La segunda economía del mundo había pronosticado hace dos semanas un crecimiento del 8,4 por ciento. La oficina de estadística habló de un "rápido crecimiento moderado".

Pese que el dato fue menor de lo esperado y supone un cierto ralentizamiento coyuntural, sigue siendo un rayo de luz en comparación con los datos internacionales, aunque se espera que China contribuya un poco menos a la recuperación global.

El año pasado, el crecimiento china fue del 9,2 por ciento.

La oficina de estadísticas justificó el dato por un ligero enfriamiento del sobrecalentado mercado inmobiliario del país. Las transacciones en la compra-venta de apartamentos y viviendas cayeron un 14 por ciento y la inversión en el sector inmobiliario aumentó un 23,5 por ciento, 4,4 puntos porcentuales menos que en el conjunto del año anterior. Las inversiones en ciudades aumentaron un 20,9 por ciento, 2,9 puntos menos que en el conjunto de 2011.

El Banco Mundial espera que China crezca esta año un 8,2 por ciento, debido a una ralentización del crecimiento del consumo y la inversión, así como a la caída de la demanda internacional de sus productos, sobre todo de Europa. La previsión del Banco Mundial para China en 2013 es algo menor, del 8,6 por ciento. Si se cumplieran las previsiones del Banco Mundial, sería el menor crecimiento de China en los últimos trece años.

Tras un enero y febrero relativamente débiles, la situación mejoró en marzo, informo la oficina de estadísticas, lo que produjo una estabilización coyuntural. La producción industrial aumentó en el primer trimestre un 11,6 por ciento frente al mismo periodo del año anterior.

dpa/PK