrontado por la prensa, el Pontífice respondió que no existiría ninguna prueba en contra del obispo. Más tarde tuvo que disculparse, por el dolor que causaron sus palabras en las víctimas. Una de ellas acaba de revelar que Francisco sí habría estado al tanto de la situación, pues en 2015 le envió una carta, por medio del cardenal estadounidense Sean O´Malley, denunciando al obispo Barros como encubridor de Karadima.
"Cuando el Papa dice que no hay pruebas, sí las hay, son pruebas testimoniales. ¿Por qué las desacredita? Y cuando dice que son calumnias, se genera un desincentivo para que más víctimas hablen”, opina Juan Carlos Claret.
El Papa ha intentado encontrar una salida, proponiendo un año sabático a Barros y otros obispos ligados a Karadima, pero las soluciones se han entrampado, al parecer por responsabilidad del Nuncio. Hay una serie de procedimientos que limitarían la libertad del Pontífice para nombrar y remover obispos, sumado a la cautela para impedir que surjan levantamientos en otras diócesis.
La visita del obispo Charles Scicluna, enviado por el Papa para investigar a Barros y escuchar a las víctimas, podría aclarar la situación. El entramado es complejo y el escándalo podría salpicar a otros obispos e incluso al Nuncio apostólico, representante del Vaticano en Chile.
¿La visita profundizó el quiebre?
"El Papa vino a cosechar lo que se sembró”, sentencia Juan Carlos Claret. "Francisco perdió una gran oportunidad de hacer creíble su mensaje de tolerancia cero, porque terminó reafirmando las condiciones que hacen posible el abuso, como la obediencia ciega, el uso autoritario del poder y una estructura oscura”, apunta.
A tres semanas de la visita del Pontífice, los posibles frutos pastorales se ven opacados por las críticas. "Yo creo que a largo plazo la iglesia va a poder leer y capitalizar esta visita. Los contenidos de los discursos en la mayoría de los casos fueron muy profundos y tocaron fibras muy sensibles. El problema es que el escándalo Barros opacó la visita”, dice Álvaro Ramis.
En su opinión, hoy la iglesia católica no ofrece ningún atractivo, pero sí muchas dificultades. La sociedad chilena sigue adhiriendo a la fe, pero ya no necesariamente al catolicismo, como fue la tradición. La iglesia evangélica pentecostal ha crecido notablemente, especialmente entre los sectores populares, que se sienten mejor representados.
Parte del grupo de católicos que permanece fiel a la iglesia católica, en tanto, se identifica con las corrientes más conservadoras. "Hay un núcleo católico en los sectores de la elite económica. Demográficamente es muy pequeño, pero es muy influyente en la sociedad y en la economía. Sin embargo, el Papa actual no logra reflejar a esa elite. Primero, no se enfoca en la moral sexual, que es uno de los temas que esta elite quiere enfatizar, y por otro lado refuerza temas de la moral social, que ese grupo no desarrolla o evita. Entonces Francisco va a contracorriente con estos católicos chilenos”, argumenta Ramis. En defintiva, el Papa no logra sintonizar ni con ellos ni con la sociedad.
Papa Francisco en Chile y Perú
En su sexto viaje a América Latina, el Papa Francisco visitó Chile y Perú. Protestas por escándalos de abuso sexual en el seno de la Iglesia católica acompañaron su gira. Aquí pasamos revista al viaje, en imágenes.
Imagen: picture-alliance/AA/S. Castaneda
Multitudinaria misa en Lima
Una misa con asistencia multitudinaria puso el broche de oro de la visita del Papa Francisco a Perú. Se estima que más de un millón de personas acudió a la cremonia en Lima, en la que puso énfasis en la necesidad de velar por una mayor inclusión social. En su viaje de regreso a Roma, el Papa volvió a abordar, entre otros, el tema de la corrupción, que calificó de "ciénaga".
Imagen: picture-alliance/AP Images/A. Tarantino
Tormentas y tormentas
Brindar consuelo a los damnificados por fenómenos meteorológicos fue uno de los cometidos del Papa en Trujillo. Pero también advirtió que "otras tormentas pueden estar azotando estas costas y tienen efectos devastadores. Tormentas que nos cuestionan como comunidad y ponen en juego el valor de nuestro espíritu. Se llaman violencia
organizada, como el sicariato y la inseguridad que esto genera".
Imagen: picture-alliance/dpa/Agentur Andina/J. C. Guzmán
El virus de la corrupción
"Cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente ese virus social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados", dijo el Papa, hablando ante el palacio presidencial en Lima. Fue uno de los temas centrales abordados por Francisco, quien pidió más transparencia.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Bianchi
Defensa de la Amazonía
"Los pueblos originarios amazónicos nunca han estado tan amenazados en sus territorios como ahora”, señaló Francisco en un encuentro con representantes indígenas en la localidad de Puerto Maldonado, en la selva peruana. El Papa aludió a los intereses económicos del neoextractivismo y a políticas conservacionistas desviadas, que pierden de vista al ser humano.
Imagen: Reuters/H. Romero
Arribo a Lima
El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, y otras autoridades recibieron en el aeropuerto militar de Lima al Papa, que fue aclamado por miles de personas en su recorrido hacia la Nunciatura Apostólica. El alcalde de la capital peruana entregó luego a Francisco las llaves de la ciudad.
Imagen: Reuters/A. Bianchi
Contra la explotación de inmigrantes
En el norteño puerto chileno de Iquique, el Papa exhortó a acoger a los inmigrantes y evitar su explotación. "Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla", pidió Francisco, quien continuó más tarde su viaje, rumbo a Perú.
