Senado de Colombia vota sobre objeciones de Duque a la JEP
Javier Arguedas Morales
29 de abril de 2019
Este lunes comienza el debate sobre las objeciones del presidente Iván Duque a una ley que determina los procesos judiciales para exguerrilleros y que divide al país.
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El 24 de noviembre de 2016, cuando el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, firmó el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, presentó el acuerdo como un hecho consumado:
"Hoy hemos firmado, aquí en este escenario histórico, ante el país y ante el mundo, un nuevo acuerdo de paz con las FARC. El definitivo.”
Casi tres años después, Colombia se encuentra sumida en un debate político y social que deja claro que aquel texto fue todo menos definitivo.
Al pronunciar aquellas palabras, Juan Manuel Santos sabía que hablaba ante un país dividido. Y ante más de 6 millones de colombianos que habían dado el triunfo al "No” en el plebiscito en el que se rechazó inicialmente el acuerdo. Hoy, uno de esos votantes del "No” es el presidente de Colombia.
Durante su campaña electoral, Iván Duque se rodeó de las mismas figuras que se opusieron al acuerdo de paz, primordialmente el expresidente Álvaro Uribe, conocido por su política de mano dura contra la guerrilla –y que finalizó su presidencia con altos niveles de popularidad.
Duque llegó al poder con una posición clara: buscaría una implementación del acuerdo de paz, pero le realizaría cambios. Esa intención de cambiar puntos clave del acuerdo de paz se vio materializada el pasado 10 de marzo, cuando, en cadena nacional de televisión, el mandatario anunció seis objeciones al marco jurídico de la llamada Jurisdicción Especial para la Paz, mejor conocida en Colombia como JEP.
La JEP y las objeciones del presidente
La Jurisdicción Especial para la Paz es un sistema judicial alternativo creado especialmente para tratar los casos relacionados con el conflicto armado en Colombia. El principio es sencillo: aquellos que cometieron crímenes durante el conflicto armado pueden someterse voluntariamente a la JEP y así evitar ser juzgados como cualquier otro ciudadano en la justicia convencional. Al someterse a la JEP se sigue un proceso judicial con penas generalmente menores. A cambio, quienes se someten a los procesos judiciales de la JEP contribuyen al esclarecimiento de la verdad y a las investigaciones de los crímenes que se produjeron durante el conflicto.
Es en esa serie de condiciones especiales donde los críticos ven una puerta para la impunidad y una insuficiente reparación para las víctimas de la violencia. Duque utilizó un instrumento de la constitución colombiana que otorga al presidente la potestad de objetar una ley por considerarla inconveniente para el país. Fue así como presentó sus seis objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz:
Responsabilidad para con las víctimas: para el presidente, la JEP no establece con suficiente claridad la responsabilidad de los victimarios de reparar íntegramente a las víctimas con sus bienes.
Rol del Alto Comisionado: en opinión de Duque, la ley estatutaria de la JEP no determina el alcance de la competencia atribuida al Alto Comisionado para la Paz (un cargo nombrado por el presidente) para verificar la lista de quienes son reconocidos como miembros de los grupos armados que pueden someterse a la JEP. Al no tener control absoluto sobre quiénes son elegibles para evitar la justicia convencional, el presidente considera que criminales podrían incorporarse al proceso de paz sin tener realmente derecho a ese trato particular.
Competencias de la justicia ordinaria: en la mayoría de los casos, quienes se someten a la JEP no pueden ser simultáneamente sujetos a investigaciones de la justicia ordinaria. Para el presidente, la ley de la JEP no especifica las diligencias que la fiscalía del país (es decir, la justicia ordinaria) debe de abstenerse de realizar.
Crímenes de lesa humanidad: la JEP establece la renuncia a la acción penal frente a los crímenes de lesa humanidad, genocidio o crímenes de guerra para quienes no son los máximos responsables de los crímenes. Para el presidente, esto constituye impunidad.
Investigaciones en caso de extradición: en los casos de extradición de personas por conductas posteriores a la firma del acuerdo de paz, la JEP no debe realizar pruebas. En vista de que la ley de la JEP no menciona explícitamente esta restricción, el presidente considera que la ley puede afectar la cooperación de Colombia con otros países que solicitan extradiciones.
