Se espera que hackers respaldados por Teherán ataquen objetivos de EE.UU. y sus aliados como venganza por la muerte de Qasem Soleimani. ¿Son realmente un peligro para la seguridad cibernética? Hablamos con expertos.
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Un día después del ataque aéreo estadounidense que asesinó al general iraní Qasem Soleimani, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos envió una advertencia sobre posibles ciberataques de represalia por parte de Irán.
"Irán tiene un sólido programa cibernético y puede lanzar ciberataques contra Estados Unidos", dice el informe. "Irán es capaz, como mínimo, de llevar a cabo acciones que podrían interrumpir temporalmente infraestructura crítica en EE.UU.", agrega. Por ello, las autoridades pidieron a los ciudadanos estar preparados para "interrupciones en las conexiones y recibir correos electrónicos sospechosos".
A pocas horas de conocerse la advertencia, un sitio del gobierno federal fue hackeado por supuestos piratas cibernéticos iraníes, que publicaron una fotografía del presidente Donald Trump siendo golpeado en el rostro y un tributo al general asesinado, quien lideraba las fuerzas de elite Quds, pertenecientes a la Guardia Revolucionaria.
"Hackeados por el Grupo de Seguridad Cibernética de Irán. Esto es solo una pequeña muestra de nuestras capacidades cibernéticas. Estamos siempre listos", firmaron los atacantes. Aún no está del todo claro que los hackers estén relacionados con Irán, pero la acción es consistente con otras intrusiones similares realizadas en el pasado por expertos iraníes. El momento del ataque, sin embargo, es lo que ha alarmado a los expertos.
Irán prometió una "dura venganza" tras el asesinato de Soleimani, y se espera que la guerra cibernética sea parte importante de esa represalia. "No creo que Irán use los ataques cibernéticos como el elemento central de su venganza, sino como una parte dentro de un paquete más amplio", dice a DW Philip Ingram, un exoficial de inteligencia de Reino Unido.
Ciberejército sofisticado
Se dice que Irán ha desarrollado capacidades cibernéticas bastante avanzadas como respuesta al ataque con el virus Stuxnet que sufrieron en 2010 unas instalaciones nucleares de la república islámica. Se cree que dicha acción fue llevada a cabo por EE.UU. e Israel para descarrilar las ambiciones nucleares de Teherán.
Desde entonces, Irán ha sido acusado de montar sofisticados ciberataques, el más notable de los cuales fue el lanzado contra la compañía petrolera Aramco en 2017. El ataque, realizado con malware, obligó a la empresa a reemplazar completamente su red. Hackers vinculados a Irán también han sido relacionados con acciones contra infraestructura crítica, grandes bancos e instituciones académicas en Estados Unidos.
"Irán ha desarrollado, bajo la supervisión del fallecido Soleimani, cibercapacidades muy sofisticadas en los últimos años, para compensar su débil fuerza militar convencional", dice a DW Yana Popkostova, directora del Centro Europeo de Energía y Análisis Geopolítico.
La experta estima, sin embargo, que Irán intentará evitar un enfrentamiento militar directo o una guerra cibernética impulsada por el Estado. "Los ciberataques serán usados, eso es un hecho, pero serán realizados a través de un proxy, lo que permitirá negar toda relación con ellos", sostiene.
Jens Monrad, experto en ciberseguridad de la firma FireEye, no prevé un ataque destructivo contra Estados Unidos, pues tales acciones requieren de planificación y preparación. "Lo que veremos serán intentos de llevar a cabo campañas de espionaje contra operaciones militares y gubernamentales para acceder a información sensible relacionada con futuros ataques", afirma.
¿Rusia al rescate?
Si bien las capacidades cibernéticas de Irán han mejorado, siguen estando lejos de potencias como Estados Unidos, China, Rusia e Israel.
"Yo pondría a Rusia y China en el primer nivel, junto a EE.UU., Reino Unido e Israel", dice Ingram. "Irán estaría un poco más atrás, principalmente porque sufre mucho con las sanciones. Les resulta más difícil entrenar a su gente en las mejores instituciones académicas, obtener la tecnología, etcétera. Pero no están completamente aislados", agrega.
Los expertos sostienen que Irán podría compensar sus deficiencias mediante el lanzamiento de ataques coordinados con Rusia. "La relación entre ellos se ha estrechado", explica Ingram. "Rusia tiene la campaña de desinformación cibernética más agresiva, activa y amplia de todas. Si pudieran usar a Irán como una alternativa para negar sus propios ataques, lo harían".
EE.UU. y sus vulnerabilidades
Golpeado por ataques en el pasado, Estados Unidos ha levantado una robusta defensa contra los hackers. Para ello, ha mejorado sus capacidades para detectar amenazas, asegurado la comunicación entre quienes trabajan con las infraestructuras críticas y reforzado la colaboración entre los expertos en ciberseguridad estatales y privados.
