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China y su singular ayuda al desarrollo

Fang Wan
11 de mayo de 2018

Antes se trataba de apoyar a los países socialistas hermanos, pero, desde hace algún tiempo, China entiende la ayuda al desarrollo como una estrategia para conquistar mercados y maximizar ganancias.

Imagen: DW/J. Beck

Durante largo tiempo y hasta bien entrada la primera década del siglo XXI, China recibió ayuda al desarrollo, también procedente de Alemania. No fue hasta 2007 cuando China comenzó a contribuir con la Asociación Internacional de Fomento, la rama del Banco Mundial responsable de otorgar créditos a los países en desarrollo.

En realidad, a pesar de sus dificultades económicas, China ya había sido solidaria durante la época de Mao con los "países hermanos” socialistas, dándoles ayuda material mientras dentro de sus propias fronteras arreciaba el hambre. La ayuda al desarrollo suponía para Pekín una importante herramienta de política exterior para asegurarse apoyo político. En la época post Mao, China amplió sus relaciones con otros países en desarrollo.

El peligro de no conocer a China

¿Ayuda, apoyo, negocios?

Según cifras oficiales chinas de 2016, China ha dado 400 mil millones de yuanes (unos 47.700 millones de euros) de ayuda al desarrollo a 166 países y a varias organizaciones internacionales durante las últimas seis décadas.

Sin embargo, la ayuda tradicional en forma de subvención jugó un papel comparativamente pequeño. La parte principal se destinó a proyectos comerciales y se otorgó en forma de créditos. Pero, según Matt Ferchen, del Centro de Política Global Carnegie-Tsinghua, en Occidente se entienden como ayuda al desarrollo los subsidios y los créditos muy baratos, mientras que China tiene sobre el tema un concepto flexible, en el que confluyen el comercio, las inversiones y la financiación.

China, "el amigo solvente”

Para Pekín, el apoyo prestado se basa "en la igualdad entre socios y en el beneficio mutuo” y se otorga "sin condiciones políticas”. "Para los países en los que no impera el estado de derecho, las inversiones procedentes de China tienen sus ventajas”, dice Ferchen, experto en ayuda al desarrollo. "Ven en el país asiático un amigo solvente”.

Pero para Ferchen, es altamente dudoso que este tipo de relaciones tengan futuro a largo plazo. "Si las empresas y bancos chinos dejan de lado los estándares de buen Gobierno, se arriesgan a que sus socios en Asia, África y Latinoamérica no puedan en algún momento pagar sus deudas y mantenerse en el negocio”.

El poder militar de China

Críticas de África

Desde el comienzo de sus reformas políticas hace cuatro décadas, China se ha convertido en uno de los mayores inversores en infraestructuras a nivel mundial. Los tradicionales donantes occidentales son escépticos en relación con los motivos y consecuencias de la cooperación y el desarrollo de China. Hay voces críticas de expertos, procedentes sobre todo de África, que aseguran que los proyectos financiados por China han aportado muy poco a la población local y que los inversores solo querían tener acceso fácil a los mercados y recursos de los distintos países.

Médicos chinos en Liberia. Imagen: Getty Images/AFP/Z. Dosso

Según Patrick Bond, de la Escuela de Gobernanza Wits, perteneciente a la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, una crisis de deuda en los países receptores pondría rápidamente de manifiesto las condiciones poco ventajosas de las inversiones y créditos chinos. Bond pone como ejemplo negativo la explotación minera en Zambia. "El país está muy endeudado debido a las inversiones chinas en la minería. Se han producido algunos disturbios violentos entre los trabajadores de la mina y los inversores chinos”. 

Las ambiciones geopolíticas de China

Corrupción e influencia política

Investigaciones del instituto de investigación estadounidense AidData demuestran que los proyectos de desarrollo chinos en África se concentran en lugares donde los líderes y políticos locales tienen sus viviendas. Las zonas con menos habitantes "ilustres” no tienen tantos proyectos de infraestructuras.

Estos estudios confirman la teoría de Bond de que las inversiones chinas en países en desarrollo tienen a menudo que ver con coimas, corrupción e influencias políticas. 

Autor: Fang Wan (MS/ERS)

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