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Tarjetas de ordenador y electrónica automovilística interconectada deberían contribuir a que la conducción sea más segura: ayudan a aparcar, a respetar las distancias e incluso frenar el auto en caso de emergencia también de forma independiente. En el futuro, los coches deberán ser capaces de funcionar sin conductor y podrán ser enviados al parking con el smartphone. Pero ¿se trata de una tecnología segura?