Los recientes atentados contra dirigentes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia son motivo de preocupación dentro y fuera del país sudamericano por sus posibles secuelas para el nuevo acuerdo de paz.
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En Colombia, el diario El Tiempo habla de crisis y la revista Semana, de pánico. Al otro lado del Atlántico, El País se pregunta si ha empezado “otra guerra sucia” en la tierra de los Nobel Gabriel García Márquez y Juan Manuel Santos. Dentro y fuera de la nación sudamericana se teme que la reciente sucesión de atentados contra dirigentes sociales, ambientalistas, representantes de los desplazados y defensores de los derechos humanos en los departamentos colombianos de Caquetá, Nariño y Meta pueda prolongarse hasta impedir tanto la refrendación del nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC como la integración de los subversivos desmovilizados a la vida social y política.
Tres muertos y dos heridos dejaron los ataques perpetrados este fin de semana por personas aún sin identificar; pero la cuenta de víctimas mortales aumenta dramáticamente en retrospectiva: cuatro activistas de izquierda en los últimos quince días, según El País; cinco en el pasado trimestre y diecisiete en lo que va de año, señala El Tiempo. Ese saldo y el hallazgo de panfletos firmados por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) atizan la sospecha de que estos crímenes pueden ser un remedo de lo que en la década de los ochenta se conoció como la "guerra sucia”: la matanza de unos cinco mil miembros de Unión Patriótica, un partido integrado ante todo por exguerrilleros de las FARC.
La suerte de la Unión Patriótica
Aunque la Unión Patriótica surgió al calor de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) y las FARC, el asesinato sistemático de sus militantes y de sus candidatos presidenciales –presuntamente llevados a cabo por paramilitares de ultraderecha con respaldo del Ejército colombiano– terminaron truncando las negociaciones. ¿Qué secuelas podría tener otra ola de homicidios políticos como aquella para la iniciativa de paz del presidente Juan Manuel Santos? “Si el nuevo pacto no se sella pronto, la polarización puede intensificarse hasta llegar a legitimar implícita o explícitamente los enfrentamientos violentos”, dice Günther Maihold, subdirector de la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín.
Cletus Gregor Barié, quien trabajó varios años en Colombia como asesor de CERCAPAZ y otras organizaciones para el fomento de la paz, coincide con Maihold: “En un ambiente de incertidumbre y polarización, estos acontecimientos pueden obstaculizar la refrendación del nuevo acuerdo de paz hasta hacerla inviable”. Sin embargo, en lugar de referirse a una “nueva guerra sucia” en Colombia, el politólogo del SWP prefiere describir lo que allí ocurre como un fenómeno de transición propiciado por la postergación de la firma del acuerdo Gobierno-guerrilla. “Lo que estamos viendo son los primeros síntomas de una tregua prolongada sin una declaración de paz vinculante”, explica Maihold.
Estatus incierto
“Esa circunstancia hace que una serie de actores violentos crean poder movilizarse a sus anchas sin rendirle cuentas a nadie porque, de momento, el futuro de las negociaciones entre el Estado colombiano y las guerrillas luce incierto”, acota el experto de Berlín. Humberto Sánchez, alcalde de San Vicente del Caguán –el municipio de Caquetá donde fueron encontrados los panfletos suscritos por un grupo paramilitar–, alega que se está buscando convertir los asesinatos en un asunto político, cuando bien podrían tratarse de “ajustes de cuentas”.
Barié no comparte del todo ese argumento: “Me consta que abundan las matanzas atribuibles a la delincuencia común, sobre todo en las zonas rurales del país, donde campean la impunidad y la anomia”. No obstante, añade Barié, “el homicidio político no es raro: los asesinatos selectivos son usados para emitir señales. De ahí que las muertes de esos activistas y líderes sociales sean leídas como mensajes articulados por grupos adversos al acuerdo con las FARC. Hay facciones poderosas interesadas en que la guerra civil continúe en Colombia. La entrada en vigor de ese pacto de paz dará paso a debates agrios sobre desigualdad económica, exclusión social, propiedad de tierras y desarrollo rural, por ejemplo. Y hay grupos que tienen miedo a perder sus cuotas de poder cuando se discutan estas materias. Esto brinda muchas oportunidades para pescar en río revuelto”, opina Barié.
"¿Cómo saber de dónde vienen los disparos?”
