Colombia establecerá controles móviles en las 'trochas'
5 de abril de 2019
"No podemos estar sujetos al capricho de un usurpador", dice el director de Migración Colombia sobre los pasos ilegales que usan los venezolanos para eludir el cierre de la frontera decretado por el gobierno de Maduro.
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El Gobierno colombiano intentará implementar controles migratorios en las 'trochas' de la zona fronteriza del departamento de Norte de Santander con Venezuela, por donde a diario pasan miles de personas tras el cierre de los puentes por parte del gobernante Nicolás Maduro en febrero pasado.
"Buscamos generar puestos móviles migratorios (...) que nos podamos ir moviendo de un punto a otro para poder controlar esa población que está ingresando por sitios no autorizados", dijo el director de Migración Colombia, Christian Krüger, en una rueda de prensa en Cúcuta este jueves (04.04.2019), capital de Norte de Santander.
El pasado 23 de febrero Maduro rompió relaciones con Colombia y cerró los tres pasos fronterizos con Cúcuta tras el frustrado intento del jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por decenas de países, de ingresar desde esa ciudad una caravana con ayuda humanitaria para Venezuela donada por Estados Unidos, Chile y otros países.
Por otra parte, la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, que visitó Cúcuta para conocer de primera mano la situación, señaló que las autoridades necesitan saber quiénes son las personas que están ingresando al país. "No podemos exponer al riesgo la seguridad de nuestra población queriendo apoyar a la población de Venezuela", afirmó Ramírez.
Asimismo, destacó la importancia de brindar un tratamiento especial a la zona de frontera para que la población pueda "asimilar sin más traumatismos esta llegada de los migrantes". Hay unas 60 trochas ubicadas a lo largo de la frontera en Norte de Santander, por las que a diario transitan miles de venezolanos que buscan trabajo y estudio, así como abastecerse con alimentos, medicinas y artículos de higiene o acceder a los servicios públicos con los que no cuentan en su país.
lgc (efe/MigraciónColombia)
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El drama diario en Cúcuta
3,4 millones de venezolanos han dejado ya sus hogares debido a la crisis humanitaria y cada día son más. Para muchos, la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta es la primera escala rumbo a un futuro incierto.
Imagen: DW/O. Pieper
El puente como símbolo del conflicto
El "Puente Internacional Simón Bolívar" se hizo conocido en el mundo cuando el autoproclamado presidente venezolano, Juan Guaidó, intentó liderar el transporte de ayuda humanitaria procedente de EE. UU. desde Colombia hacia Venezuela. El presidente Nicolás Maduro ordenó cerrar el puente, en la parte venezolana, por considerar que ese acto respondía a intereses políticos. El puente sigue cerrado.
Imagen: DW/O. Pieper
Bienvenidos a Colombia
Sin embargo, hay excepciones: gente mayor de 55 años, madres con niños, estudiantes y discapacitados pueden cruzar el puente en dirección a Colombia. Entre ellos, hay jubilados que abandonan su país a una edad avanzada. Madres que vacunan a sus hijos en Colombia, y niños que van allí a la escuela. Casi todos necesitan medicamentos y comida caliente.
Imagen: DW/O. Pieper
Las peligrosas trochas
Para los que no pueden usar el puente Simón Bolívar de forma legal, las trochas son la única esperanza. Son caminos ilegales fronterizos, que usan miles de personas diariamente. Quien decida usar estos inseguros senderos, corre un gran riesgo. Los llamados "colectivos", gruposde matones armados, exigen dinero para poder cruzar la frontera. Quien no pague, puede ser víctima de violencia.
Imagen: DW/O. Pieper
Ejército colombiano superado por la situación
El Ejército colombiano solo puede proteger a los venezolanos cuando hayan traspasado la frontera colombiana. Sobre todo para las mujeres, el camino a través de las trochas es mucho más que una tortura. La violencia sexual acecha en cada esquina.
Imagen: DW/O. Pieper
Venezuela y Colombia son países amigos
La Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas evoca la amistad entre los países vecinos, pero es casi innecesario. En Colombia, la gente no ha olvidado los tiempos del conflicto interno, cuando miles de personas emigraron a Venezuela y probaron suerte allí. Ahora, dicen muchos colombianos, es la hora de devolver esa ayuda.
Imagen: DW/O. Pieper
Cola ante las autoridades migratorias
Colombia, que durante décadas fue un país acostumbrado a emigrar, tuvo que adaptarse en poco tiempo a recibir muchos migrantes de Venezuela. El puente Simón Bolívar es uno de los siete pasos fronterizos oficiales entre Colombia y Venezuela. Justo en el puente se halla la oficina de control migratorio.
Imagen: DW/O. Pieper
Animar a llevar una nueva vida
Quien haya solucionado los temas burocráticos, será recibido por la Cruz Roja y el servicio de ayuda a refugiados de las Naciones Unidas. Aquí se presta la atención médica más urgente y se informa a los recién llegados sobre sus derechos. Muchos de los venezolanos desconocen la información, dicen los responsables de ACNUR.
Imagen: DW/O. Pieper
Iglesia abre sus puertas como comedor
La primera pregunta de los refugiados es casi siempre dónde pueden comer algo. Las organizaciones los envían a la Diócesis de Cúcuta, donde se creó en poco tiempo un comedor en el que pueden desayunar y almorzar. Pero solo atiende a gente mayor, discapacitados, mujeres y menores de edad.
Imagen: DW/O. Pieper
Apoyo de todo el mundo
Voluntarios llegados de todo el mundo, incluso de Italia, cocinan, limpian y friegan. 200 ayudantes colaboran en la Diócesis de Cúcuta. 120 son necesarios para que el comedor funcione. La mayoría de los voluntarios son venezolanos que llegaron hace tiempo a Colombia y quieren apoyar a sus compatriotas.
Imagen: DW/O. Pieper
El ultramaratón hacia Bucaramanga
Los primeros que huyeron de Venezuela lo hicieron en avión, la clase alta. La segunda oleada de venezolanos llegó a Colombia en bus. Ahora, los más pobres y débiles llegan a pie. Y siguen su camino porque no todos pueden permanecer en Cúcuta. En la Cruz Roja reciben información sobre la ruta hacia Bucaramanga: cinco horas en auto... pero, ¿a pie?
Imagen: DW/O. Pieper
La esperanza del retorno
Algunos venezolanos no sobreviven ese periplo, ya que subestiman el esfuerzo requerido y el frío imperante en las montañas de Colombia, a 3.000 metros de altura. Los mensajes dejados en Los Patios, cerca de Cúcuta, dan cuenta del sentir de muchos. Todos los que plasmaron aquí su huella manifiestan la voluntad de regresar algún día a su patria.