Condiciones de garantía de no extradición: la ley de la JEP condiciona la exoneración de la extradición de personas al ofrecimiento de la verdad para fomentar el esclarecimiento de los casos. Según Duque, la ley de la JEP no establece suficientemente los términos de ese ofrecimiento, por lo que terceros podrían ingresar a la JEP bajo supuestos ofrecimientos de verdad, generando impunidad.
Revés político para Duque
Desde la presentación de sus objeciones, el presidente ha recibido fuertes críticas por parte de los partidos de oposición, quienes lo acusan de querer acabar con el acuerdo de paz, así como una serie de reveses en su intención de realizar cambios a la ley estatutaria de la JEP.
Pocos días después de darse a conocer las objeciones, la Corte Constitucional de Colombia dio un primer golpe al presidente al declarar inexequibles dos artículos de una ley complementaria a la JEP que habían sido presentados por el oficialismo.
Pero la mayor derrota se dio el pasado 8 de abril, cuando la Cámara de Representantes rechazó las objeciones con una contundente votación de 110 contra 44. Con ello la ley pasó a manos del Senado que inicia su debate este lunes.
Rafael Nieto, analista político consultado por DW, prevé que la votación del Senado también resultará en un rechazo a las objeciones del presidente, obligando al mandatario a aprobar la ley. Según Nieto, el fracaso de las objeciones responde a un problema de gobernabilidad del presidente al no contar con mayorías parlamentarias:
"El error del presidente no es tratar de cumplir una promesa hecha a sus electores en campaña: el error del presidente Duque es no haber construido una coalición ganadora en el congreso, porque si no lo hace sus iniciativas dirigidas a cumplirles a sus electores serán sistemáticamente derrotadas.”
Pero para la oposición el fallo se origina en la intención misma de las objeciones. Para la congresista Juanita Goebertus del Partido Verde "este no fue un proceso en donde las distintas fuerzas políticas fueran llamadas a discutir sobre cómo construir un gran pacto nacional, sino que fue una decisión unilateral del presidente. Estos elementos lo que hacen es violar la separación de poderes en tanto ponen en cuestión elementos de las decisiones de la Corte Constitucional en vez de discutir sobre temas que le interesan a la ciudadanía.”
El futuro del acuerdo de paz
Incluso si el Senado rechaza las objeciones y fuerza a Duque a aprobar la ley estatutaria de la JEP, difícilmente se pueda hablar de una implementación definitiva del acuerdo de paz. La sociedad continúa dividida y posiblemente el presidente tome nuevas acciones para lograr su cometido de realizar cambios al acuerdo, en aras de establecer condiciones más severas para posibles negociaciones con otros grupos armados del país como el Ejército de Liberación Nacional.
Para Rafel Nieto "hay una diferencia entre la posición del electorado y la de los congresistas. La voluntad mayoritaria en las urnas durante el plebiscito y en la elección presidencial se ha manifestado a favor de posturas como la del Presidente Duque y por ende de las objeciones al acuerdo con las FARC y a la ley estatutaria de la JEP”
Pero también hay quienes asumen que, en caso de un rechazo en el Senado, el presidente podría dar por cumplida su misión y responsabilizar al congreso por el fracaso de las objeciones. Esto le permitiría, por un lado, librarse de la presión de su base por realizar cambios al acuerdo de paz, y por otro limar asperezas con la oposición que le permitan lograr mayorías parlamentarias para el resto de su agenda presidencial.
(gg)
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El valor de la paz: una mirada al proceso en Colombia
Originado en enfrentamientos sangrientos de décadas anteriores, el conflicto armado colombiano estalló en 1964. Un recuento de sus principales hitos.
Imagen: DW/T. Käufer
DW/Tobias Käufer
El arduo camino hacia la paz
La firma del histórico acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC marcó un hito clave, pero no el fin del camino. La implementación de lo pactado no ha estado exenta de contratiempos. Prueba de que hay que consolidar esa paz es que ante los comicios presidenciales se volviera a discutir sobre ese acuerdo que hizo callar las armas tras más de cinco décadas de conflicto armado.
