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Cierra la meca del tecno alemán

DW/EFE17 de abril de 2005

La discoteca "Tresor" durante años lugar de peregrinaje para "ravers" de todo el mundo cerró sus puertas este fin de semana con una superlativa fiesta amenizada por sus más míticos pinchadiscos.

El "Tresor" estaba en una antigua bóveda blindada.Imagen: dpa

La generación "tecno" se concentró por última vez en lo que durante 14 años fue su catedral, la discoteca abierta poco después de la caída del Muro en los oscuros sótanos que ocupó la caja acorazada de la cadena de almacenes Wertheim.

De ahí salieron los más legendarios pinchadiscos del tecno berlinés: Dr. Motte, inventor de la "Love Parade", Marusha, Sven Vaeht y Paul van Dyck. Todos ellos desfilaron por el local, junto con miles de otros nostálgicos o simples curiosos ya en la era post-tecno, para rendir el último tributo a la probablemente más incómoda y famosa discoteca del circuito berlinés.

Dr. Motte alias Matthias Roeingh.Imagen: AP

El "Tresor" recibirá el lunes la visita de las excavadoras, con la misión de preparar el camino a un edificio de oficinas. Antes del cierre, llevaba quince días en estado de fiesta permanente, que culminaron en este largo fin de semana de adiós definitivo.

La leyenda del "Tresor"

Desde su apertura, en 1991, el "Tresor" se hizo un nombre como exponente de catacumba de la música electrónica más auténtica y convirtió en glamour la precariedad de sus instalaciones, sistema de refrigeración, iluminación y, también, de los servicios.

Según la leyenda, su impulsor, Dimitri Hegemann, se enamoró del local en cuanto lo recorrió por primera vez, al amor de un mechero. Conservó sus oxidados casilleros de seguridad, las rejas de acero de su acceso, sus paredes llenas de garabatos y sus destartalados sillones basó su éxito en su concepto de antítesis del diseño.

La cámara acorazada de Wertheim, una cadena originariamente propiedad de una familia judía expropiada por los nazis, había quedado en lo que se conocía por tierra de nadie, a la sombra del Muro de Berlín.

Muro de Berlín.Imagen: AP

Hegemann vio su El Dorado en ese sótano, en el corazón del Berlín reunificado, y el tiempo le dio la razón. Pero la proximidad con la Potsdamerplatz, corazón del nuevo Berlín, y con otras dependencias institucionales, tuvo también su parte negativa: el lugar se convirtió en objeto de codicia inmobiliaria.

El tiempo pasa...

El tecno berlinés entró en declive hace un par de años, como puso de relieve la desaparición de la Love Parade, el desfile que en su era de apogeo -entre el 1999 y el 2002- sacó a la calle a más de un millón de cuerpos danzantes, pero que el pasado año no se celebró ya por falta de patrocinadores.

Love Parade.Imagen: AP

Todo apunta a que este año tampoco se resucitará lo que fue la mayor discoteca callejera del mundo, como tampoco lo hará el "Tresor". Sus responsables tantearon la posibilidad de trasladarlo a otro lugar. Por el momento no se ha concretado tal operación.

La escena discotequera de Berlín ha cambiado y las catacumbas del "Tresor" se habían convertido en una reliquia para nostálgicos y turistas que, guía en mano, acudían aún a la meca del tecno.

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