Cinco muertos en ataque contra inteligencia jordana
6 de junio de 2016
Los presuntos terroristas atacaron el campo de refugiados de Baqaa, donde viven más de 70.000 palestinos. Los asesinatos coinciden con el primer día del ramadán.
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Tres oficiales de los servicios de inteligencia de Jordania, un agente de seguridad y un operador de comunicaciones murieron hoy (06.06.2016) en un "ataque terrorista" contra su oficina, situada en un campo de refugiados palestino al norte de Ammán, informó el portavoz del Gobierno, Mohamed Momani.
El portavoz, citado por la agencia oficial de noticias, Petra, agregó que el suceso se registró en el campo de refugiados palestino de Baqaa, situado a unos 8 kilómetros al norte de la capital. Este campo es el más grande del país y, actualmente, acoge a más de 70.000 refugiados que abandonaron Palestina tras la creación del Estado de Israel en 1948.
"Este horrendo ataque terrorista en el primer día del mes de ayuno de ramadán es una prueba clara del comportamiento criminal de los atacantes y de cómo no respetan nuestra religión", dijo Momani.
Según la televisión jordana, el ataque tuvo lugar a las 07:00 hora local. Hasta el momento, ningún grupo ha asumido su autoría.
El asalto coincide con el comienzo del ramadán, el mes sagrado para los musulmanes.
El ramadán es un mes de gran importancia y simbolismo para los musulmanes, en el que los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol. Según la tradición islámica, este fue el mes en el que el profeta Mahoma empezó a recibir la revelación del libro sagrado, el Corán.
Jordania forma parte de la coalición militar internacional dirigida por Estados Unidos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), agrupación que ha amenazado en varias ocasiones a las autoridades jordanas,
El pasado 1 de marzo, un oficial de policía jordana y siete supuestos terroristas murieron durante una operación de seguridad en la que se produjo un enfrentamiento en la ciudad de Irbid, a 80 kilómetros al norte de Ammán.
JC (EFE, Reuters, AFP, dpa, AP)
Inusual campo de refugiados en Grecia
En la península griega del Peloponeso existe un inusual albergue para refugiados. Myrto Papadopoulos fue hasta allí para conocerlo de primera mano.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Conexión con el exterior
Un adolescente navega al atardecer por Internet. Los celulares inteligentes suponen en la mayoría de los casos la única conexión de los refugiados con el mundo exterior.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Equipamiento básico
Estos bungalows alojan a ocho personas en dos dormitorios. En cada casa hay un cuarto de aseo y una cocina pequeña equipada con una cocinilla de camping y un fregadero, pero no hay agua caliente ni frigorífico.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Descansando
Ranee Mousa, de 27 años, posa con su bebé de 8 meses, nacido en Siria poco antes de que Renee y su esposo huyeran hacia Grecia.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Momento de paz y tranquilidad
Mujeres del campo llevan de paseo a un grupo de niños por las afueras del pueblo de refugiados. Antes de que comience la temporada turística en junio, los alrededores de Myrsini son relativamente tranquilos y poco frecuentados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Reflexionar sobre el futuro
Un grupo de hombres charla durante la puesta de sol en la playa a las afueras del campo de refugiados. En el campo viven menos de 60 hombres acompañados por sus mujeres e hijos.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un hogar lejos de casa
Mujeres y niños sentados bajo la luz del atardecer frente a los bungalows turísticos. En total, hay 340 habitantes en el pueblo, 209 de ellos tienen menos de 18 años y 69 son mujeres.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Vida de familia
Una mujer siria posa frente a su alojamiento con su bebé de 6 meses en brazos. Algunas mujeres del campo que ya tienen niños pequeños están de nuevo embarazadas.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Una bendición para la economía local
Tarek Alfelou acude junto a sus hijos Wedad, de 11 años, y Ziad, de 7, al pequeño supermercado de Myrsini, situado a una media hora a pie del campo. La ciudad ha experimentado un pequeño auge económico gracias a las compras de los refugiados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un rostro conocido
El alcalde de la ciudad de Andravida, Nabil-losif Morant, procede de Siria. Asegura no ser el único alcalde de origen no griego en Grecia y que la idea del campo fue suya. El consejo municipal la aprobó de forma prácticamente unánime.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Cultivo de fresa
Un trabajador de Bangladés en su granja de fresas, situada cerca del campo de refugiados. Muchos trabajadores de las granjas de la región son migrantes del sur de Asia sin papeles válidos. Durante la temporada de recogida de la fresa, reciben entre 22 y 25 euros por ocho horas de trabajo.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Ayuda local
Giorgos Aggelopoulos es un habitante de Myrsini que colabora como voluntario en el campo de refugiados y ha trabado amistad con algunas de las familias. Asegura que la oposición de la gente contra el pueblo de refugiados ha amainado considerablemente después de que los habitantes vieron que se trataba, sobre todo, de familias con niños.