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Los años cuarenta y cincuenta: “La Violencia”
El conflicto tuvo su origen en los años veinte del siglo pasado con la lucha por la tierra. Pugnas entre liberales y conservadores provocan miles de muertes. El asesinato del liberal Jorge Eliécer Gaitán (foto), en 1948, origina las protestas conocidas como El Bogotazo. Los comunistas son reprimidos. Se fundan grupos clandestinos. El Ejército asalta poblados y persigue a "campesinos comunistas".
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1964: las FARC y el ELN
Se fundan las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las FARC pretenden enfrentar la concentración de tierras. El ELN nace de la radicalización del movimiento estudiantil y teólogos de la liberación como Camilo Torres (foto). El Gobierno intenta combatirlas a ambas con asistencia de Estados Unidos.
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Los años setenta y ochenta: el M-19
Surgen otros movimientos clandestinos como el M-19 –que protagonizaría acciones como la trágica toma del Palacio de Justicia en 1985 (foto)−, MAC y MOIR. El Gobierno negocia por primera vez con las FARC y el ELN, pero las conversaciones fracasan tras el asesinato del ministro de Justicia.
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La década de los ochenta: los paramilitares
Surgen varios grupos paramilitares de ultraderecha, al servicio de la protección de terratenientes y sus tierras contra los ataques rebeldes. Con el tiempo, los paramilitares se involucran con los cárteles de la droga. Cuatro candidatos presidenciales y numerosos políticos de izquierda fueron asesinados por los paramilitares entre 1986 y 1990. También la guerrilla tuvo vínculo con el narcotráfico.
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1989: el M-19 se desmoviliza
El M-19 entrega las armas en octubre de 1989 y se convierte en partido político. Su entonces líder, Carlos Pizarro, se lanza como candidato presidencial y es asesinado en campaña en 1990.
Imagen: picture alliance/Demotix/K. Hoffmann
1996: los escuadrones de la muerte
Los grupos paramilitares se integran en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Los llamados escuadrones de la muerte llegan a tener hasta 30.000 miembros.
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1998-99: Pastrana intenta negociar
El Gobierno de Andrés Pastrana negocia con las FARC. Conversa también con el ELN (foto) y las AUC. Se desmilitariza un amplio territorio controlado por las FARC en el sur del país. Una masacre interrumpe las conversaciones con las AUC.
Imagen: picture-alliance/dpa
2002: Íngrid Betancourt y Álvaro Uribe
Tras el secuestro de una aeronave en febrero, el gobierno interrumpe las negociaciones con las FARC, durante las que cientos de personas murieron. El 23 de febrero, las FARC secuestran a la candidata presidencial Íngrid Betancourt (foto). Álvaro Uribe gana la presidencia en mayo, intensifica el combate militar y rechaza las negociaciones. Es reelegido en 2007. Betancourt fue liberada en 2008.
Imagen: AFP/Getty Images
2003-2006: desparamilitarización y amnistía
Tras largas negociaciones, unos 32.000 paramilitares de las AUC deponen las armas (foto). Unos 4.200 de ellos son juzgados por violaciones a los derechos humanos hasta 2014. Muchos vuelven a tomar las armas. En junio de 2005 se aprueba la Ley de Justicia y Paz, una amplia amnistía para miembros de los escuadrones de la muerte.
Imagen: picture-alliance/dpa
2007-2008: “falsos positivos”
En 2007 son detenidos los primeros políticos de derecha, acusados de vínculos con los paramilitares, también en el entorno de Uribe. En septiembre de 2008 estalla el escándalo de los "falsos positivos": sobre todo entre 2004 y 2008, más de 3.000 personas fueron asesinados por el Ejército, para falsear la estadística de guerrilleros eliminados. Cientos de militares han sido juzgados desde entonces.
Imagen: Jesús Abad Colorado
2012: comienza el diálogo de paz con las FARC
El 20 de junio de 2010 es elegido presidente el exministro de Defensa Juan Manuel Santos. En 2012 entra en vigor la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras para reparar a las víctimas y desplazados. En noviembre, se inician oficialmente los diálogos de paz entre el equipo de negociadores del Gobierno (foto) y las FARC.