El presidente Santos convocó a una reunión de emergencia para este martes (22.11.2016) con miras a ordenar una investigación más exhaustiva de los asesinatos y a sopesar los daños políticos que la situación ya ha causado. “La protección de los guerrilleros desmovilizados es una de las piedras angulares del acuerdo de paz y existe la voluntad política de garantizarles su seguridad. No obstante, cabe recordar que otras promesas –como la implementación cabal de la Ley de Víctimas– no pudieron ser del todo cumplidas; que ciertos sectores de la población ven con malos ojos la onerosa protección ofrecida a los guerrilleros; y que, en la práctica, sigue habiendo grandes extensiones del país que escapan al control del Estado”, comenta Barié.
“Lejos de los centros urbanos operan numerosos grupos armados, desde la guerrilla tradicional hasta las nuevas estructuras mafiosas que matan por encargo. ¿Cómo saber de dónde vienen los disparos?”, se pregunta este conocedor del acontecer colombiano. Maihold considera que al Estado le costará mucho guardarle las espaldas a los guerrilleros desmovilizados porque buena parte de la población colombiana –incluida la élite del país– “parece estar apostando a la revancha y no a la concordia. No es raro que un proceso de reconciliación nacional se vea ensombrecido por el incremento de la violencia sectaria antes de que la paz eche raíces; la Historia nos dejó varios ejemplos en ese sentido. Pero mientras no se consolide ese proceso en Colombia, el riesgo de que proliferen las cobranzas de ‘cuentas pendientes’ y las agresiones contra exguerrilleros o políticos cercanos a ellos seguirá siendo grande”, dice el especialista.
Evan Romero-Castillo (ERS)
Colombia: de la guerra a la paz
Cesa el fuego en Colombia, tras décadas de violencia y tensiones sociales que tuvieron origen en la lucha por la tierra entre campesinos y terratenientes desde los años 20 del siglo XX y estallaron con fuerza desde 1960.
Imagen: LUIS ACOSTA/AFP/Getty Images
Largo y tortuoso camino
Los violentos enfrentamientos sociales con los que hoy se pretende acabar en Colombia tuvieron origen en los años veinte del siglo pasado con la lucha por la tierra entre campesinos y latifundistas; pero estallaron con fuerza a partir de la década de los sesenta.
Imagen: Reuters/J. Vizcaino
Los años cuarenta y cincuenta: “La Violencia”
Enfrentamientos sangrientos entre liberales y conservadores provocan cientos de miles de muertes. El asesinato del liberal Jorge Eliécer Gaitán (foto), en 1948, origina protestas conocidas como El Bogotazo y e inicia el llamado período de La Violencia. Miembros del partido comunista son reprimidos. Se fundan grupos clandestinos. El Ejército asalta poblados y persigue a "campesinos comunistas".
Imagen: Public Domain
1964: las FARC y el ELN
Se fundan las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las FARC pretenden enfrentar la concentración de tierras. El ELN nace de la radicalización del movimiento estudiantil y teólogos de la liberación como Camilo Torres (foto). El Gobierno intenta combatirlas a ambas con asistencia de Estados Unidos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Los años setenta y ochenta: el M-19
Surgen otros movimientos clandestinos como el M-19 –que protagonizaría acciones como la trágica toma del Palacio de Justicia en 1985 (foto)−, MAC y MOIR. El Gobierno negocia por primera vez con las FARC y el ELN, pero las conversaciones fracasan tras el asesinato del ministro de Justicia.
Imagen: Getty Images/AFP
La década de los ochenta: los paramilitares
Surgen numerosos grupos paramilitares de ultraderecha, al servicio de la protección de grandes terratenientes y sus tierras contra los ataques rebeldes. Con el tiempo, los paramilitares se involucran con los cárteles de la droga. Cuatro candidatos presidenciales y numerosos políticos de izquierda fueron asesinados por los paramilitares entre 1986 y 1990.
Imagen: Carlos Villalon/Liaison/Getty Images
1989: el M-19 se desmoviliza
El M-19 entrega las armas en octubre de 1989 y se convierte en partido político. Su entonces líder, Carlos Pizarro, se lanza como candidato presidencial y es asesinado en campaña en 1990.
Imagen: picture alliance/Demotix/K. Hoffmann
1996: los escuadrones de la muerte
Los grupos paramilitares se integran en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Los llamados escuadrones de la muerte llegan a tener hasta 30.000 miembros.
