Con la creación del comando CIR, especializado en seguridad cibernética, el Ejército de Alemania procura blindar sus sistemas de información y proteger al país contra el creciente número de ataques digitales extranjeros.
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El número de ataques cibernéticos sofisticados contra organismos gubernamentales, industrias e infraestructura en Alemania se ha multiplicado en los últimos años. En el reporte anual sobre actividades extremistas del Ministerio del Interior, publicado el pasado 24 de julio, se sostiene que el ciberespionaje, los actos de sabotaje digital y las campañas de desinformación se han convertido en herramientas estándar tanto de agencias de inteligencia como de hackers extranjeros, sobre todo de Rusia, China e Irán.
Ni siquiera el Ejército alemán ha quedado exento de agresiones digitales: el Bundeswehr dice haber identificado y repelido alrededor de dos millones de incursiones no autorizadas en sus sistemas en 2017; de ellas, 8.000 habrían conseguido acceder a sus redes y causado daños enormes si las medidas defensivas habituales no hubieran funcionado. Fue con ese telón de fondo que la ministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, inauguró el Cyber- und Informationsraum (CIR) en Bonn en abril de 2017.
Sus miembros –260 expertos, civiles y uniformados– se esmeran en proteger la seguridad nacional desde barricadas tan disímiles como la inteligencia militar, las telecomunicaciones, la tecnología de la información y los sistemas de información geográfica. El teniente coronel Marco Kempel y su equipo se ocupan de todo tipo de tareas, desde la conducción de entrenamientos mediante juegos de guerra virtuales hasta la optimización de escudos digitales, como los que impiden la reprogramación no autorizada o el hackeo de los drones.
Dos retos que van de la mano
“A los atacantes se les hace fácil alcanzar sus metas; a nosotros no. Nosotros debemos encontrar los puntos vulnerables de un sistema y fortificarlos”, explica Kempel. El CIR es el corazón de la estrategia cibernética del Ejército alemán, sobre todo ahora, cuando al país europeo se le ha pedido que asuma mayor protagonismo en el seno de la OTAN y más responsabilidades en la defensa de la Unión Europea. No obstante, para cumplir su cometido cabalmente, el CIR deberá superar dos serios desafíos: reclutamiento y financiamiento
Aunque el CIR sigue estando en etapa de expansión –se espera que alcance capacidad operativa plena en 2021–, todavía no está claro cómo serán llenadas todas sus vacantes. Un nuevo programa de formación de la Universidad de la Bundeswehr en Múnich está entrenando a una nueva generación de defensores; pero, mientras tanto, el Ministerio de Defensa debe competir por los talentos con otras agencias estatales y empresas privadas que ofrecen empleos tecnológicos más lucrativos.
“Los soldados alemanes no habían estado activos sino en Afganistán y en Mali; hasta ahora no habían tenido necesidad de desarrollar habilidades en materia de ciberdefensa. El Bundeswehr es un aparato muy burocrático, con un staff inmenso; de ahí que dotarlo con esa competencia adicional tome tiempo”, explica el capitán Florian Kling, el especialista en tecnología de la información que lidera la organización Darmstädter Signal, dedicada a vigilar las actividades de la institución castrense en Alemania.
El Bundeswehr necesita ser un empleador competitivo
El Bundeswehr se ha visto obligado a flexibilizar su estructura y concebir iniciativas como la “ciber-reserva”, que consiste en contratar a expertos temporalmente para que compartan sus conocimientos con el Ejército sin que éstos tengan que renunciar a sus codiciadas posiciones en la industria tecnológica. Pero para que el Bundeswehr se transforme en un empleador competitivo, con incentivos atractivos para informáticos bien capacitados, el Ministerio de Defensa deberá aumentar su presupuesto.
La ministra Von der Leyen ya consiguió que al Ejército se le asignaran 49.800 millones de euros en 2019, es decir, 4.000 millones de euros más que en 2018. Está por verse si esa suma alcanza para satisfacer las nuevas necesidades del Ejército alemán y superar las deficiencias que arrastra desde hace años.
Sumi Somaskanda (ERC/ERS)
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Proyectos militares fallidos (05.06.2013)
Los fiascos no son inusuales en los proyectos de defensa. El escándalo en torno al “Euro Hawk”, que ha puesto en aprietos al ministro de Defensa alemán, es sólo el último ejemplo.