Pero la enorme dependencia que tiene EE.UU. de internet lo hace más vulnerable a los ciberataques que Irán. "¿Significa eso que es imposible para nuestras autoridades lidiar con esa clase de ataques? No", se pregunta y se responde Ingram. "Creo que tenemos buenos planes para asegurarnos de que si se daña alguna infraestructura por medio de un ciberataque, ese daño sea mitigado rápidamente".
(dzc/cp)
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Julian Assange: una vida en contravía
Tras un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU., el fundador de WikiLeaks deja atrás años de cárcel y lucha judicial para evitar ser extraditado desde Londres. Una mirada a la azarosa vida de Julian Assange.
Imagen: Wikileaks/PA Wire/dpa/picture alliance
Assange, rumbo a la libertad
Tras más de 5 años en una cárcel de Londres, donde fue recluido después de que Ecuador le retirara el asilo político y lo entregara a la policía británica, Julian Assange abandonó la prisión, para cumplir el último capítulo de su odisea judicial en las Islas Marianas, territorio estadounidense de ultramar. Un recuento de la azarosa historia del fundador de WikiLeaks.
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Un australiano itinerante
Julian (Paul) Assange nació en Townsville, Queensland el 3 de julio de 1971. Sus padres tenían una compañía teatral itinerante, por lo que asistió a 37 escuelas y 6 universidades en Australia. Ha sido programador, ciberactivista, periodista se hizo famoso por ser cofundador, editor y portavoz de WikiLeaks. Nunca terminó sus estudios de física y matemáticas.
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Un "programador" de secretos
Assange cooperó en la escritura del libro “Underground” (1977), de Suelette Dreyfus, como hacker de “Subversivos Internacionales”, por lo que en 1991 la Policía allanó su casa de Melbourne. Assange habría accedido a varias computadoras "para detectar errores de seguridad". Se declaró culpable de 24 delitos informáticos y fue liberado tras pagar multa de 2.100 dólares australianos.
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Un hacker "de película"
Assange vivió luego como programador y promotor de software libre, convirtiéndose en experto y creador de lenguajes y programas cifrados. Entre estos, uno para proteger la identidad y los datos de activistas de derechos humanos. Assange alcanzó rápida fama como hacker, tanto que su vida fue filmada en 2013. Aquí una imagen de "El quinto poder", un drama protagonizado por estrellas del cine alemán.
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Un político frustrado
El 12 de diciembre de 2012 Assange anunció a través de Twitter la fundación del Partido WikiLeaks y su candidatura al Senado de Australia. No logró los votos suficientes.
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2006: la fundación de Wikileaks
WikiLeaks (del inglés leak, “fuga”, “goteo”, “filtración [de información]”) es una ONG sin ánimo de lucro, que publica informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público, preservando el anonimato de sus fuentes. Su base de datos creció a 1,2 millones de documentos. Julian Assange fue su principal fundador y está gestionado por The Sunshine Press.
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Un delator de secretos
La organización se ofreció a recibir filtraciones que desvelaran comportamientos no éticos ni ortodoxos de gobiernos y regímenes totalitarios, pero también en asuntos relacionados con religiones y empresas de todo el mundo. Las acciones más destacadas de WikiLeaks se centraron en la actividad exterior de Estados Unidos, especialmente en relación con las guerras de Irak y de Afganistán.
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Assange, ¿un depredador sexual?
En agosto de 2010 la fiscal general de Suecia, Marianne Ny, emitió orden de arresto contra Assange, sindicado de abusos sexuales y violación durante una visita a Estocolmo. Assange habla de una campaña difamatoria. El 19 de mayo de 2017, la fiscalía sueca anunció que optaba por ponerle fin al caso, salvo que Assange volviera a Suecia antes de que el delito prescriba en agosto de 2020.
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2010: Assange y el "Diario de la Guerra"
En octubre, Wikileaks publicó 400.000 documentos secretos en el "Diario de la Guerra de Irak". En diciembre, Assange se entregó a la Policía británica, pagó fianza, fue controlado por pulsera electrónica y entró en proceso de extradición por la orden de arresto emitida por Suecia.
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Un "perseguido" en Londres
Después de fracasar su apelación, el 19 de junio de 2012, Assange se refugió en la Embajada ecuatoriana en Londres, donde pidió asilo político. Las autoridades británicas amenazaron con arrestarlo si abandonaba la sede diplomática. Ecuador accedió a estudiar la petición de asilo, que finalmente le otorgó en agosto de ese año. EE.UU. estaría detrás de la "persecución".
