Un grupo de seis hombres armados y encapuchados masacró a los recolectores de café dejando a otro malherido.
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"Según la información que nos dio Inteligencia de la Policía, hubo una masacre en una vereda de Andes, en el corregimiento Tapartó, donde pierden la vida cinco personas", confirmó a medios locales el alcalde de Andes, Carlos Osorio. Cinco recolectores de café murieron y uno más resultó herido en un ataque de hombres armados a una finca ocurrido en la madrugada de miércoles (17.02.2021) en esa localidad del noroeste de Colombia, informó antes la policía la policía. Las autoridades no han identificado a los autores ni los motivos de la agresión.
Seis hombres armados, "vestidos con prendas oscuras y encapuchados", arremetieron contra las víctimas con armas blancas y de fuego, explicó el servicio de prensa del organismo. Los cuerpos de las víctimas, que no han sido identificadas, fueron encontrados con impactos de bala y marcas de elementos cortopunzantes, mientras que la persona que sobrevivió al ataque fue trasladada a un hospital.
En el sector opera el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país, conformada por remanentes de los grupos paramilitares que libraron una lucha a muerte con las guerrillas hasta la primera década del siglo. El departamento de Antioquia es a su vez el más afectado por el repunte de la violencia en Colombia tras la firma de la paz con los rebeldes de las FARC en 2016. Según el observatorio Indepaz, 21 de las 91 masacres registradas en 2020 ocurrieron en Antioquia. Este año van al menos 12 matanzas en el país, cuatro en esa zona. Estos ataques se caracterizan por el asesinato de mínimo tres personas en la misma acción.
La Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia (JEP) advirtió el pasado fin de semana que la tendencia de agudización de la violencia entre el 25 de enero y el 7 de febrero parece ser la misma registrada en las tres primeras semanas de 2021, el inicio de año más violento desde la firma del acuerdo de paz de 2016.
lgc (afp/efe)
"Performance" en Alemania en solidaridad con las víctimas de las masacres en Colombia
En la ciudad de Bonn, jóvenes colombianos se manifestaron frente a la sede de Naciones Unidas en repudio a las masacres que azotan a Colombia.
Basta Ya
Bajo el lema "Basta ya", varias decenas de ciudadanos se movilizaron, aun en tiempos de pandemia, para pedir el cese de la espiral de violencia en el país sudamericano.
Imagen: Michael Paetau
Una cruz por cada vida truncada
La colombiana Ana Bolena Müller, actriz y artista de "performance", desarrolló una intervención artística en repudio a las masacres en su país. De manera artesanal, fabricó individualmente casi doscientas cruces "una por cada vida truncada", de diferentes tamaños y texturas, "como las vidas de las víctimas".
Imagen: Privat
"Performance" en homenaje y protesta
En la "performance", la artista, ataviada con mallas militares "simbolizando las milicias que acaban con las vidas en las regiones desamparadas de mi país", llora a las víctimas de las masacres con versos de Chavela Vargas: "Me quitarán de quererte, llorona, pero de olvidarte nunca".
Imagen: Michael Paetau
No más víctimas. Basta ya.
Las casi doscientas víctimas de las masacres son nombradas con nombre y apellido. Los presentes repiten cada vez cual letanía: "Basta ya". La emoción y la indignación embargan el aire.
Imagen: Sebastián Reyes
Cruces de material reciclado en homenaje perenne a las víctimas
Las cruces fueron realizadas en madera y junco, y anudadas con cables de electricidad reciclados que dejan ver el metal, "simbolizando la violencia con la que las víctimas fueron arrancadas de la vida", explicó la artista a DW.
Imagen: danitorres.art
Flores para el recuerdo y la transformación del dolor
"Estoy aquí para que paren las masacres en mi país", dice el colombiano Jorge Durán, residente desde hace 4 años en Renania del Norte-Westfalia y participante de la manifestación de este fin de semana en Bonn.
Imagen: danitorres.art
En señal de duelo y de esperanza
La convocatoria llamaba a vestir de negro, en señal de luto, y a llevar una flor, en señal de esperanza. "Un cambio en Colombia es posible, si nos organizamos", afirma Laura, nacida en Bogotá y desde hace un año en Alemania.