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Ciudadanía europea a la venta

Julia Mahnke (mb)20 de abril de 2013

Nikos Anastasiades, presidente de Chipre, planea recompensar con la ciudadanía a los que inviertan en su país. También en otros países de la UE, la riqueza es el camino hacia la nacionalización.

Chipre quiere atraer a los inversionistas facilitado el acceso a la carta de ciudadanía.Imagen: picture-alliance/dpa

El dinero no lo compra todo, pero sí mucho: por ejemplo la ciudadanía en un país miembro de la Unión Europea (UE). Mientras miles y miles de ciudadanos con no tantos recursos tienen que esperar por años, quien tenga tres millones invertidos en Chipre puede obtenerla inmediatamente. Esto es especialmente atractivo para los que quieren abandonar regiones en crisis, para los que quieren viajar más cómodamente y sin tramitar visados, para los que quieren hacer negocios en suelo europeo.

Así, el presidente de Chipre anunció en un congreso anual empresarial, en Limassol, que en vez de los 15 millones de inversión y los cinco años de espera, los inversionistas podrán tramitar por menos dinero y más rápidamente su pasaporte chipriota –que a la vez es europeo- para compensar un poco el golpe que ha representado el paquete de medidas de austeridad impuesto por Bruselas.

De “inapropiado” califica el procedimiento Jan Philipp Albrecht, diputado alemánen el Parlamento Europeo por el partido de Los Verdes, quien echa en falta una política de inmigración común a todos los países de la UE. “Da especialmente qué pensar el que los países europeos otorguen la ciudadanía arbitrariamente”, dice a DW. Dado que hay mucha gente que tiene establecida su vida en un país de la UE y está en espera de su ciudadanía, “las condiciones deberían ser iguales para todos”, exige Albrecht.

Jan Philipp Albrecht, parlamentario europeo por Los VerdesImagen: picture-alliance/dpa

Con casa, pasaporte

Es un hecho que los países de la UE tienen muy diferentes políticas de inmigración. En Irlanda, por ejemplo, hasta el 2001 se podía conseguir el pasaporte invirtiendo en el país; entre tanto, por 500.000 euros colocados en un proyecto educativo, artístico, deportivo o de salud, sólo se garantiza un permiso de estadía. En Portugal, la compra de una casa garantiza el pasaporte portugués y en España se quiere aplicar a futuro el mismo sistema. Los españoles planean además poner un límite mínimo de 160.000 euros al comprador de una vivienda para poder inmigrar. En Hungría, la compra de bonos estatales es la llave de la nueva nacionalidad; la mayoría de los interesados son de origen ruso, chino e indio. Por último, en Austria, la ley le permite al Gobierno conceder la ciudadanía “a causa de un comportamiento extraordinario actual o futuro a favor de la República”. De esta manera, informan medios austríacos, un inversionista hotelero saudí y la cantante rusa Anna Netrebko obtuvieron su pasaporte austríaco.

“Me parece estéticamente problemático, pero no pone en peligro a la UE”, dice a DW por su parte Dietrich Tränhardt, catedrático emérito de la Universidad de Münster y especialista en política migratoria. El número de personas que se nacionaliza con base a esta disposición es limitado: en 2012 nadie obtuvo el pasaporte mediante esa regulación; en 2011 fueron 23.

Por el contrario, para los que siguen el camino usual de la nacionalización, Austria es el país que más obstáculos pone, informa Thränhardt. La tasa exigida es muy alta, la espera muy larga.

El camino normal de nacionalización en Austria es largo y costoso. Los famosos y los ricos la obtienen más fácilmente.Imagen: picture-alliance/dpa

En realidad, una revisión de las disposiciones respectivas a nivel de toda la UE revela que, efectivamente, los más adinerados la tienen más fácil. En Alemania también, aunque indirectamente: la ciudadanía se concede rápidamente a los mejor capacitados, mientras que a los más pobres –es decir, a los menos útiles económicamente- se les pone trabas para acceder al país. Para Thränhardt, el procedimiento, en suma, es comparable a lo que se hace en Chipre. Y el asunto no va a cambiar tan rápidamente: “la concesión de nacionalidad no se debate en este momento en la UE”, dice Albrecht y concluye: “me parece un error”.

Autora: Julia Mahncke (mb)
Editora: Emilia Rojas

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