Imagen: Reuters
2014-2015: se fija fecha tope para el pacto
El Gobierno colombiano anuncia que prepara conversaciones con el ELN. Santos es reelegido en junio de 2014. Las negociaciones con las FARC se traban o suspenden varias veces por acciones militares de ambas partes hasta que, el 23 de septiembre de 2015, Santos y Rodrigo Londoño Echeverri (Timochenko), líder las FARC, se encuentran en La Habana y fijan el objetivo de firmar la paz en seis meses.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Ernesto
2016: diálogos de paz con el ELN
El 30 de marzo, Frank Pearl, representante del Gobierno de Colombia, y Antonio García, jefe de la delegación del ELN (foto), anunciaron en Caracas el inicio de un proceso formal de diálogos de paz. Mientras, las FARC y el Gobierno aplazaron, por desavenencias, la firma del acuerdo de paz definitivo, que se pretendía inicialmente conseguir antes del pasado 23 de marzo de 2016.
Imagen: Reuters/M. Bello
Firma del acuerdo de cese el fuego
El Gobierno de Colombia y las FARC alcanzaron un acuerdo para el cese el fuego bilateral y definitivo, cuyos detalles se darían a conocer en La Habana en un acto con presencia del presidente Santos y mandatarios de los países garantes y acompañantes del proceso de paz, entre otros, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, delegaciones de Cuba y Noruega, Chile y Venezuela. (23.06.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa
Pacto final
El Gobierno de Colombia y las FARC rubricaron el acuerdo final que cierra las negociaciones de paz desarrolladas en La Habana, y que debía ser refrendado en un plebiscito. El documento fue rubricado por los jefes negociadores, Humberto de la Calle, por el Gobierno y Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", por la guerrilla, y por los embajadores de Cuba y Noruega. (24.08.2016)
Imagen: Reuters/A. Meneghini
Se anuncia el plebiscito
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció la convocatoria a un plebiscito el 2 de octubre para refrendar o rechazar el acuerdo de paz logrado con la guerrilla de las FARC. "Queda en manos de ustedes los colombianos decidir con su voto si apoyan este acuerdo histórico", dijo Santos en una alocución por radio y televisión.( 24.08.2016)
Imagen: picture-alliance/Xinhua/Colprensa
“Timochenko” ordena bajar las armas
“En mi condición de comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP, ordeno a todos nuestros mandos, a todas nuestras unidades, a todos y cada uno de nuestros combatientes, a cesar el fuego y las hostilidades de manera definitiva contra el Estado colombiano a partir de las 24 horas de la noche de hoy”, decretó desde Cuba el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”. (28.08.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/Y. Lage
Cesa el fuego en Colombia
El alto el fuego definitivo entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC comenzó a las cero horas del 29 de agosto. "Este 29 de agosto empieza una nueva historia para Colombia. Silenciamos los fusiles. ¡SE ACABÓ LA GUERRA CON LAS FARC!", escribió a la medianoche en punto el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en Twitter. (29.08.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/G. Legaria
Una pregunta concreta
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dio a conocer la pregunta que sus compatriotas responderán en el plebiscito del próximo 2 de octubre: “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”. Santos insistió en que la pregunta no debía ser tendenciosa o manipuladora, sino clara y concreta. (30.08.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/L. Munoz
Los primeros menores abandonan las FARC
Ocho niños y adolescentes fueron entregados por las FARC al Comité Internacional de la Cruz Roja para luego ser sometidos a exámenes médicos integrales y procesos de comprobación de identidades. Los menores quedan bajo responsabilidad de UNICEF. (10.09.2016)
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Observadores para Colombia
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente el plan presentado por el secretario general de esa organización, Ban Ki-moon, para apoyar la aplicación de los acuerdos de paz entre el Estado colombiano y las FARC. 450 observadores en cuarenta localidades de ese país verificarán el desarme y monitorizarán el alto el fuego. (13.09.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Rajmil
La última conferencia de las FARC
El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Rodrigo Londoño –alias “Timochenko”–, inauguró la décima y última Conferencia Nacional Guerrillera de las FARC, donde sus comandantes aprobaron el acuerdo de paz con el Gobierno. Timochenko hizo hincapié en que las FARC seguirán luchando por la justicia social y los más pobres, pero como un partido político. (17.09.2016)
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Santos en la ONU: “La guerra llegó a su fin”
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció el 21 de septiembre de 2016 en la ONU el respaldo de la comunidad internacional al proceso de paz con la guerrilla de las FARC y dijo con contundencia que el conflicto armado en su país terminó.
