El vocalista de Soundgarden murió a los 52 años en Detroit, dejando casi sin voz a toda una generación que vibró con las guitarras potentes y la actitud descreída.
Publicidad
Muchos de los grandes ídolos de la música alternativa de los noventa se han ido demasiado pronto. Salvo Eddie Vedder, que sigue en plenitud de condiciones, ya ninguno de los "frontman” más trascendentes de la era del grunge puede pararse en un escenario para satisfacer a los nostálgicos de esos años de actitud descreída, guitarras duras, bajos potentes y baterías machaconas. Con apenas 52 años, se fue una de las grandes voces de esos años: Chris Cornell, vocalista y guitarrista de Soundgarden, Audioslave y Temple of the Dog.
En 1994 fue Kurt Cobain, de Nirvana. En 2002 Layne Staley, de Alice in Chains. En 2015 Scott Weiland, de Stone Temple Pilots. Como si la vida no fuera ya suficientemente corta, una generación completa vio partir lenta e inexorablemente a sus íconos. Lo de Cornell, sin embargo, sorprende más porque, si bien compartió con todos ellos una adicción a las drogas, el hombre tras "Black Hole Sun” estaba rehabilitado, felizmente casado, haciendo giras, planeando nuevos discos.
Sin ir más lejos, estaba en medio de un tour que este viernes lo tendría interpretando sus clásicos en Ohio junto a Soundgarden. Había otras fechas en otras ciudades estadounidenses para el sábado 20, el lunes 22, el jueves 25… Por si faltaran pruebas de su plenitud musical, estuvo a fines de noviembre de 2016 en Santiago de Chile a tablero vuelto, entradas agotadas, entregando un show acústico de altísimo nivel. Algo similar a lo que ocurrió luego en Lima, cuatro ciudades de Brasil y Buenos Aires. Shows repletos, presentaciones impecables, público satisfecho.
Ícono generacional
La actual gira con Soundgarden había comenzado en abril de 2017. El miércoles 17 de mayo la banda actuó en el Fox Theatre de Detroit, sin que nadie notara nada extraño. La muerte, de hecho, es considerada "inesperada y repentina” por su representante y por su familia. "Su esposa Vicky y su familia se sorprendieron al enterarse de su fallecimiento repentino e inesperado y trabajarán estrechamente con el médico forense para determinar la causa” del fallecimiento, comentó Brian Bumbery, el representante de Cornell.
Según el portal TMZ, una fuente fiable en este tipo de situaciones, Cornell fue hallado en el baño de su habitación en el hotel MGM Grand Detroit. La policía forzó la puerta del dormitorio tras recibir una llamada de auxilio; Cornell ya había fallecido y tenía un objeto atado al cuello. La principal sospecha es que el músico se suicidó, pues poco antes su esposa había solicitado a los cercanos a su marido que estuvieran atentos a él, porque podía estar en peligro.
Dueño de una voz envidiable (profunda y grave, "masculina” llegó a decirse), el compositor estaba en perfectas condiciones musicales. Nadie podría hablar de decadencia o acusarlo de vivir como tributario de viejas glorias. A su haber queda una envidiable lista de hits, algunos de ellos verdaderos himnos de toda una generación (Spoonman, Fell on Black Days, Cochise, Can't Change Me, solo por citar cuatro de memoria).
Primero con Soundgarden y, fugazmente, con Temple of the Dog, Cornell dio muestras de su valía como músico. Tras la ruptura de la primera banda, siguió como solista con el memorable Euphoria Morning (1999) para luego unirse a tres ex Rage Against the Machine para formar Audioslave. En 2012 volvió con Soundgarden para lanzar el más que correcto King Animal, y en 2015 volvió a demostrar su ductilidad con Higher Truth, como solista.
"Para que me guste una música, ésta debe o bien salir de las entrañas, a través de la ira, la agresión u otra de las pasiones del rock, o contener melancolía y autocontemplación, algo con lo que uno pueda sentir su propio dolor", dijo Cornell en una entrevista. Esa rabia quedó reflejada en sus primeros discos. Los posteriores eran más bien nostálgicos, exactamente la combinación que le gustaba tanto. Tras su muerte, quizás sus letras empiecen a cobrar una dimensión que les dé otro sentido. De cualquier manera, su legado es enorme y quedará escrito con letras doradas como el registro de uno de los grandes íconos de la música que marcó a toda una generación.
Junio de 1966: Beatlemanía en Alemania
El fanatismo extremo por los Fab Four estalló apenas los músicos llegaron al país en junio de 1966 y lanzaron su breve gira por tres ciudades, para alegría de sus seguidores.
