En el 25º aniversario del traspaso británico de Hong Kong a China, la táctica de mano dura de Pekín contra el Estado de derecho y la democracia le hace la vida imposible a muchos hongkoneses, escribe Glacier Kwong.
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Nací en 1996, un año antes del traspaso de Hong Kong a China, hace 25 años. Crecí en una época en la que Hong Kong era relativamente libre. Se me enseñó a pensar críticamente, a expresar mis opiniones y a pelear por la democracia y la libertad. Me convertí en activista a la edad de 15 años, siendo testigo de primera mano del poder de nuestros movimientos sociales, viendo la posibilidad de que Hong Kong cambiara para mejor. Por un tiempo, incluso vimos algunos éxitos, como cuando el Gobierno abandonó las propuestas de un currículo patriótico chino en las aulas.
En ese momento, tenía esperanzas. Recuerdo haber pensado para mis adentros: si luchamos con más fuerza, tal vez pronto obtengamos el sufragio universal. Pero luego, Pekín se decidió en contra de esa idea del sufragio universal, y acabó desencadenándose la Revolución de los Paraguas, en 2014. El mundo aplaudió nuestro coraje, pero no obtuvimos lo que queríamos.
La táctica represiva de China
Desde entonces, la ciudad ha cambiado mucho, pero siempre para peor. A los candidatos se les prohibió presentarse a las elecciones, y los legisladores electos fueron descalificados, mientras el mundo nos enviaba sus "pensamientos y oraciones”, pero no hacía nada.
En 2019, surgió el movimiento contra la ley de extradición, convirtiéndose en el mayor movimiento social de la historia de Hong Kong. También me mostró algo que nunca había visto con mis propios ojos: brutalidad policial, gases lacrimógenos, disparos de munición real contra menores y violaciones masivas de los derechos humanos en los centros de detención.
Luego se implementó la ley de seguridad nacional para cercenar la libertad y la autonomía de la ciudad de una vez por todas. Amigos y seres queridos fueron arrestados, uno por uno, desapareciendo tras las rejas. Me vi obligada a exiliarme. El mundo estaba "profundamente preocupado". Una vez más, nadie hizo nada.
Mi vida ahora está dominada por un flujo interminable de malas noticias sobre Hong Kong. Los medios de comunicación se vieron obligados a cerrar, hubo detenciones por sedición por haber comentado las medidas contra la pandemia tomadas por el Gobierno, más amigos fueron arrestados u obligados a huir de la ciudad.
Políticos y gobiernos del mundo se muestran siempre comprensivos hacia nuestra situación. Nos dicen que somos valientes y honorables, lamentan nuestros sacrificios y están profundamente preocupados por la expansión de Pekín en el mundo. Pero lo hacen únicamente sobre el papel.
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Hay que hacer que Pekín asuma su responsabilidad
La comunidad internacional nunca ha ido más allá de gestos de solidaridad vacíos y nunca ha tratado de que la República Popular China rinda cuentas por lo que le ha hecho tanto a mi ciudad como al orden legal que aniquila. El mundo ha visto cómo Pekín reforzaba su control sobre Hong Kong y trataba de minar nuestros valores comunes. Los hongkoneses y muchas otras víctimas de las políticas de Pekín están solos en la línea del frente de lucha contra un régimen brutal y expansionista. El mundo libre nunca ha honrado nuestros sacrificios. En este día, en el que conmemoramos el 25º aniversario del traspaso de Hong Kong y del sufrimiento de mis compatriotas, quiero hacer un llamamiento para que presionen a sus gobiernos, a fin de que tomen medidas para responsabilizar a China.
Impongan sanciones contra las personas que están involucradas en la erosión de las libertades de Hong Kong. Prohíbanles disfrutar de su riqueza en los países en donde ustedes viven. Además, examinen más a fondo el control de exportaciones sobre bienes de doble uso y tecnologías de vigilancia. No permitan que empresas de su país contribuyan a cometer crímenes contra los derechos humanos. Prohíban el uso de productos relacionados con abusos de los derechos humanos en Hong Kong y China, y no utilicen el dinero de los contribuyentes para apoyar a empresas cómplices.
"Stand with Hong Kong” (Apoyen a Hong Kong) es más que un eslogan. Es la determinación de lograr que China rinda cuentas por lo que nos ha hecho a nosotros, los hongkoneses, y a nuestros valores comunes.
Glacier Kwong es coordinadora de Campañas de Hong Kong para la Alianza Interparlamentaria sobre China.
(cp/ms)
25 años del retorno de Hong Kong a China: el triunfo de Pekín
¿Un país, dos sistemas? Un cuarto de siglo después de la entrega de la colonia británica a China, reina la resignación. Las protestas por la democracia y la libertad han cesado, Pekín manda y celebra su triunfo.