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Un hombre atrapado
El 16 de agosto del 2012, el otrora ministro de Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, anunció la concesión de asilo diplomático al fundador de Wikileaks, Julian Assange. Por lo que se esperaba que el Gobierno Británico concediera el salvo conducto para que Julian Assange puediera viajar a Ecuador. Hasta el 6 de febrero de 2018 aún permanecía atrapado en Londres
Imagen: Getty Images/AFP/D. Leal-Olivas
Un amigo de los gatos con cargo diplomático
El acompañante felino de Julian Assange es probablemente el gato mejor vestido del Reino Unido. Su función: acompañar y sugerir "normalidad". Menos amigable se mostró la administración de Donald Trump, que amenazaba con "mano dura contra filtraciones de información confidencial", como declaró recientemente Jeff Sessions, el fiscal general de Estados Unidos, cuando se le preguntó por Assange.
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Un "ecuatoriano" perdido en el limbo diplomático
El Gobierno ecuatoriano confirmó el 11 de enero de 2018 que concedió la naturalización a Julian Assange y aseguró que mantiene en la búsqueda de vías para solucionar la situación del ahora australo-ecuatoriano, una vez que el Reino Unido ha declinado acreditarlo como agente diplomático en la legación del país andino en Londres.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Augstein
Una "piedra en el zapato”
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, dijo que la permanencia de Assange en la Embajada ecuatoriana de Londres es “una piedra en el zapato que heredamos”. Y propuso una “mediación", a la vez que expresó su desacuerdo con la decisión de haberle concedido a Assange estatus diplomático. Lenín Moreno indicó que Ecuador aboga por “la protección de la vida y el derecho a rehabilitarse”.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
¿Un rehén político?
La Justicia británica tenía orden de detención contra Assange "por infringir sus condiciones de libertad bajo fianza", según fallo del 6 de febrero de 2018. Los jueces rechazaron el argumento de sus abogados, que alegaban que la orden "no tenía sentido", tras la retirada en mayo de 2017 de la petición de extradición por presuntos abusos sexuales en Suecia.
Imagen: picture alliance/empics/D. Lipinski
Rumores de expulsión
En diversas oportunidades se rumoreó que el Gobierno ecuatoriano expulsaría a Assange de su sede diplomática en Londres. El propio portal WikiLeaks, anunció en su cuenta de Twitter una inminente expulsión el 5 de abril de 2019, lo cual fue desmentido por las autoridades de Quito.
Imagen: Reuters/P. Nicholls
El fin del asilo
Ecuador le retiró el asilo "por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolo de convivencia". La policía británica detuvo a Assange, "conforme al acuerdo de extradición entre EE.UU. y Reino Unido, debido a su implicación en una acusación federal por conspiración para infiltrarse en ordenadores al acordar sortear la clave de un ordenador del Gobierno con información clasificada".
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Assange ante el tribunal
Desde abril de 2019, Julian Assange está en una prisión de máxima seguridad en el este londinenese, en la cárcel de Belmarsh. El 7 de septiembre de 2020 compareció ante el tribunal central de Old Bailey, en Londres, donde se decidiría sobre el pedido de extradición de Estados Unidos. Allí se podría enfrentar a 175 años de prisión si es declarado culpable.
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Tribunal rechazó la extradición a EE. UU.
En la corte penal londinense de Old Bailey, la jueza Vanessa Baraitser consideró "demostrado" que Assange presenta riesgo de suicidio y podría quitarse la vida si era enviado a EE. UU., donde probablemente sería retenido en condiciones de aislamiento. La decisión, de enero de 2021, fue revocada en diciembre de ese mismo año. Se inicia una prolongada batalla judial para evitar su extradición.
Imagen: Henry Nicholls/REUTERS
Matrimonio en prisión
En marzo de 2022, Julian Assange se casa con Stella, su pareja y madre de sus dos hijos, en la cárcel de Belmarsh, en Londres. Su esposa ha luchado permanentemente por conseguir la liberación del fundador de WikiLeaks.
Imagen: Dominic Lipinski/empics/picture alliance
Cinco años en prisión londinense
En abril de 2024 se cumplieron cinco años desde que Assange fuera encarcelado en Londres. Mientras proseguía el proceso judicial, con apelaciones a la orden de extradición, manifestantes exigían su puesta en libertad y subrayaban que dar a conocer la verdad no es un crimen.
Imagen: Joao Daniel Pereira/ZUMA Press Wire/picture alliance
Assange sale de la cárcel
Julian Assange llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU., para recuperar la libertad. Este contempla declararse culpable de la filtración de documentos, algunos de ellos considerados secretos. La sentencia prevista, de 62 meses de cárcel, equivale al tiempo que el fundados de WikiLeaks pasó encarcelado en Londres.