Colombia también quiere toallas higiénicas y tampones gratis
26 de noviembre de 2020
El senador Armando Benedetti quiere replicar la idea impulsada por Escocia, primer país en el mundo en otorgar productos femeninos de manera gratuita y universal para sus habitantes.
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El anuncio del pasado 24 de noviembre dio la vuelta al mundo. Gracias a un proyecto impulsado por la parlamentaria laborista Monica Lennon, Escocia se convirtió en el primer país del mundo en facilitar y garantizar gratuitamente los tampones y toallas sanitarias para sus habitantes.
"Orgullosa de votar por esta ley revolucionaria, que convierte a Escocia en el primer país en el mundo que provee productos menstruales gratuitos a todas aquellas que lo necesitan", dijo ese día la primera ministra del país gaélico, Nicola Sturgeon.
La iniciativa cruzó fronteras y llegó hasta Colombia, donde el senador Armando Benedetti, y las representantes de la Cámara Adriana Matiz y Juanita Goebertus, tomaron la idea y anunciaron que presentarán un proyecto de ley que busca asegurarle a las mujeres la gratuidad de estos productos de primera necesidad.
"Presentaré un proyecto para garantizar que los tampones y las toallas sanitarias sean gratuitos. Esta idea surge de una ley aprobada por el parlamento escocés para poner fin a la ‘pobreza del período’, ya que muchas mujeres no acceden fácilmente a estos elementos", dijo Benedetti a través de su cuenta de Twiter.
El proyecto busca que se "obligue a las autoridades locales de dar el suministro de todos los productos que tengan que ver con la menstruación a las personas que lo necesiten y que vayan a estar en casi todos los edificios públicos, en las universidades y también en colegios", agregó el senador.
Además, Benedetti aseguró que 5 de cada 10 mujeres no tiene cómo acceder a este tipo de productos, que las colombianas gastan entre 18.000 y 40.000 pesos (entre 4,20 y 9,30 euros) mensuales en tampones y que, aunque ha existido una redución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a este tipo de productos, el político aseguró que eso no es suficiente.
Por su parte, las representantes Adriana Magali Matiz y Juanita Goebertus, también han presentado un proyecto similar. Matiz, del Partido Conservador, estima que este tipo de productos forman parte esencial de la vida de las mujeres y se deben buscar mayores beneficios económicos para su obtención.
En las propias palabras de Matiz, la propuesta en la Cámara busca "garantizar la gratuidad de toallas higiénicas y tampones en colegios y universidades".
"Simboliza una lucha por la vulneración de los derechos de las mujeres; un asunto en el que debemos avanzar y que apela a la dignidad básica. Ya es hora de hablar de derechos menstruales, pues la ausencia de los elementos adecuados, es una violación a los derechos sexuales y reproductivos, a la intimidad, a la salud, y a la dignidad humana de las mujeres", agregó la congresista.
JU (semana.com, eltiempo.com, elespectador.com, rcnradio.com)
Colombia: historias de defensoras perseguidas
Según la Oxfam Intermón, 55 mujeres activistas por los derechos humanos, territoriales y ambientales han sido asesinadas entre 2016 y 2019 en Colombia. Pero nada detiene a las defensoras. Éstas son sus historias.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
“Defendamos su voz”
Con esta campaña, Oxfam Intermón quiere sensibilizar sobre la realidad de las mujeres defensoras y activistas por los derechos humanos en Colombia. “Tras 50 años de conflicto armado, la firma del acuerdo no ha llevado la paz a los territorios”, denuncian. Las mujeres, como Magalí, alzan a voz contra la violencia, la agresión sexual, el desplazamiento forzado, la deforestación y la contaminación.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
El país más peligroso para los activistas
En 2019, Colombia tuvo el mayor número de líderes sociales muertos a nivel mundial. De los 304 asesinatos, 106 ocurrieron en el país sudamericano. Las mujeres que están en la línea del frente se exponen a las amenazas y la violencia permanente. Estos son algunos de los desafíos que preocupan a las representantes de organizaciones reunidas en un encuentro en Bogotá.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Menos derechos que una vaca
“Como no es posible parar la fuerza de las mujeres, hay que matarlas”, dice Magalí (centro). Ella es defensora de derechos humanos, territoriales y ambientales y participa en una plataforma para la paz y la incidencia de las mujeres del Caquetá. “Las vacas tienen más derechos que las mujeres. Una vaca tiene derecho a una hectárea de tierra y las mujeres no tienen tierra”, dice.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Fuente de vida en peligro
En este lugar solía correr el agua. Hoy, Janeth Pareja y Norka Ortiz se detienen sobre las piedras en el lecho de arroyo Aguas Blancas. Cuentan que ésta era la fuente de vida de su comunidad, hasta que el cauce fue contaminado y desviado hasta quedar seco. Junto al grupo Fuerza de Mujeres Wayuu luchan por los derechos de su pueblo.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Amenazada y desplazada
Janeth Pareja pertenece al clan Ipuana y participa en la organización Fuerza de Mujeres Wayuu. Tras denunciar los efectos del vertido de residuos de una empresa minera en la zona, comenzó a recibir amenazas de muerte y debió huir de su territorio. Hoy recorre las comunidades denunciando estas prácticas que atentan contra el medio ambiente, la seguridad y los derechos de las personas.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Con escolta
La lucha de las mujeres defensoras de los derechos de sus comunidades las expone a una serie de peligros. Son descalificadas, intimidadas, enfrentan amenazas de muerte, agresiones y violencia sexual. Un programa de la Unidad Nacional de Protección del Ministerio del Interior de Colombia les asigna escoltas armados que las acompañan. Pero tampoco es garantía. Los propios escoltas son asesinados.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Defendiendo la puerta de la Amazonía
Geraldina es defensora de derechos humanos, ambientales y territoriales en el departamento del Caquetá, el que es conocido como la puerta de oro de la Amazonía colombiana. Allí es testigo de los efectos de la mina de alquitrán en las afueras de la ciudad de Florencia, la tala de la selva para usar las tierras para la ganadería y el transporte maderero por el río Orteguaza.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Defensora y víctima
Maribel (nombre cambiado) es lideresa comunitaria y vive oculta. Cuando su pareja intentó violar a su hija, en octubre de 2018, ella salió a defenderla y recibió 18 machetazos. Mientras espera justicia por el ataque que casi le cuesta la vida, participa en la Plataforma social y política para La Paz y la incidencia de las mujeres del Caquetá.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Por los derechos de las mujeres Wayuu
“Si la gente no conoce sus derechos, no tiene cómo reclamar”, dice Jaquelin, de la Organización Fuerza de Mujeres Wayuu, en la región de la Guajira colombiana. Ha recibido amenazas por denunciar la contaminación de empresas mineras y hace varios años vive desplazada de su comunidad. “La primera amenaza no me la hicieron a mí directamente, sino a mi hija de 15 años, donde más me duele”.
Imagen: Oxfam Intermón/Pablo Tosco
Resistir para seguir luchando
La historia de Mónica, también de "Fuerza de Mujeres Wayuu", es similar. Debió huir por las amenazas, y hoy vive en La Gran Parada, junto a la vía del tren que transporta carbón desde la mina Cerrejón hasta el puerto en la Alta Guajira. Como otras defensoras, cuenta con escolta armado. Sólo en 2019, 55 defensoras fueron asesinadas en Colombia, según datos de Oxfam Intermón.