Imagen: ANTHONY WALLACE/AFP/Getty Images
Apretón de manos histórico
Hoy hace 25 años, el presidente chino Jiang Zemin y el primer ministro Li Peng (izquierda) sellaron la devolución de Hong Kong a la República Popular China con el heredero del trono británico, el príncipe Carlos, y el primer ministro Tony Blair (derecha). Tras 156 años de dominio colonial británico, la ciudad volvía a formar parte de China.
Imagen: AFP/dpa/picture-alliance
Fiesta en Pekín
El regreso también se celebra en China: el 1 de julio de 1997, los dirigentes chinos y 80.000 personas celebraron el regreso de la colonia a la "madre patria" con un colorido espectáculo de fuegos artificiales en el estadio de los trabajadores de Pekín. Los habitantes de Hong Kong tienen garantizado un "alto grado de autonomía" y muchas libertades políticas hasta 2047.
Imagen: AFP/dpa/picture-alliance
Promesas incumplidas
Pero la fórmula de "un país, dos sistemas" se fue abandonando: desde el principio, por ejemplo, los jefes de gobierno de la metrópoli no fueron elegidos libremente, sino determinados por una comisión electoral. En 2003 se produjeron protestas masivas contra el proyecto de ley de seguridad, conocido como Artículo 23. Cientos de miles de personas salieron a la calle.
Imagen: PETER PARKS/AFP/Getty Images
Paraguas y revolución
El aniversario de la entrega de Hong Kong a China también se convirtió en un aniversario de protestas: hasta ahora, cada 1 de julio se han celebrado manifestaciones a favor de la introducción de un sufragio universal y de una mayor independencia para Hong Kong, como la protesta de la imagen, el 1 de julio de 2014. Un mes después, comienza la llamada "Revolución de los Paraguas".
Imagen: PHILIPPE LOPEZ/AFP/Getty Images
Revolución de los Paraguas
Desde septiembre de 2014, los manifestantes ocuparon el centro de la ciudad durante semanas. La protesta se dirigió contra la decisión del Gobierno chino de limitar las opciones de voto en las elecciones presidenciales de Hong Kong de 2017. En el momento álgido de las protestas, más de 100.000 personas salieron a la calle.
Imagen: Jerome Favre/dpa/picture-alliance
Celebración con armas
Un desfile militar celebra el Día de la Independencia 2016 en Hong Kong. Un soldado del Ejército chino deja que una niña mire a través de la mira de su rifle. En la elección del Consejo Legislativo de Hong Kong, en septiembre del mismo año, los jóvenes activistas son minoría. La mayoría de los representantes son leales a Pekín.
Imagen: ANTHONY WALLACE/AFP/Getty Images
Grito por la democracia
En el 20 aniversario de la devolución de Hong Kong a China, en 2017, el jefe de Estado chino, Xi Jinping, visita la Región Administrativa Especial. A pesar de estrictas medidas de seguridad, hubo de nuevo manifestaciones. A partir de 2018, la represión contra los defensores de la independencia de Hong Kong se intensifica aún más, incluyendo la prohibición del Partido Nacional de Hong Kong.
Imagen: AFP/Getty Images
Puente de superlativos
Al mismo tiempo, la ciudad está cada vez más conectada con la China continental: en septiembre de 2018, se inaugurará un tren de alta velocidad entre Hong Kong y Guangzhou, y un mes más tarde, un puente carretero de 55 kilómetros entre la ciudad china de Zhuhai y Macao y Hong Kong. Es el puente marítimo más largo del mundo.
Imagen: ANTHONY WALLACE/AFP/Getty Images
¡No a la extradición!
En 2019, vuelven a producirse protestas masivas: el motivo es una nueva ley de extradición que permitiría la entrega de sospechosos a China continental. En junio, alrededor de un millón de personas se manifestaron en contra, una séptima parte de la población de Hong Kong. En julio, según los organizadores, hasta dos millones de hongkoneses salen a la calle.
Imagen: DALE DE LA REY/AFP/Getty Images
Los 'halcones' de Hong Kong
En el 25 aniversario del traspaso de poderes, Hong Kong tendrá un nuevo jefe ejecutivo: John Lee (dcha.) jurará su cargo el 1 de julio de 2022, tomando el relevo de la jefa ejecutiva saliente, Carrie Lam (izda.). Lee es considerado un partidario de la línea dura y leal al Gobierno central chino. Como ministro de Seguridad de Hong Kong, participó en la represión de varias protestas.
Imagen: Anthony Kwan/Getty Images
Resignación en lugar de revuelta
Este año, por primera vez, probablemente no habrá manifestaciones: las protestas prodemocráticas se han paralizado. Por un lado, por las estrictas restricciones impuestas tras la pandemia, y por otro, por la ley de seguridad que entró en vigor en 2020. Las voces críticas han sido acalladas, numerosos miembros de la oposición han abandonado la ciudad o están en prisión.