Imagen: AP
1998-99: Pastrana intenta negociar
El Gobierno de Andrés Pastrana negocia con las FARC. Conversa también con el ELN (foto) y las AUC. Se desmilitariza un amplio territorio controlado por las FARC en el sur del país. Una masacre interrumpe las conversaciones con las AUC.
Imagen: picture-alliance/dpa
2002: Íngrid Betancourt y Álvaro Uribe
Tras el secuestro de una aeronave en febrero, el gobierno interrumpe las negociaciones con las FARC, durante las que cientos de personas murieron. El 23 de febrero, las FARC secuestran a la candidata presidencial Íngrid Betancourt (foto). Álvaro Uribe gana la presidencia en mayo, intensifica el combate militar y rechaza las negociaciones. Es reelegido en 2007. Betancourt fue liberada en 2008.
Imagen: AFP/Getty Images
2003-2006: desparamilitarización y amnistía
Tras largas negociaciones, unos 32.000 paramilitares de las AUC deponen las armas (foto). Unos 4.200 de ellos son juzgados por violaciones a los derechos humanos hasta 2014. Muchos vuelven a tomar las armas. En junio de 2005 se aprueba la Ley de Justicia y Paz, una amplia amnistía para miembros de los escuadrones de la muerte.
Imagen: picture-alliance/dpa
2007-2008: “falsos positivos”
En 2007 son detenidos los primeros políticos de derecha, acusados de vínculos con los paramilitares, también en el entorno de Uribe. En septiembre de 2008 estalla el escándalo de los "falsos positivos": sobre todo entre 2004 y 2008, más de 3.000 personas fueron asesinados por el Ejército, para falsear la estadística de guerrilleros eliminados. Cientos de militares han sido juzgados desde entonces.
Imagen: Jesús Abad Colorado
2012: comienza el diálogo de paz con las FARC
El 20 de junio de 2010 es elegido presidente el exministro de Defensa Juan Manuel Santos. En 2012 entra en vigor la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras para reparar a las víctimas y desplazados. En noviembre, se inician oficialmente los diálogos de paz entre el equipo de negociadores del Gobierno (foto) y las FARC.
Imagen: Reuters
2014-2015: se fija fecha tope para el pacto
El Gobierno colombiano anuncia que prepara conversaciones con el ELN. Santos es reelegido en junio de 2014. Las negociaciones con las FARC se traban o suspenden varias veces por acciones militares de ambas partes hasta que, el 23 de septiembre de 2015, Santos y Rodrigo Londoño Echeverri (Timochenko), líder las FARC, se encuentran en La Habana y fijan el objetivo de firmar la paz en seis meses.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Ernesto
2016: diálogos de paz con el ELN
El 30 de marzo, Frank Pearl, representante del Gobierno de Colombia, y Antonio García, jefe de la delegación del ELN (foto), anunciaron en Caracas el inicio de un proceso formal de diálogos de paz. Mientras, las FARC y el Gobierno aplazaron, por desavenencias, la firma del acuerdo de paz definitivo, que se pretendía inicialmente conseguir antes del pasado 23 de marzo de 2016.
Imagen: Reuters/M. Bello
23.6.2016: firma del acuerdo de cese el fuego
El Gobierno de Colombia y las FARC han alcanzado un acuerdo para el cese el fuego bilateral y definitivo, cuyos detalles se darán a conocer en La Habana en un acto al que acudirán el presidente Juan Manuel Santos y mandatarios de los países garantes y acompañantes del proceso de paz, entre otros, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, delegaciones de Cuba y Noruega, Chile y Venezuela.
Imagen: picture-alliance/dpa
24.8.2016: pacto final
El Gobierno de Colombia y las FARC rubricaron el acuerdo final que cierra las negociaciones de paz desarrolladas en La Habana, y que deberá ser refrendado por el pueblo colombiano en un plebiscito. El documento fue rubricado por los jefes negociadores, Humberto de la Calle, por el Gobierno y Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", por la guerrilla, y por los embajadores de Cuba y Noruega.
Imagen: Reuters/A. Meneghini
24.8.2016: se anuncia el plebiscito
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que convocará a un plebiscito el 2 de octubre para refrendar o rechazar el acuerdo de paz logrado con la guerrilla de las FARC. "Queda en manos de ustedes los colombianos decidir con su voto si apoyan este acuerdo histórico", dijo Santos en una alocución por radio y televisión.