Imagen: Reuters/A. Bianchi
El caso Barros
Convencido de que las acusaciones contra el obispo de Osorno, Juan Baros, son “calumnias”, el Papa afirmó que no hay pruebas en su contra. La organización Laicos de Osorno, que exige la renuncia del obispo, lamentó el respaldo papal al prelado, al que acusan de encubrir los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Imagen: Reuters/A. Bianchi
Casamiento a bordo
Una pareja integrante de la tripulación del vuelo que llevó a Francisco de Santiago a Iquique, protagonizó un hecho sin precedentes. El Papa los casó a bordo, bendijo sus anillos y firmó el acta canónica de la ceremonia. La aerolínea Latam señaló que es la primera vez que el Pontífice celebra un matrimonio en un avión.
Imagen: Getty Images/AFP/V. Pinto
Saludo en mapudungún
En Temuco, el Papa utilizó palabras en el idioma mapuche, y un verso de Violeta Parra: "Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar". Francisco exhortó a la unidad de los pueblos, pero advirtió que "la defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrando vidas humanas".
Imagen: Reuters/A. Bianchi
Las víctimas de la dictadura
La llegada del Papa a la Araucanía no solo llevó a poner la mira en el conflicto mapuche, sino también en el pasado dictatorial de Chile. En el aeródromo de Maquehue, donde celebró una misa, hubo un centro de detención y tortura. "Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias", señaló Francisco.
Imagen: picture alliance/dpa/Agencia Uno/A. Zonez
En el santuario del Padre Hurtado
La visita al santuario del santo chileno Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita que dedicó su vida a la ayuda de los pobres, cerró la jornada del martes. Allí se reunió con miembros de la Compañía de Jesús, a la que pertenece también Francisco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Tarantino
"La dignidad se contagia"
Durante su visita a una cárcel de mujeres, en Santiago, Francisco dijo a las reclusas que "la sociedad tiene la obligación de reinsertarlas a cada una de ustedes". En este sentido, criticó que el encarcelamiento se reduzca a veces a un castigo. El Papa afirmó que perder la libertad no significa perder la dignidad y subrayó: "La dignidad se contagia. Se contagia más que la gripe".
Imagen: picture-alliance/dpa/L'Osservatore Romano
Mensaje de unión
Los fieles chilenos vibraron con la primera misa multitudinaria que Francisco celebró en el país andino en el parque más grande de la capital, que se vistió de gala para recibirlo. La mayoría de los asistentes destacó el espíritu de unión que impregnó las palabras del máximo jerarca de la Iglesia católica. Unas 400.000 personas abarrotaron el recinto desde primera hora de la mañana.
Imagen: Reuters/Osservatore Romano
Un invitado indeseado
La presencia del obispo de la ciudad de Osorno, Juan Barros (foto de archivo), en la misa papal generó amplio repudio. Barros es acusado de encubrir los abusos sexuales contra menores cometidos hace unos años por el influyente cura Fernando Karadima. Barros fue discípulo de Karadima, a quien la Justicia encontró culpable, pero no condenó porque los delitos habían prescrito.
Imagen: Reuters/C. Gutierrez
Misa de “consolación”
El martes (16.01.2018) cientos de argentinos asistieron a la misa multitudinaria del Papa en Santiago de Chile. Desde que asumió el pontificado en 2013, Francisco no ha visitado su país natal. Los fieles argentinos, que vestían camisetas de la "albiceleste" y portaban banderas y pancartas con los colores de su país, hicieron largos recorridos por carretera para poder ver al Papa.
Imagen: Getty Images/AFP/P.P. Brune
Un perdón inesperado
Francisco aprovechó su primer discurso ante las autoridades en la sede del Ejecutivo, el palacio de la Moneda, para manifestar su “dolor y vergüenza” ante el daño “irreparable” causado a niños por parte de ministros de la Iglesia: "Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas (de abuso sexual), al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir".
Imagen: Reuters/I. Alvarado
El Papa intercede por los pueblos indígenas
El martes (16.01.2018), la presidenta chilena, Michelle Bachelet, recibió con honores al sumo pontífice en su primera visita oficial a Chile. En el discurso que Francisco pronunció durante el primer acto de su agenda, hizo alusión a la tensión que existe entre el Estado y el pueblo mapuche. El Papa instó a los gobernantes chilenos a que escuchen a los pueblos originarios y atiendan sus derechos.
Al sobrevolar el espacio aéreo de Argentina, su país natal, el Papa Francisco envió un mensaje a sus compatriotas: "Le traslado mis cálidos saludos y envío mis mejores y francos deseos a todas las personas de mi patria, asegurándoles mi cercanía y bendición… Les pido a todos ustedes que, por favor, no olviden rezar por mí".
Imagen: Getty Images/AFP/A. Bianchi
Protestas en la antesala a la visita papal
El viaje de una semana estuvo precedido por hechos violentos contra iglesias chilenas: ya el domingo (14.01.2018) se había registrado un ataque incendiario en Santiago, el quinto en el país. En los días siguientes se quemarían más iglesias en Chile.
Imagen: picture alliance/Agencia Uno/dpa/R. Sáenz
Chile se prepara para recibir al Papa
El lunes (15.01.2018), el sumo pontífice partió de Roma a su sexto viaje a tierras latinoamericanas, en el que visitará Chile y Perú. Mientras que este último país atraviesa un momento de gran tensión política, las víctimas de abuso sexual por parte de clérigos católicos en Chile anunciaron protestas durante la gira papal.