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Tres días de Beatlemanía
Formados en 1960, la carrera de Los Beatles despegó en 1962 en el Star Club de Hamburgo, un recinto que sirvió como plataforma para numerosos grupos. Poco después, los Fab Four se convirtieron en estrellas, generando caos e histeria donde sea que se presentaran. En 1966 regresaron a Alemania, para felicidad de sus seguidores. Durante la gira de tres días, la prensa alemana no habló de otra cosa.
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Llegada caótica
Cuando el avión aterrizó en Múnich a las 12.56 horas del 23 de junio de 1966, el caos se hizo presente y 200 policías apenas podían controlar la situación. Los periodistas invadieron la escalinata. Paul sonreía, mientras el manager Brian Epstein trataba de calmar las ansias de los reporteros. John se abrió paso a la fuerza, mientras que los otros Beatles desaparecieron entre la multitud.
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Error hotelero
En la foto vemos a los fanáticos en las afueras del Bayerischer Hof de Múnich, donde Los Beatles hospedaron. La multitud gritaba eufórica mientras los operarios del recinto intentaban terminar el registro del cuarteto. Para disgusto de los músicos, por error les habían asignado habitaciones dobles. Una vez resuelto el entuerto, los ídolos se dieron tiempo para saludar a los fans por las ventanas.
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Regalo local: Lederhosen
John, Paul, George y Ringo recibieron presentes muy especiales, como unos Lederhosen, los tradicionales pantalones bávaros. Hubo una conferencia a las 16 horas en el hotel, con periodistas haciendo toda clase de preguntas insulsas. Cuando el diario "Bild" le preguntó a Ringo si los Lederhosen eran muy grandes para él, el baterista respondió que quizás, pero que el bebé pronto crecería.
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Fabulosos, pero no perfectos
Mientras los jóvenes alemanes estaban locos con Los Beatles, los mayores no ocultaban su malestar con los músicos. La prensa estaba sorprendida con el éxito de la banda, con medios como el "Münchener Merkur" centrando sus comentarios en los defectos de los Fab Four en lugar de sus talentos: el miope de Lennon, el zurdo McCartney, las enormes orejas de Harrison, la gran nariz de Ringo...
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Primeros conciertos en carpas de circo
Los Beatles dieron dos conciertos en la mayor carpa de circo de Múnich el 24 de junio, donde tocaron media hora en la tarde y otra en la noche. El diario "Süddeutsche Zeitung" expresó preocupación por la estabilidad del techo del recinto. "Cuando las guitarras comenzaron a tocar sus duros acordes, era recomendable salir del lugar, por razones médicas", escribieron en el periódico.
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
El fenómeno de los fans
En Reino Unido tenían experiencia, pero Alemania estaba bregando con el fenómeno por primera vez: la histeria de los fans. Un reportero del "Main-Echo" presenció el concierto y anotó: "18:56 horas. Una chica de 16 años salta, avanza unos pocos pasos, cae al piso y grita. Los paramédicos la toman y se la llevan".
Imagen: Rockmuseum München, Foto: Rainer Schwanke/Archiv Herbert Hauke
Los Beatles querían públicos menos masivos
Después de dos shows en Múnich, Los Beatles viajaron a Essen. ¿Por qué eligieron esta ciudad menor de la región del Ruhr? Berlín había negociado con la banda, pero los músicos rechazaron tocar en recintos como el Estadio Olímpico o la Waldbühne, donde podrían haberse presentado para 69 mil y 22 mil personas, respectivamente. En lugar de ello, eligieron una pequeña sala de Essen.
Imagen: picture-alliance/Bildarchiv/Hemann
Fiesta en Hamburgo
"Los adolescentes cayeron en una histeria beatlesca por 25 minutos. Especialmente las chicas gritaban y sacrificaban sus gargantas al ritmo de sus ídolos. Fue la mayor muestra de histeria masiva vista en esta sala", escribió el diario "Hamburger Morgenpost" sobre los dos conciertos de Los Beatles en Hamburgo. El tabloide "Bild" fue más breve en su descripción: "Gritaban. Lloraban. Se desmayaban".
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Ducklau
De Alemania a Japón
Tras seis breves conciertos en apenas tres días, todo se terminó. El lunes 27 de junio, miles de seguidores llegaron al aeropuerto de Hamburgo a despedirse de Los Beatles, que partían a una gira por Asia. El cuarteto voló directamente a Tokio, mientras la prensa suspiraba con alivio. "Hemos sobrevivido a Los Beatles", publicó el diario "Sonne" de Baden-Baden.