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Pero la división de la isla sigue siendo un problema insoluble para la Unión Europea. Aunque la Línea Verde que separa Nicosia se ha hecho más permeable en los últimos años, la reunificación dista mucho de ser una realidad. Chipre parece haberse acostumbrado a la división. Los cascos azules de la ONU supervisan la frágil paz en la periferia de la UE.