Imagen: picture-alliance/dpa/A.Schalit
El submarino que no flotaba
En 2013, expertos españoles que trabajaban en la construcción de cuatro submarinos S-80 descubrieron que el sumergible probablemente no podría flotar por problemas de diseño. Al reformular el proyecto, agrandaron la máquina, que pasó a ser un S-80 Plus. Em 2018 se descubrió que el problema ahora es que el submarino será tan grande que no entrará en su base, que deberá ser agrandada.
Imagen: picture-alliance/dpa/W. Pfeiffer
Más velocidad, más eficacia
Alcanzar la mayor eficacia suele ser el cometido de los grandes proyectos de defensa, también en Alemania. Pero el caso del dron “Euro Hawk” no es el primero que termina en un fiasco. Muchos proyectos han resultado demasiado caros, o simplemente no han funcionado. Aquí recopilamos algunos ejemplos, desde el de un submarino no apto para agua salada, hasta el de un avión propenso a estrellarse.
Imagen: Reuters
Tanque en miniatura
El tanque HS 30 inició una serie de proyectos de defensa fallidos. A mediados de la década del 50 , el entonces ministro germano de Defensa Franz Josef Strauss encargó varios miles, después de haber visto solo un modelo de madera. Pero los vehículos resultaron demasiado estrechos y sus cadenas demasiado débiles. Además, el sistema de refrigeración era inadecuado.
Imagen: Bundesarchiv, B 145 Bild-F027418-0012 / Berretty / CC-BY-SA
Starfighter: misión suicida
El siguiente fiasco tuvo consecuencias más graves. En 1958, Strauss equipó a la Fuerza Aérea alemana con naves F-104 Starfighter, de Lockheed. De 916 aviones, 269 se accidentaron. Hasta 1984 murieron en total 116 pilotos de estos Starfighter, que llegaron a ser conocidos como “productores de viudas”. En una auditoria se acusó a Strauss de haber dilapidado miles de millones de marcos alemanes.
Imagen: picture-alliance/dpa
Submarino alérgico al agua salada
Los primeros submarinos alemanes de postguerra, del tipo 201, eran supuestamente los más modernos de su clase. Pero poco después de entrar en servicio se detectaron fisuras en sus paredes exteriores: el acero no era resistente al agua de mar. El problema se superó con la próxima generación de submarinos, del tipo 205. Afortunadamente, éstos podían sumergirse sin correr riesgo de disolverse.
La serie de contratiempos de las Fuerzas Navales alemanas continuó con el buque de combate “Korvette 130”, que todavía no está completamente operativo. Desde su estreno, en 2008, ha deparado varias sorpresas ingratas: tornillos sueltos y armamento inapropiado fueron solo algunos de los múltiples problemas. Se espera que los trabajos para corregir esos defectos terminen en 2014.
Imagen: picture-alliance/dpa
El costoso Eurofighter
En 2003, el entonces canciller Gerhard Schröder se subió orgulloso a la cabina de un Eurofighter, el hasta entonces más costoso proyecto del ejército y la aviación. Pero un jet de combate se estrelló en un vuelo de prueba. Falló el mecanismo de dirección. En 2010 los sistemas de eyección de los asientos. Finalmente, el costo por jet se elevó de 50 a 90 millones de euros.
Imagen: picture-alliance/dpa
El tigre sin dientes
El helicóptero de combate “Tigre” también entró en funciones más tarde de lo previsto y su costo fue mayor que el inicialmente calculado. Oficiales del ejército dijeron que no era apropiado para el combate en Afganistán, porque su armamento no era suficiente para defender de ataques a soldados en tierra. Ahora ya no se lo denomina oficialmente "helicóptero de combate".
Imagen: picture-alliance/dpa
Cuestión de tiempo
También algunos proyectos actuales están causando dificultades. Se prevé que el Airbus A400M reemplace en algunos países europeos a otros aviones de carga más antiguos, como el Transall. El nuevo Airbus debería estar en función desde hace largo tiempo, pero numerosos problemas técnicos han obligado a postergar su entrega. Ahora, Alemania espera recibir la totalidad de sus A400 hasta 2020.