Desde que aceptó su nominación a la presidencia federal de Alemania, atendiendo a la invitación de los socialdemócratas (SPD) y ecologistas germanos (Alianza 90/Los Verdes), Joachim Gauck se convirtió en el inesperado rival de Christian Wulff, jefe de gobierno del Estado federado de Baja Sajonia y candidato de la alianza formada por democristianos (CDU), cristianosociales (CSU) y liberales (FDP), con Merkel al frente. Sin embargo, las elecciones de este miércoles (30.6.2010), convocadas tras la sorpresiva dimisión del anterior presidente, Horst Köhler, culminaron con el triunfo de Wulff.

Al político conservador de talante conciliador siempre se le atribuyeron grandes probabilidades de ganar los comicios porque la coalición que lo respaldaba disfruta de una cómoda mayoría en la Asamblea Federal, el órgano constitucional que elige al presidente federal. No obstante, la votación estuvo reñida: se desarrolló en tres rondas porque ninguno de los nominados alcanzó la mayoría absoluta –623 votos–, necesaria para hacerse del cargo en las primeras dos vueltas; la tercera ronda se decidió por mayoría simple. Wulff obtuvo 625 votos y Gauck, 494 votos.

Gauck, el más querido

La periodista Lukretia Jochimsen y el compositor Frank Rennicke participaron en las primeras dos rondas de la contienda como candidatos de La Izquierda (Die Linke) y el Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD), respectivamente, pero retiraron sus candidaturas para la tercera vuelta. Fue Joachim Gauck quien le hizo sombra a Wulff durante toda la jornada: Gauck era el más querido de los candidatos a la presidencia entre los ciudadanos, y si de ellos y de los medios de comunicación hubiera dependido, este ex pastor protestante y brillante orador habría sido el próximo inquilino del palacio de Bellevue.

De hecho, algunos miembros de la CDU y del FDP habían anunciado que otorgarían su voto a Gauck, conocido sobre todo por su trascendente rol como director de los archivos de la Stasi, la policía secreta de la RDA, en donde custodió los documentos de esa institución para evitar que desaparecieran. Gauck es percibido como una persona sin lazos partidarios y él mismo se define como izquierdista, liberal y conservador, pero, ante todo, como patriota.

Lammert abrió la sesión

La votación fue precedida por un discurso de Norbert Lammert, presidente del Parlamento alemán, conocido por su don de orador y su capacidad de capturar la atención de todos con palabras que a veces golpean donde duele. En esta ocasión, tras reconocer las virtudes de Köhler, Lammert criticó indirectamente su renuncia al cargo de presidente federal; una decisión que no generó una crisis de Estado, pero que fue “cualquier cosa menos un suceso normal” en la historia de la democracia germana.

Lammert agregó que la decisión de Köhler debe ser respetada, “aún cuando muchos de nosotros no la podamos entender todavía”. Cuatro semanas después de la renuncia inmediata de Köhler, el nombre de su sucesor ha sido dado a conocer: Christian Wulff. A sus 51 años, Wulff se ha erigido en el presidente más joven en la historia de la República Federal de Alemania.

Wulff, el candidato de Merkel

Católico, casado en segundas nupcias y moderado dentro de su partido, Wulff era ya hace años uno de los políticos mejor considerados del país y un potencial delfín de Merkel. Desde 2003 lidera una coalición junto a los liberales en Baja Sajonia en un modelo similar al del gobierno federal actual, por lo que muchos consideran que es en realidad el artífice del exitoso trabajo entre esos "socios naturales". Por otro lado, Wulff era la apuesta personal de la Canciller, preocupada como está por las fuertes tensiones en su gabinete que han debilitado gravemente su credibilidad sólo ocho meses después de haber empezado su segundo mandato.

La candidatura de Wulff a la presidencia federal fue promovida como la de un hombre con disposición para convertirse en el "presidente del pueblo" y conservar un talante políticamente imparcial, con capacidad para tender puentes y propiciar la integración de los inmigrantes. Pero la etapa de las promesas terminó. Wulff es el nuevo presidente federal de Alemania y está por verse si puede respaldar sus ofrecimientos con hechos.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa

Editora: Emilia Rojas Sasse