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Las FARC ratifican el acuerdo
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron el 23 de septiembre de 2016 la ratificación unánime del acuerdo de paz alcanzado con el Gobierno colombiano y, de este modo, dejarán las armas tras 52 años de conflicto armado.
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El ELN facilitará la celebración del referendo
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda organización guerrillera de Colombia, anunció un cese de las acciones ofensivas –que no de las “defensivas”– para facilitar la participación de la población en el plebiscito del 2 de octubre en torno al acuerdo de paz alcanzado con las FARC. El ELN no descarta negociar un pacto similar al sellado con las FARC. (26.09.2016)
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Firmado el pacto de paz con las FARC
El 26 de septiembre de 2016, el presidente Juan Manuel Santos, en representación del Estado colombiano, y Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, líder de las FARC, rubricaron el acuerdo que pone fin a 52 años de conflicto armado entre ambos. El convenio es fruto de casi cuatro años de diálogos celebrados en La Habana y fue sellado en Cartagena de Indias ante más de 2.500 invitados.
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El shock del NO
El recelo ante los puntos negociados con las FARC cristalizó en una campaña contra el acuerdo de paz liderada por el expresidente derechista Álvaro Uribe. Sorpresivamente, el "No" terminó imponiéndose, aunque por muy estrecho margen, en un referéndum celebrado el 2 de octubre de 2016.
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El Nobel de la Paz
Cinco días después del shock del referendo, la noticia fue un bálsamo para los partidarios del acuerdo con las FARC: el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. La entrega tuvo lugar en diciembre, en Oslo (foto).
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Aprobación del Congreso
Tras una serie de negociaciones, se introdujeron cambios en el acuerdo original. El nuevo texto fue presentado al Congreso, que le dio su aprobación a fines de noviembre de 2016.
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Diálogo con el ELN
Tras la liberación de un rehén y el indulto concedido a dos guerrileros, el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) iniciaron el diálogo de paz en la capital ecuatoriana, el 7 de febrero de 2017. Varios atentados ensombrecieron los esfuerzos por poner fin a la violencia y el Gobierno suspendió las conversaciones el 29 de enero de 2018.
Imagen: picture alliance/dpa/D. Ochoa
Adiós a las armas
La entrega de las armas de las FARC se llevó a cabo en tres etapas, con la supervisión de la ONU. La entrega de los últimos fusiles marcó otro hito histórico en el proceso. “Hoy 27 de junio para mí y para los colombianos es un día muy especial, un día que jamás olvidaremos, el día en que las armas se cambiaron por las palabras”, dijo Juan Manuel Santos.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Pineros
La nueva FARC
Las FARC, ya desarmadas, sellaron oficialmente su abadono de la lucha guerrillera en un congreso iniciado el 27 de agosto 2017. Allí decidieron la constituición de un partido político, cuyo nombre tiene la misma sigla, pero distinto significado: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Rodrigo Londoño (foto) fue elegido presidente el partido. Razones de salud impidieron luego su candidatura.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Justicia Especial para la Paz
Los magistrados de la Justicia Especial para la Paz (JEP), a la que se someterán excombatientes y militares señalados de delitos atroces, tomaron posesión de sus funciones el 15 de enero de 2018. Punto clave en el acuerdo con las FARC, la JEP tiene la tarea de investigar, esclarecer, juzgar y sancionar las violaciones a los derechos humanos cometidas em el marco del conflicto armado.
Imagen: Justicia Especial para la Paz
Participación parlamentaria
Por primera vez tras el término del conflicto armado, representantes de FARC participaron en los comicios parlamentarios celebrados en Colombia el 11 de marzo de 2018. Obtuvieron escasamente unos 50.000 votos, pero en virtud de lo pactado en el acuerdo de paz, FARC tendrá cinco diputados y cinco senadores en el Congreso. Bien parado salió de los comicios el partido de Uribe, Centro Democrático.