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Circo Roncalli: mundo de magia y poesía

Eva-Maria Verfürth27 de marzo de 2006

Hace 30 años que se fundó el Circo Roncalli, un circo que querría crear un mundo de sueños y magia. Hoy en día, Roncalli atrae a un público gigante, fascinado por el espectáculo poético.

Sarah Honcke, la domadora de cabellos del Roncalli presenta su número en Fráncfort del Meno.Imagen: dpa

El visitante entra al mundo del Circo Roncalli ya antes de que haya empezado el espectáculo mismo: un actor uniformado de rojo y dorado controla los billetes de diseño fantástico, el aire huele a poporopos y a serrín, suena música alegre. Al haber pasado por el portillo, todavía contemplando con asombro el ambiente mágico y colorido, el visitante se encontrará a un payaso, pintándole un punto rojo en la nariz: para esta noche, el visitante se transformó en parte de este mundo de sueños.

Contorsionista con facultades de tiradora de arco.Imagen: dpa

Todo inicia con un antiguo vagón circense

La historia del circo Roncalli empezó hace 30 años, en 1976, cuando el diseñador Bernhard Paul decidió dejar su puesto de trabajo para empezar a realizar, junto con su compañero André Heller, el sueño de su niñez: crear un circo.

Pero no empezó a contratar a acróbatas, sino a renovar un antiguo vagón de circo. Así se construyó el primero de estos vehículos maravillosos que todavía siguen siendo símbolo del Circo Roncalli.

El proyecto del circo fue llevado adelante, y a pesar de todos los obstáculos en los primeros años, el circo logró conquistar fama en el año 1980. El programa llamado "El viaje al arco iris" atrajo a más de 8 millones de espectadores.

Un nuevo circo - todo un mundo maravilloso

Ambiente poético-misterioso del Circo Roncalli.Imagen: dpa

Bernhard Paul había creado a un nuevo tipo de circo: un circo que no sólo quiere mostrar la habilidad técnica de sus actores, quiere además crear todo un mundo circense de nostalgia y alegría inocente. Creó un circo de disfraces fantásticos y música de orquesta en viva; un circo con caballos, pero sin animales salvajes; con artistas de primera calidad, pero sin peligro: Roncalli evita el "Salto Mortale". "Yo prefiero el salto a la vida", replica Bernhard Paul.

El circo de los payasos

El famoso payaso Pic es el símbolo de la poesía circense de Roncalli.Imagen: picture-alliance / dpa

Siendo el circo de la sonrisa y la alegría, Roncalli también es el circo de los payasos; sean chistosos, soñadores o bobos. Bernhard Paul mismo, fundador y propietario del circo, participa como payaso "Zippo" en cada espectáculo.

El payaso Pic se volvió símbolo de la poesía del circo. En el "Viaje al arco iris" impresionó al público con un acto simple, pero fascinante: Pic jugó con pompas de jabón, las mandó al cielo, las dejó volar y desplumarse, observándolas con sus ojos soñadores.

"Cada día que no sonríes es un día perdido"

Roncalli ahora es uno de los circos más reconocidos de Alemania, que viaja regularmente por Alemania y Austria e incluso ya llegó hasta Moscú.

En el programa de este año, para celebrar sus 30 años, Roncalli reúne otra vez a grandes acróbatas de todo el mundo, entre ellos al payaso David Larible, que ganó el "payaso de oro" en el festival circense de Monte Carlo. Y como siempre, este nuevo programa también seguirá al lema de Bernhard Paul: "Cada día que no sonríes es un día perdido".

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