Imagen: picture-alliance/Xinhua/Colprensa
“Timochenko” ordena bajar las armas
“En mi condición de comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP, ordeno a todos nuestros mandos, a todas nuestras unidades, a todos y cada uno de nuestros combatientes, a cesar el fuego y las hostilidades de manera definitiva contra el Estado colombiano a partir de las 24 horas de la noche de hoy”, decretó desde Cuba el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”. (28.08.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/Y. Lage
29.8.2016: cesa el fuego en Colombia
El alto el fuego definitivo entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC comenzó a las cero horas de este lunes 29 de agosto. "Este 29 de agosto empieza una nueva historia para Colombia. Silenciamos los fusiles. ¡SE ACABÓ LA GUERRA CON LAS FARC!", escribió a la medianoche en punto el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en Twitter.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Legaria
Una pregunta concreta
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dio a conocer la pregunta que sus compatriotas responderán en el plebiscito del próximo 2 de octubre: “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”. Santos insistió en que la pregunta no debía ser tendenciosa o manipuladora, sino clara y concreta. (30.08.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/L. Munoz
Los primeros menores abandonan las FARC
Ocho niños y adolescentes fueron entregados por las FARC al Comité Internacional de la Cruz Roja para luego ser sometidos a exámenes médicos integrales y procesos de comprobación de identidades. Más tarde, los menores quedarán bajo responsabilidad de UNICEF. Aún se desconoce la cifra exacta de jóvenes en manos de las FARC. La guerrilla habla de 21 y el Gobierno, de 170. (10.09.2016)
Imagen: picture-alliance/AP Photo/S. Dalton
Observadores para Colombia
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente el plan presentado por el secretario general de esa organización, Ban Ki-moon, para apoyar la aplicación de los acuerdos de paz entre el Estado colombiano y las FARC. 450 observadores en cuarenta localidades de ese país verificarán el desarme y monitorizarán el alto el fuego. (13.09.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Rajmil
Crece la oposición al acuerdo de La Habana
Según una encuesta publicada este 16 de septiembre, el margen de diferencia entre los grupos de personas que votarán a favor (55,3 por ciento) y en contra (38,3 por ciento) del acuerdo de paz con las FARC se ha ido reduciendo. Una semana antes, el 64,8 por ciento dijo que votaría por el “sí” y el 28,1 dijo que lo haría por el no. El número de indecisos ronda el 4,3 por ciento. (16.9.2016)
Imagen: Guillermo Legaria/AFP/Getty Images
La última conferencia de las FARC
El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Rodrigo Londoño –alias “Timochenko”–, inauguró la décima y última Conferencia Nacional Guerrillera de las FARC, donde sus comandantes aprobaron el acuerdo de paz con el Gobierno. Timochenko hizo hincapié en que las FARC seguirán luchando por la justicia social y los más pobres, pero como un partido político. (17.09.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Duenas Castaneda
Santos en la ONU: “La guerra llegó a su fin”
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció el 21 de septiembre de 2016 en la ONU el respaldo de la comunidad internacional al proceso de paz con la guerrilla de las FARC y dijo con contundencia que el conflicto armado en su país terminó.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Gombert
Las FARC ratifican el acuerdo
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron el 23 de septiembre de 2016 la ratificación unánime del acuerdo de paz alcanzado con el Gobierno colombiano y, de este modo, dejarán las armas tras 52 años de conflicto armado.
Imagen: Reuters/J. Vizcaino
El ELN facilitará la celebración del referendo
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda organización guerrillera de Colombia, anunció un cese de las acciones ofensivas –que no de las “defensivas”– para facilitar la participación de la población en el plebiscito del 2 de octubre en torno al acuerdo de paz alcanzado con las FARC. El ELN no descarta negociar un pacto similar al sellado con las FARC. (26.9.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/El Tiempo
Firmado el pacto de paz con las FARC
El 26 de septiembre de 2016, el presidente Juan Manuel Santos, en representación del Estado colombiano, y Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, líder de las FARC, rubricaron el acuerdo que pone fin a 52 años de conflicto armado entre ambos. El convenio es fruto de casi cuatro años de diálogos celebrados en La Habana y fue sellado en Cartagena de Indias ante más de 2.500 invitados.