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Colombia lidera triste récord de víctimas de minas anti-personas

José Ospina Valencia18 de septiembre de 2006

Setenta y ocho países y 8 territorios están infestados con mortales minas anti-personas. En Ginebra se examina en qué va la lucha por la erradicación de esta execrable arma. América Latina logra triste liderazgo.

Los colombianos Jorge Pino y Alvaro Torres, víctimas de minas anti-persona.Imagen: AP


Las minas anti-personas son el arma más vil que existe. No está dirigida contra el presunto o real enemigo que lucha en un campo de batalla. Las minas anti-personas son un atentado indiscriminado contra civiles y militares.

Sus víctimas son por lo general niños y trabajadores del campo. Civiles que nada tienen que ver con las ambiciones de poder de los Estados o los grupos ilegales que las utilizan. Los niños atraídos por las formas de juguete de algunas de estas mortíferas armas, se acercan y son mutilados o despedazados en el intento.

La Convención de Ottawa de 1997sobre y la Prohibición del Uso, Depósito, Producción y Venta de Minas Anti-Personas y su Eliminación cuenta con 151 países signatarios cuyos parlamentos han ratificado el compromiso. Por estos días, unos 700 delegados nacionales y decenas de organizaciones no gubernamentales, entre ellas Médico Internacional de Alemania y la suiza stopmines.ch examinan los avances del compromiso de proscripción global.

Estados y grupos ilegales violentos

Y, en efecto, a pesar de la barbarie, se ha logrado “un relativo éxito en la lucha contra las minas anti-personas”, como lo revela a DW-WORLD Cyril Amberg, director de la organización suiza stopmines.ch, adherida a la Campaña Internacional para la Eliminación de Minas Antipersonas, con sede en Ginebra. La Campaña Internacional para la Eliminación de Minas Antipersonas, es una coalición de 1.400 grupos en 90 países que lucha por erradicar estas armas en el mundo.

Pero si es difícil comprometer a los Estados y sus respectivos dirigentes en la erradicación de las mortíferas minas que destruyen miles y miles de vidas, aún más complicado es convencer a los muchos grupos ilegales que aún las emplean.

Marcelo Flores y Jhonatan Ordonez, de ocho años, mutilados en un campo colombiano.Imagen: AP

El “Llamado de Ginebra”, una acción de la coalición internacional contra las minas anti-personas, busca por ello, convencer también a los alzados en armas de que las minas anti-personas son el arma más reprobable que exista. Sin éxito en América Latina, en donde ningún grupo ilegal se ha adherido dicha petición humanitaria.

Las minas anti-personas son, a menudo, una herencia de viejas guerras y armas predilectas de los rebeldes. Y su uso incrementa pese a que los ejércitos regulares, excepto el ruso, han dejado de implementarla.

Las FARC y el ELN matan con minas a miles de inocentes

Justo cuando en América Latina se empieza a borrar la imagen de ser campo de sangrientas batallas intestinas, Colombia pasa a liderar las listas. Un informe del Observatorio de Naciones Unidas dice que este país suramericano mantiene hoy día el récord de mayor cantidad de víctimas de minas anti-personas. Sus autores son dos grupos armados catalogados por la Unión Europea como terroristas por su sangriento prontuario: las FARC y el ELN. Colombia superó con 1.110 víctimas en 2005, a Afganistán y Vietnam.

No es ningún consuelo, pero las minas anti-personas siguen siendo empleadas por ilegales en otros 9 países: Birmania, Burundi, Guinea-Bissau, India, Irak, Nepal, Pakistán, Chechenia y Somalia. “Rusia”, según Amberg, “es el único Estado europeo que utiliza dicha arma (en Chechenia) contraviniendo la Convención de Ottawa”.

Unos 5300 niños, jóvenes, mujeres y hombres civiles fueron heridas y 2.000 asesinadas con minas anti-personas en 2005 en el mundo. En diálogo con DW-WORLD, el director de Médico Internacional Alemania, Thomas Gebauer, habla de una cifra no oficial de unas 25.000 víctimas cada año.

Los negociantes de la muerte

De los 40 países que no firman la Convención, entre ellos Estados Unidos, China y Rusia, sólo Nepal, Myanmar y Rusia han seguido utilizando minas en el 2005. Trece países producen aún minas antipersonas: Birmania, China, Cuba, India, Irán, las dos Coreas, Nepal, Pakistán, Rusia, Singapur, Estados Unidos y Vietnam. “Estos países merecen ser condenados”, es la petición de Human Rights Watch, presente en Ginebra.

A Jenifer Castaño, Alfredo Avila y Joan Giraldo bombas anti-personas les cercenaron sus piernas bombas anti-persona de la guerrilla colombiana FARC.Imagen: AP

Sin embargo, después de la entrada en vigencia de la Convención, más de 200 millones de minas han sido destruidas, entre ellas más de 160 millones - en general material obsoleto - por Estados que no se sumaron al tratado.

A las bombas anti-persona se suman las de racimo

El 2005 se limpiaron de minas más de 740 km2, un espacio equivalente a la ciudad de Nueva York, y más de 470.000 minas fueron así destruidas. La Comisión Europea, Estados Unidos y otros ocho grandes contribuyentes, han disminuido sin embargo su ayuda en la lucha contra las minas, lo que amenaza los progresos en la eliminación de estas armas.

Pero aún sin haber podido erradicar las minas anti-personas, aumenta el uso de otra arma comparable en su efecto mortífero e indiscriminado: las bombas de racimo. Sólo en Líbano habrían muerto unas 200 personas víctimas de bombas de racimo lanzadas sobre zonas residenciales por el ejército israelí, que han estallado después de declarado el cese el fuego.

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