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China se abre paso con millones en Brasil

Fernando Caulyt (JOV/ERC)19 de mayo de 2015

El primer ministro chino, Li Keqiang, inició en Brasil una gira que lo llevará también a Colombia, Perú y Chile. Con una inversión de 53.000 millones de dólares, Pekín ampliará su presencia en el gigante sudamericano.

Li Keqiang y Dilma Rousseff
Li Keqiang y Dilma RousseffImagen: Getty Images/AFP/Evaristo Sa

El primer ministro chino, Li Keqiang, inició en Brasil una gira que lo llevará también a Colombia, Perú y Chile. Con una inversión de 53.000 millones de dólares, Pekín ampliará su presencia en el gigante sudamericano. Esa considerable transferencia de dinero se enmarca dentro del plan de inversiones chino en América Latina –250.000 millones de dólares en un lapso de diez años– anunciado por el presidente de China, Xi Jinping, a sus homólogos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Esos recursos económicos llegan a Brasil en un momento en que el Gobierno de Dilma Rousseff ejecuta diversos recortes en el presupuesto nacional y en la inversión en infraestructura. Según Márcio Sette Fortes, profesor de Relaciones Internacionales en el Instituto Brasileño de Mercado de Capitales (IBMEC) y exdirector de la Cámara de Comercio Sino-Brasileña, ese dinero es esencial para contribuir a la recuperación de la economía local.



"El gasto público de Brasil podría disminuir con la masiva llegada de capital chino. Y aunque ni mejora la tributación ni disminuye la corrupción, sí puede ayudar a reducir los costos logísticos y de la precaria infraestructura", afirma Sette Fortes.

Li y Rousseff firmarán en Brasilia unos treinta acuerdos; entre ellos, varias sociedades de inversión y la expansión del comercio entre los dos países. Uno de los posibles proyectos es la construcción del ferrocarril transoceánico, que debe conectar el puerto de Santos, en São Paulo, con el puerto de Ilo, en la costa del Perú.

Ese corredor entre el Atlántico y el Pacífico evitará que los exportadores de productos brasileños se vean obligados a emprender un viaje largo y oneroso para cruzar el Canal de Panamá. La meta es aumentar la competitividad de los productos brasileños que van a China.

La propuesta ha generado una gran controversia debido a los altos costos de la construcción que atravesará los Andes, y al impacto ambiental de la obra, ya que la línea férrea partirá la Amazonía en dos. Según Graça Lima, el ferrocarril debería estar listo en tres a cuatro años. Aunque los costos no se han calculado, se estima que la conexión de unos 3.500 kilometros llegará a los 10.000 millones de dólares.

Ganancias y riesgos

China ve en Brasil una plataforma de exportación hacia otros países de América Latina. Para Ana Soliz de Stange, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo, “Brasil y los países vecinos se benefician del desarrollo de proyectos de infraestructura en planeación. Pero también existe el riesgo de un fracaso”.

A juicio de esta experta, todo va a depender de cómo Brasil y otros países latinoamericanos negocien cada proyecto. “Está por verse si la mano de obra es latinoamericana o china, si Beijing se compromete a respetar las leyes laborales locales o no, y si el control y la gestión de proyectos como el ferrocarril transoceánico se mantiene, en gran parte, en manos de los Gobiernos de América Latina", comenta Soliz de Stange.

Gran interés de China en América Latina

Tramo de deforestación para la Transamazónica.Imagen: Evaristo Sa/AFP/GettyImages

Uno de los tratos por consumar es la venta de 22 aviones Embraer a dos aerolíneas chinas, como parte de los sesenta aviones ya negociados en 2014, durante la visita de Xi Jinping a Brasil. Otro anuncio esperado es la reapertura del mercado chino a la carne brasileña, restringido desde finales de 2012, cuando se registró en Brasil un brote atípico de encefalopatía espongiforme bovina, una patología animal conocida como la "enfermedad de las vacas locas".

Desde 2009, China es el principal socio comercial de Brasil. En 2014, el comercio ascendió a 77.900 millones de dólares y Brasil tuvo un superávit de 3.300 millones de dólares. Esta es la segunda vez que un líder chino va a la región en menos de un año, después de la visita del presidente chino a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba. En esta ocasión, el primer ministro chino no visitará a ningún país de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

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